El siguiente estudio del profesor Gabriel Caldarola saldrá en varias partes todos los meses en la misma fecha, además en cada fecha se re-direccionará la nota anterior.
Introducción
A los docentes que enseñamos Historia y que trabajamos en las aulas del nivel secundario nos motiva un interés especial por compartir la riqueza que se encuentra conservada en la Historia. Siempre nos entusiasmamos frente a la presentación de contenidos de la ciencia a nuestros estudiantes. Aunque no debemos perder de vista que, para no perder dicho entusiasmo es necesario promover el asombro y cuidar un desarrollo integral de los jóvenes. Especialmente, los que realizamos una tarea didáctica con contenidos históricos, buscamos el perfeccionamiento de capacidades cognitivas y emocionales que facilitan la comprensión de nuestro pasado para reflexionar sobre nuestro presente y prepararlos para el futuro.
En este marco, la asignatura Historia en el nivel secundario colabora de una manera fundamental en la formación personal y social de las nuevas generaciones al desenvolver capacidades cognitivas y emocionales que facilitan la adquisición de saberes significativos, los cuales consisten en analizar sucesos del pasado para realizar una reflexión sobre el presente en atención al futuro. En este sentido, se debe buscar un impacto positivo en las clases de esta asignatura para que tenga incidencia en la vida cotidiana.
Desde lo personal y lo social, el conocimiento del pasado común es un componente inevitable del presente, porque tiene en cuenta su dinámica social, sus tradiciones, su jerarquía de valores, y permite relaciones con el medio y con otros grupos humanos. Para que un grupo de personas tenga su identificación y se desarrolle en el presente debe poseer una concepción de su pasado común, de su duración en el tiempo, de su relación con el espacio y, a la vez, echar raíces en su propia cultura con los ojos puestos en el futuro. Ninguna sociedad podría existir sin tener una concepción ni un recuerdo de su pasado. Este es uno de los pilates de la cultura de cada grupo humano. En ese marco, cada persona que transita la escuela secundaria dispondrá de mejores herramientas para proyectarse en el futuro.
En la actualidad, uno de los problemas más graves con que se encuentran los profesores de Historia en sus clases es la falta de interés que manifiestan los estudiantes para aprender significativamente los contenidos curriculares los cuales se presentan en todas las instituciones del nivel secundario. Esta situación plantea una de las dificultades más complejas que enfrentan los docentes. “(…) se encendió la luz de alarma cuando M. Price escribió que se hacía cada día más patente que la historia no interesaba a la mayor parte del alumnado.” (Prats, 2000, 1) Este trabajo parte de nuestra preocupación sobre el desinterés de los estudiantes en las clases de Historia en el nivel secundario. Ante este planteo nuestro trabajo se centrará en los siguientes interrogantes: ¿Qué características debe tener el desempeño de un profesor de Historia en sus clases para evitar el desinterés de los alumnos? ¿Qué debe tener en cuenta un profesor de Historia para que en sus clases los estudiantes logren un aprendizaje significativo?.
La realidad planteada encaminó nuestra atención al análisis de la manera en que los/las docentes despliegan sus habilidades cuando presentan como finalidad los contenidos históricos. Es decir, nos proponemos analizar algunos aspectos que debe tener en consideración un profesor de Historia y que habilidades profesionales concretas que ponen en acción la conexión de los contenidos históricos con la realidad concreta de sus estudiantes. En definitiva, intentaremos establecer si el desinterés de los estudiantes disminuye cuando los docentes organizan sus clases en torno a su realidad específica y, sobre esta base, intentan descubrir un verdadero sentido que orienten sus vidas.
Causas del desinterés de los estudiantes en las clases de Historia
Frecuentemente, para la gran mayoría de nuestros estudiantes hablar del pasado les resulta aburrido porque lo sienten como algo rígido, ya que no puede cambiarse lo que aconteció. Ya sucedieron, son “cosas muertas” que no guardan ninguna relación con sus vidas. Ante estas inquietudes de los estudiantes los docentes debemos reflexionar para que las nuevas generaciones encuentren un sentido en nuestro pasado que puedan relacionar con el presente.
Esta desmotivación cada vez más evidente se podría definir como un rasgo propio de cada persona y que, en numerosas ocasiones, resulta muy difícil de modificar, ya que con frecuencia se coloca al estudiante como el único responsable de su escaso interés de aprender. Además, esta apatía y desinterés en las clases, se observa en la falta de cumplimiento de las tareas específicas, los trabajos de investigación, y a esto se suman las inasistencias frecuentes y la reprobación de los exámenes. Esta valoración la tomamos cuando observamos a docentes que solo responsabilizan a los estudiantes y no realizan una reflexión sobre rol docente y las decisiones tomadas.
Consideramos que este cuadro general de situación puede responder a una infinidad de causas. Desde nuestra experiencia, creemos que es posible analizar los principales inconvenientes que presentan los adolescentes respecto al desinterés en las clases de Historia a partir de una agrupación en dos sectores. Al hallarnos fuera de lo estrictamente académico, esto se traduce en el mundo interior, los cambios que experimenta, la búsqueda en definir su personalidad y todos los interrogantes que surgen en los adolescentes frente a una nueva realidad que se les presenta cotidianamente. También podemos sumar la relación con el entorno y las inquietudes diarias de cada estudiante. Esto coloca la atención en las relaciones familiares, así como las que desarrolla con el grupo de pares, o incluso sus propios intereses personales, como la práctica de un deporte o una manifestación artística. A esto le podemos sumar, su primer amor e igualmente las nuevas tecnologías o un hobby.
Sobre esta base, cabe señalar que muchos estudiantes provienen de familias de escasos recursos económicos, incluso desintegradas o, en el peor de los casos, poseen progenitores que no se hacen cargo de sus roles, lo que puede afectar seriamente las relaciones interpersonales y especialmente, influir en el aspecto educativo, ya que al no establecer buenas relaciones con quienes integran el ámbito familiar, en ocasiones, se puede manifestar inconvenientes en el ámbito educativo, reflejándolo en un desinterés frente al hecho de aprender.
En el otro sector esto se halla relacionado sobre todo con lo acontecido en las aulas. Para nosotros resulta de mayor interés que nos ocupemos en lo concerniente al rol del profesor de Historia, la toma de decisiones y las acciones que realiza en cada clase. Así, destacamos el papel que debe asumir como docente, encargado de ser mediador entre los estudiantes y el conocimiento. El profesor es el mayor responsable del aprendizaje de los estudiantes y, en consecuencia. utiliza todo su profesionalismo en el aprendizaje de los estudiantes para que puedan encontrar sentido en las clases de Historia.
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