1. Carla: ¿Cómo se puede recuperar la responsabilidad principal del Estado como garante de una educación pública de calidad para todos? ¿Qué papel les toca a los legisladores?
Es indispensable abordar esta transformación desde la implementación de un plan integral que se base en una política de consensos. Y, en este sentido, estos consensos deben ser acompañados generando el diálogo y la articulación necesaria entre los distintos actores involucrados: gremios, docentes, Estado, familias y establecimientos educativos. Uno de estos ejemplos fue lo que sucedió en mayo de 2022 en la Legislatura de la Ciudad de Buenos Aires con la aprobación de la reforma del estatuto docente. Un cambio histórico que entiende principalmente que la mejora en las condiciones de la carrera profesional docente impacta de lleno en la calidad educativa de niñas, niños y adolescentes.
Desde el Congreso de la Nación, los legisladores tenemos la responsabilidad de ser parte de la construcción de este cambio y para eso también debemos partir de las enseñanzas que nos ha dejado la pandemia por Covid-19. Es importante un buen diagnóstico para potenciar cambios estructurales en la educación. Por eso, creemos que es necesario comenzar por el reconocimiento de la importancia que la educación tiene en la socialización de niñas, niños y adolescentes, aparejado a la presencialidad, la modalidad digital como recurso tecnológico indispensable, la necesidad de contar con registros y seguimiento de trayectorias educativas y la ampliación de la oferta educativa en la primera infancia, entre otros puntos importantes.
2. A quién le conviene esta premisa: ¿Creer que el principal objetivo de la evaluación es sólo conocer los resultados del aprendizaje y, en cambio, no pensar en la evaluación como la actividad que lo impulsa y favorece que se dé más calidad educativa?
Las evaluaciones educativas no deben ser un punto de llegada sino uno de partida. Por eso decimos que se trata de un proceso continuo dentro del sistema de enseñanza-aprendizaje. Una herramienta indispensable que favorece tomar decisiones pedagógicas para mejorar el desempeño de los estudiantes pero también para mirar cómo funciona el sistema en su conjunto, y así favorecer a la construcción de políticas que tiendan a una oferta educativa de calidad. La educación no es ni debe ser aproximación, y la evaluación educativa debe ser esa instancia que también incluye los aprendizajes para lograr cambios positivos en el tiempo.
3. ¿La profesión docente ha perdido prestigio social? o ¿La Educación ha perdido prestigio social?
La educación y la profesión docente no pueden ni deben ser desjerarquizadas. Hoy tenemos una gran certeza, y es que debemos construir más y mejor futuro para nuestras próximas generaciones, y esto también debe hacerse mediante la formación de profesionales en habilidades que hoy son indispensables para el siglo XXI.
En la Ciudad de Buenos Aires esto lo comenzamos a hacer con el cambio de estatuto docente que se convirtió en ley en mayo de este año, iniciativa a cargo de la legisladora de Evolución, Manuela Thourte. Se trató de un proyecto que planteó un cambio histórico, que busca ampliar las oportunidades de desarrollo profesional de los docentes. Hoy los docentes en el ámbito estatal tardan mucho tiempo en ascender en su carrera profesional. Con este cambio se admitirán opciones de desempeño en el aula, de coordinación de trayectorias escolares, de conducción y de supervisión. También la capacitación continua será una de las dimensiones básicas para el ascenso en la carrera docente.
Gracias Carla Perfil de la Diputada Nacional Carla Carrizo. Carla Carrizo es politóloga y docente argentina. Diputada de la Nación por la Ciudad Autónoma de Buenos Aires. Fue directora de la carrera de Ciencia Política en la Universidad del Salvador y es docente de la Universidad de Buenos Aires.
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