«Las fuerzas gubernnistas que salieron a batir a los revolucionarios y las primeras que llegaron a la estación Pirovano, fueron las que mandaba el coronel Zeballos, quien ordenó, al notar indicios de la presencia de aquellos, que su gente echara pie a tierra, desplegándose en guerrilla un piquete al mando del capitán Amadeo y del teniente Carlos Smith Pedernera.
Un testigo presencial de los sucesos ha referido que poco antes de la llegada de las tropas del coronel Zeballos, el mayor Villamayor y otros jefes se alejaron de Pirovano a verificar si el teniente Gibelli, comisionado para procurarse caballos, había hecho ‘algún barro’.
En tales circunstancias, el sargento Luis Heredia, de acuerdo con otras clases, decidió concluir con los miembros de la junta revolucionaria que estaban deliberando en la estación, y a la salida de éstos, ordenó que la tropa hiciera fuego.
Resultaron víctimas en aquel paraje los ingenieros Germán Kurh, Cornelio Baca y los doctores Alejandro Moreno, Agustín Rocca, los tenientes Benoit, Mantero y Grossi. Los cuerpos de las víctimas estaban esparcidos en un largo trecho, desangrados, acribillados de heridas de bala y en los cuales se habían ensañado los asesinos, sepultando en ellos sus bayonetas. Basta un solo dato: el capote que perteneció al ingeniero Baca presentaba 28 agujeros correspondientes a otros tantos balazos y bayonetazos … y el poncho del señor Kurh no presentaba un espacio de 10 cm. libre de iguales señales.»
Fuente: Caras y caretas 1905 8(333)
«…Nosotros vamos a discutir y vamos a tratar una ley del perdón. ¿ y si alguno de los amnistiados nos preguntara quién perdona a quién? ¿ el victimario a la víctima o la víctima al victimario? ¿es el que usurpa el derecho del pueblo o es el pueblo que se levanta en su defensa? ¿cuál será la autoridad que podríamos invocar para dar estas leyes de perdón, para hacer estos actos de magnanimidad, de generosidad “…” solo habrá ley de olvido, solo habrá ley de paz, el día en que todos los argentinos tengamos igualdad de derechos, el día en que no se coloque en la dolorosa disyuntiva de renunciar a su calidad de ciudadanos o de apelar a las armas para reivindicar a los despojados…”
Del discurso del Dr. Carlos Pellegrini, durante el debate sobre la aprobación de la Ley de amnistía a los participantes de la revolución Radical de febrero 1905.
ESTA AUTOCRITICA REALIZADA POR UN CONSPICUO REPRESENTANTE DEL “REGIMEN” , SIRVA DE HUMILDE HOMENAJE A LOS CIUDADANOS Y MILITARES MASACRADOS EN LA ESTACION DE PIROVANO, EL 5 DE FEBRERO DE 1905:
Subteniente Hipólito Veniard
Teniente Alejandro Montero
Teniente Jose M. Bello
Soldados: Carabajal y Miguel Marticoni
Civiles :
Cornelio Baca
German Kurt
Inocencio Arroyo
Alejandro Moreno
Anibal Roca
Esteban Tulla
Y los ocho desconocidos sepultados en el Cementerio de Bolivar, en la tumba que recuerda su sacrificio.
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