La siguiente nota fue realizada por el equipo de la Cátedra Cátedra Educacion y Comunicación FFYL de la UBA con la participación de: Carina Lion, jefa de la cátedra, Penacca, Laura; Galeano, Daiana; Giordano, Vanesa; Ofmann, Denise; Sprejer, Julieta; Wainbarg, Florencia.
1. Uno: la propuesta
Este “UNO” representa un colectivo de docentes y adscriptas que enseñan y construyen conocimiento en la Universidad Pública. El uno también es inicio. La materia Educación y Comunicación se dicta por primera vez en el 2021 dentro de la Licenciatura en Ciencias de la Educación de la Facultad de Filosofía y Letras de la UBA.
¿Qué aporta esta materia a les educadores? Ese fue el interrogante vector para construir visión. La materia aborda la comunicación como una gran ventana de recursos conceptuales y prácticos vinculados estrechamente con el sistema educativo y sus problemáticas. Entendemos la comunicación como práctica social de producción y circulación de signos y de sentidos, que permiten y facilitan la interacción humana bajo condiciones históricas, políticas, culturales y sociales concretas.
En esta línea, articula las problemáticas comunicacionales, el campo educativo y las tecnologías en tanto hoy forman parte del ecosistema de medios conectivos (Van Dijck, 2016[1]) y del crecimiento exponencial de aplicaciones y plataformas para la comunicación. La celeridad de los cambios tecnológicos y el uso masivo de intermediaciones tecnológicas para comunicar han interpelado sujetos, tiempos y espacios (Castells, 2009)[2]; la ubicuidad, las nuevas arquitecturas de construcción del conocimiento y las lógicas de producción social y cultural de la información que circula, son temas de relevancia para revisar y repensar en entrecruzamiento con la educación.
Es por eso que la propuesta consiste en la comprensión de las múltiples articulaciones entre la educación, la comunicación y las tecnologías desde su inserción y relevancia. Ofrecemos tres puertas de entrada para elegir un recorrido que permita dar respuesta a un problema auténtico del sistema educativo. Estas acciones tejen puentes entre la teoría y la acción; articulan hilos y diálogos necesarios entre la educación, la comunicación y las tecnologías.
2. Dos: ¿La pospandemia?
Entre los aprendizajes que nos ha dejado el 2020, se encuentra el de los retos de una comunicación dialógica que dé cuenta del entramado complejo entre lo emocional, lo curricular y lo cognitivo. El 2020 nos dejó el desafío de la complejidad en la incertidumbre: contextos cambiantes, vertiginosos, ambiguos. La necesidad de rediseñar no sólo la enseñanza sino también las interacciones, apostando al multiperspectivismo y, especialmente, a la empatía, la inclusión, la escucha atenta y oportuna: dando lugar a una comunicación auténtica.
Diferentes pensadores contemporáneos (Han, Berardi, Harari, Baricco, Butler, entre otros) han utilizado las redes como espacios públicos para la expresión de sus ideas. Los efectos de estos discursos fragmentados, voces polifónicas, encontradas, en tensión, en armonía, lo que se dice o calla, la agenda-setting, nos ofrecen un lugar para la exploración y la interpretación crítica.
Encontramos tensiones discursivas valiosas. Hay quienes sostienen el carácter “democrático” de este virus que no distingue entre pobres y ricos; entre estadistas y ciudadanos comunes. Butler (2020) señala que el virus cruza rápidamente las fronteras, ajeno a la idea misma del territorio nacional. El virus no discrimina, nos trata por igual, nos pone en riesgo de enfermar, perder a alguien cercano y vivir en un mundo de inminente amenaza, aunque los humanos seguramente lo hagamos. Harvey (2020) coincide en que las repercusiones económicas y sociales se filtran a través de las discriminaciones “de costumbre” que en todas partes quedan en evidencia. La fuerza de trabajo que se espera que se ocupe de cuidar a la creciente cifra de enfermos resulta de modo característico enormemente definida en términos de género, raza y etnia en la mayoría del mundo.
Por otro lado, hay quienes se interrogan: ¿el virus nos hace más solidarios? ¿cómo reacciona el organismo colectivo, la mente hiperconectada sometida durante tres décadas a la tensión ininterrumpida de la competencia y de la hiperestimulación nerviosa, a la guerra por la supervivencia, a la soledad metropolitana y a la tristeza? Esta fuga, sostiene Berardi (2020) debe prepararse imaginando lo posible, ahora que lo impredecible ha desgarrado el lienzo de lo inevitable. Lo que provoca pánico es que el virus escapa a nuestro saber: no lo conoce la medicina, ni el sistema inmunitario. Y lo ignoto de repente detiene la máquina (Berardi 2020). Pareciera que hay una pseudosolidaridad en lo profundo, aun cuando se manifiesta en la superficie -y especialmente en la comunidad docente-; una necesidad de compartir recursos e ideas; plataformas y experiencias por todas las redes y medios posibles.
3. Tres: la comunicación interpelada
Estas tensiones nos llevan a un tercer punto. La nueva ecología de medios conectivos incide en la manera de construir discursos, en sus instancias de reconocimiento y resignificación. Tal como señala García Canclini (2020[3]) hay que reinventar las conexiones. Frente a la ruptura de la linealidad de los relatos y las piezas fragmentarias, hacemos montaje porque no logramos construir una interpretación segura de cómo actuar. Creemos que se trata de construir propuestas que brinden herramientas conceptuales y prácticas para el análisis y la interpretación crítica de la comunicación; de tender puentes para el diseño de estrategias comunicacionales que aprovechen el potencial de las redes sociales, las narrativas crossmedia y transmedia, la videopolítica y el videoactivismo para enriquecer e innovar en las prácticas educativas.
En tiempos de fake news, comunicación horizontal, descentralizada y el nuevo tipo de diálogos que circulan fragmentados ¿qué tenemos que decir? Creemos que la interfaz entre comunicación y educación en escenarios de tecnologías emergentes nos proponen nuevas puertas de entrada para la creación de proyectos inéditos y con perspectiva de futuro.
– Introducir en los principales conceptos del campo de estudios de la comunicación en interfase con las tecnologías.
– Brindar a los/as futuros/as licenciados/as en educación herramientas conceptuales y prácticas para el análisis y la interpretación crítica de la comunicación en un ecosistema de medios digital, dataficado y algorítmico.
– Ofrecer para los/as futuros/as tecnólogos/as educativos/as herramientas para el diseño de estrategias comunicacionales que aprovechen el potencial de las redes sociales, las narrativas crossmedia y transmedia, la videopolítica y el videoactivismo para enriquecer e innovar en las prácticas educativas.
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[1] Van Dijck, J. (2016) La cultura de la conectividad. Una historia crítica de las redes sociales. Buenos Aires: Siglo Veintiuno Editores.
[2] Castells, M. (2009) Comunicación y poder. Madrid: Alianza editorial.
[3] García Canclini, N. (2019) Ciudadanos reemplazados por algoritmos. Guadalajara: Calas. Licencia Creative Commons. Berardi 2020
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