1. ¿Hoy en día la profesión docente se presenta como vulnerable ante la falta de alumnos que se anotan para estudiar la docencia? ¿A qué se debe según su consideración?
La pregunta lleva a pensar ante todo en la carrera docente, en especial en sus primeros años. Un aspecto central en eso es la falta de incentivos para ser docente.
Un primer punto para analizar es que debido a la forma en que está organizada la escala salarial docente, los primeros años los salarios son los más bajos de la carrera, por lo que muchos docentes durante sus primeros 5 años de ejercicio tienen ingresos por debajo de la línea de pobreza.
Por otra parte, los docentes en los primeros años suelen acceder a cargos con mayores desafíos en términos de organización de la clase y contención del grupo.
Cursar carreras de 4 años de duración pero de mayor carga horaria que una carrera universitaria no parece ser convocante.
La coexistencia de discursos de mucho descrédito sobre la educación y en particular sobre quienes están a cargo de dar clases, también incide en la decisión de no ser docente.
Para resumir hay dos claves a tener en cuenta: las condiciones de trabajo docente en los primeros años de la carrera, y el impacto de los planes de estudio en la posibilidad de ser docente (muchas horas diarias, secundarización de la formación, poca flexibilidad de cursada, cuestiones de género, etc.). Es imprescindible pensar una serie de políticas públicas que apunten a la jerarquización y la promoción de la profesión docente.
2. ¿Qué opinión pedagógica y didáctica le merecen actualmente los institutos terciarios de enseñanza docente? ¿Están actualizados en cuanto a las nuevas formas de impartir la enseñanza en nuestro contexto nacional?
Como mencionamos previamente, existe una amplia oferta de gestión estatal y privada de profesorados en todo el país que es muy heterogénea.
Existe una deuda muy grande que tiene que ver con la actualización de los diseños curriculares de los profesorados. Un ejemplo concreto: les pedimos a los docentes que incorporen las TIC a los procesos de enseñanza y aprendizaje pero en su formación esto no está presente. En algunas jurisdicciones porque los diseños curriculares no incorporaron todavía éste tipo de contenidos, en otras porque no hay equipamiento disponible en los profesorados, y en muchas por ambas razones.
Es fundamental que se emprenda un trabajo desde el Consejo Federal de Educación para coordinar entre todas las jurisdicciones del país una revisión y actualización de los diseños curriculares de los profesorados que garantice un nivel común de formación para los docentes de todo el país.
No sólo hay que revisar en qué se forman los docentes sino también cómo es ese proceso de formación. Hoy en día cursar en un profesorado requiere una dedicación casi exclusiva: una cursada de 4 o 5 días por semana, que ocupa al menos un turno y funciona como el nivel secundario donde existen muchas materias que se cursan al mismo tiempo y requieren permanentes entregas de trabajos.
Gracias Aurelia. Perfil de Aurelia Lupis. Licenciada en Ciencias Políticas docente, UBA. integrante de Hacer Educación
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