¿Cómo encontrarle sentido al cambio educativo en estos tiempos tecnológicos? ¿Cuáles son las implicaciones educativas de los avances tecnológicos en el aprendizaje por máquina, la automatización, la toma de decisiones algorítmica, etc.? ¿Cómo hay que conceptualizar ahora lo que antes eran categorías estables: alumno o docente, escuela, liceo o universidad? ¿Qué efectos tiene lo digital en los procesos centrales de educación como el aprendizaje, la creación de conocimientos, la enseñanza y la pedagogía?
Las tecnologías digitales modificaron diversas áreas, estructuras e instituciones históricas de la sociedad. La educación aparece como una de ellas, presentando un sinfín de desafíos para todos los actores que intervienen. Hablamos no solamente de la escuela, sino también de los diversos espacios de formación y aprendizaje que los chicos y las chicas tienen en la actualidad. Sin embargo, debemos comenzar poniendo en duda esa afirmación.
¿La educación sintió el impacto de las TIC?
Tomando el análisis de Cristóbal Cobo podemos ver que las tecnologías digitales están definiendo cada vez más la mayoría de las formas de educación contemporánea. Haciendo de la nuestra una época en la que distintos espacios públicos como las escuelas, universidades, bibliotecas y museos están plagados de dispositivos, plataformas y apli
caciones digitales, por lo que –según el autor–es casi imposible imaginar el futuro de la educación sin que las tecnologías informatizadas estén en el centro de atención.
No podemos negar entonces que el uso de la tecnología modifica las maneras de acceder al aprendizaje. Los estudiantes cuentan con nuevos dispositivos (sobre todo los llamados teléfonos inteligentes) al alcance de la mano y los usan en cada momento que se lo permiten. Aprenden viendo tutoriales, buscan la información que requieren en la web, hacen las tareas vía mensajería instantánea, investigan temáticas a través de foros, etc.
Es importante considerar cómo se da este fenómeno en la escuela, ya que la introducción de TIC en las aulas, como en otros espacios de aprendizaje, no surge como un camino lineal, unívoco, sino más bien como un proceso que requiere de debate, discusión e indagación. Algunas instituciones prohíben su uso y otras lo limitan, sin embargo, los teléfonos celulares las invadieron. No solo los dispositivos en sí se vuelven protagonistas de la rutina de una escuela. Sus diversos usos modifican las acciones escolares. Los recreos se ven invadidos por niños o niñas viendo videos, filmando algo, chateando o posteando una publicación. Las comunicaciones entre los chicos y chicas dentro de la misma escuela se vuelve mixta: personal y digital.
Podemos entonces afirmar que las TIC son parte de la educación de los jóvenes. Ahora debemos preguntarnos: ¿Son parte de la pedagogía? ¿Son incluidas en los programas educativos?
Como todo fenómeno disruptivo, el uso de las TIC requiere de tiempo para ser asimilado por las generaciones de adultos. Quienes nacen en un entorno tecnológico (nativos digitales), naturalizan su uso y no deben incorporarlo a través de la educación formal. Sin embargo, aquellos que conocen a la tecnología de adultos (migrantes digitales), deben aprender a usarla y suelen percibirla como un fenómeno nuevo y apartado de su naturaleza. En la mayoría de las escuelas argentinas los adultos toman las decisiones y los estudiantes aprenden a través de los programas decididos por esos adultos. Por ende, la tecnología muchas veces no es incorporada, otras lo es pero en forma elemental y como una herramienta técnica, y en algunos casos contados, es tomada como elemento pedagógico que permite la construcción de conocimiento.
La cuestión a resolver aquí no es si usamos tecnología o no en entornos educativos, aunque como sostiene Cristóbal Cobo: evidentemente muchos aprendizajes pueden ocurrir sin tecnología, [pero] hoy en día no contar con plataformas tecnológicas para realizar ciertas dinámicas de aprendizaje es limitar dramáticamente el espectro de posibilidades, conocimientos y destrezas de educadores y educandos.12 El desafío no está en el debate acerca de los dispositivos y su uso, sino más bien en lo referido a los contextos, los diversos enfoques, modelos pedagógicos y procesos de transformación socio-tecno-pedagógicos.
Desarrollo de habilidades digitales
A la hora de incorporar las TIC a los programas educativos, encontramos dos grandes caminos. Uno es el de pensarla como una técnica, es decir, una herramienta para alcanzar un resultado. Por ejemplo, si se les pide a los estudiantes que busquen en internet información sobre un evento histórico. En ese caso, la web sería un medio para lograr el fin educativo que es conocer sobre ese evento, se trabajaría con las TIC para alcanzar un objetivo. Otra forma de introducir tecnología es usarla como parte de una estrategia en sí, trabajar desde las TIC. No es lo mismo si pedimos a los estudiantes que busquen información en internet que pedirles que comparen dos fuentes de información que hayan encontrado y describan los diferentes puntos de vista. Tampoco es lo mismo si les pedimos que produzcan un video con un programa específico que cuente ese suceso.
Existen diversas formas de apropiación de la tecnología y con ellas, de incorporación de conocimiento. La tecnología debe tenerse en cuenta como estrategia para producir conocimiento, y como una forma de pensamiento en sí. Los chicos y chicas ya piensan en forma tecnológica, siguiendo lógicas que conocen desde muy pequeños. Ellos pueden abrir diversas ventanas de navegación al mismo tiempo, pensar estrategias para un juego, conseguir información en segundos y al mismo tiempo escuchar música. La forma de producción de conocimiento en ellos está atravesada por la tecnología. Es válido tener en cuenta que si bien los chicos y chicas usan mucho la web, solo una porción minoritaria de ellos hacen un uso diverso de internet. Suelen, mayoritariamente, repetir aplicaciones y sitios. Es entonces una nueva meta educativa plantearles nuevos horizontes, darles desafíos en el propio uso de la web y motivarlos no solo a recibir información, sino a producirla.
Es por eso necesario desarrollar las competencias digitales de los jóvenes. Por esto entendemos aquellas competencias que hacen que los estudiantes entiendan los asuntos humanos, culturales y sociales relacionados con la tecnología y propicien la transferencia en uso a través de procesos y productos mediados tecnológicamente. Las habilidades de uso digital resultan ser entonces un tipo de conocimiento práctico que permite operar.
1 Cristóbal Cobo.Op. cit.
13 RELPE. Disponible en: http://www.relpe.org/wp-content/uploads/2013/04/09-Desarrollo-de-Com-
petencias-Digitales-para-Portales-de-la-Región.pdf
Fuente: Guía presentada por la plataforma ABC
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