Desde hace 11 años, la ley de Educación Nacional establece que los niños con altas capacidades deben ser contemplados en sus necesidades educativas específicas, como condición para su óptimo desarrollo. En nuestro país, esto es letra muerta.
Frente a esta realidad, la Asociación por los Derechos Civiles (ADC) y Embajadores ACI Argentina crearon la primera Asesoría Argentina para la defensa de los derechos de los Niños con Altas Capacidades (ADDAC).
Actualmente, no existe un área específica dentro del Ministerio de Educación de la Nación para atender la temática, tampoco se incluye en la formación docente, ni se han desarrollado programas estatales para que las escuelas detecten, evalúen o atiendan a estos chicos.
ADDAC es un grupo de asesoramiento y orientación legal gratuito para padres con niños superdotados, precoces y talentosos.
Este nuevo servicio forma parte de un plan de colaboración mayor entre ADC y Embajadores, tendiente a establecer sinergias mutuas, con el objetivo de ayudar a los niños con altas capacidades del país. ADC suma su asesoramiento legal a las acciones de promoción y concientización que viene desarrollando Embajadores ACI (participación en congresos, reuniones con autoridades para el abordaje de la problemática en la agenda pública, capacitación en las escuelas y distribución de material bibliográfico).
El objetivo principal de ADDAC no es avanzar con litigios o pleitos, sino buscar consensos, a través de información clara sobre los derechos involucrados y el marco legal. Asimismo brindar orientación a la familia y el establecimiento, y colaborar con el proyecto pedagógico escolar, a partir de un diagnóstico de estas características.
Estos estudiantes representan al 15% de la población escolar, según los test estandarizados mundialmente. Según las pruebas usadas para la detección, estas personas tienen una capacidad superior al promedio, manifestándose como precocidad, talento simple, múltiple y superdotación. En todos los casos, la urgencia de ser abordados en su diversidad, por parte del sistema educativo, es la misma.
Pero cuando se habla de inclusión, se piensa exclusivamente en discapacidad, por lo que en la práctica se han convertido en sinónimos. Sin embargo, la inclusión supone contemplar la diversidad de todos los niños, a través del abordaje diferenciado y según las singularidades de cada uno.
Cuando esto no ocurre, los chicos con mayor potencial sufren serias consecuencias en su salud psíquica, emocional y física. Al no ser reconocidos (tanto en la escuela como en la familia), las bajas expectativas que se tienen sobre ellos o sus capacidades, ocasionan conformidad y falta de superación personal.
La mayoría limita sus realizaciones, sus avances y su crecimiento personal e intelectual, ya sea con el fin de ganar amigos más fácilmente, ser aceptados socialmente, o evitar ser etiquetados. Otros en cambio, presentan inconvenientes en la relación con los compañeros, una actitud crítica hacia los docentes y el sistema educativo, o conductas disruptivas como respuesta al aburrimiento y desmotivación.
Con pocas excepciones, los niños con estas características padecen diariamente situaciones de violencia emocional (bullying, discriminación, angustia), e incluso física, como consecuencia de la falta de atención.
En 2018 se cumplirán 25 años desde que la Ley Federal de Educación incluyó un artículo para la atención de este colectivo. La Ley Nacional de Educación también lo incluyó en 2006. En el artículo 93 de la Ley de Educación Nacional, se establece que “las autoridades educativas jurisdiccionales organizarán o facilitarán el diseño de programas para la identificación, evaluación temprana, seguimiento y orientación de los/as alumnos/as con capacidades o talentos especiales y la flexibilización o ampliación del proceso de escolarización”.
Para acceder a la asesoría, los interesados pueden escribir a [email protected]
https://www.facebook.com/embajadores.aci.argentina
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