Ricardo Jaen «la inversión en educación es siempre estratégica»

1.Viendo los recortes que se están realizando ahora en Educación desde el gobierno nacional consulto: ¿Debido a que circunstancia comunicacional piensa usted que siempre se habla de gasto es educación y no en inversión en educación?
Es posible que el uso y la costumbre haga en el argot político que la palabra educación se asocie a gasto por figurar cómo uno de rubros más gravosos en los presupuestos provinciales o nacionales, sin rédito político inmediato.
Quizás uno de los hombres mas importantes del siglo XIX como Sarmiento, sin dudas protagonista fundamental de la Argentina moderna del siglo XX no pudo usufructuar (políticamente) en vida su monumental obra educativa que permitió el diseño y consolidación de una nación en base a la escuela pública.
La inversión en educación es siempre estratégica y trae aparejada cambios estructurales en la construcción del pensamiento en el individuo y la sociedad que lo contiene que siempre exige una mirada en el largo plazo, algo que escasea en la dirigencia, no solo política, del siglo XXI por estos lares.

2.¿Cómo se garantizará la equidad de la educación, si en Argentina la educación muchas veces está atravesada por las palabras crisis y grieta?
Su pregunta me permite avanzar con algunas ideas en el concepto de “grieta” tan utilizado para simplificar miradas distintas en cualquier tipo de tema.
En la república liberal la democracia no es una metodología para resolver problemas sino un modelo de reglas de juego que pueden devenir en sistemas de gobierno con división de poderes o en autocracias donde el poder se concentra casi totalmente en “el elegido”.
Rusia es un buen ejemplo de esto como Estados Unidos lo es de lo primero, ambas naciones afincadas en sus antecedentes históricos que modelaron un tipo de pensamiento. Rusia los zares y Stalin, EEUU Jefferson y Roosevelt
La Argentina tiene como antecedentes tanto a Rosas y Urquiza como las presidencias liberales de Mitre, Sarmiento y Avellaneda en la construcción de la nación, sumados al caudillismo “moderno” del siglo XX de la irrupción de la UCR y el Peronismo que justificaron sus distintos grados de autocracia en la legitimidad del voto y la aparición de los hijos de inmigrantes reclamando su lugar en la política, el primero y la clase obrera sindicalizada y el mundo de la pos guerra el segundo.
Hoy la democracia va a sobrevivir en occidente si los votantes y la dirigencia política saben como funciona el mundo.
Estamos en una guerra fría muy distinta a la del siglo XX. Aquella enfrentaba, al menos en el campo teórico, dos modelos de sociedad basadas en distintos sistema económicos, el capitalismo y el socialismo. Los protagonistas de esta nueva versión del siglo XXI, EEUU y China, comparten el mismo sistema económico con distintos modelos políticos, pero ambos con estados laicos aunque distintas religiones esten inmersas en sus sociedades.
Cómo marca el devenir de la historia y el eterno enfrentamiento la potencia oriental es continental y la occidentental marítima.
Esta podría ser la madre de todas las grietas o la contradicción que ha permitido la evolución de la humanidad.
La Argentina tiene hoy una contradicción principal que no se explica por el alineamiento que se tenga hoy con los dos frentes político hegemónicos sino por la forma individual que cada uno se relaciona con el adentro y el afuera.
En el afuera la mayoría de las autocracias parecieran alinearse en la orbita China con la gran sorpresa y la gran oportunidad, que Brasil insolitamente anuda lazos con Pekín dándole una oportunidad a la Argentina para diseñar una política “privilegiada” con EEUU, que como adelanto todos los meses cierra los saldos negativos de nuestra economía para que no desbarranque totalmente.
En el adento, el sistema económico y de ordenamiento social planteado por las distintas variantes de populismos pareciera haberse agotado en cuanto a su confianza en la mayoría de la población.
Podríamos estar frente a la finalización de un ciclo político que responde al mundo y la argentina del siglo XX y que hoy claramente es anacrónico. El cambio es vertiginoso desde el ataque a las torres gemelas y exponencial desde el 2006/07 (telefonía inteligente, internet, redes sociales). La Argentina hace mucho tiempo que se quedó estática y mirando con nostalgia o espanto siempre para atrás. Mirar al futuro o quedarse atado al pasado es a mí criterio la verdadera grieta de una sociedad que languidece.