La sublevación de Callao. Perú

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Al renunciar San Martin al Protectorado del Perù en septiembre de 1822,dejó instalado el Primer Congreso  Constituyente, que luego de las derrotas de Torata y Moquehuà y ante el avance de los realistas se instaló en el Callao en junio de 1823, y depuso del cargo de presidente del Perú al mariscal José de la Riva Agüero, a la vez que nombró una comisión para solicitar la venida de Bolívar “ a fin de salvar al Perú” y trasladó el gobierno, el Congreso y los tribunales a la ciudad de Trujillo. A su vez , encargó el gobierno ( 17 de julio de 1823) a José Bernardo Torre Tagle.

A fines de 1823, Bolívar llegó a Lima y en enero de 1824,  dispuso que la fortaleza del Callao fuera custodiada por fuerzas argentinas, chilenas y peruanas retirando de la plaza al grueso de  las fuerzas colombianas.

En esta situación quedó el “regimiento Río de la Plata” (formado de la unión de los batallones 7 y 8 del Ejèrcito de los Andes) , algunos integrantes del 11 de infantería ( creado en el Ejèrcito de los Andes) , un destacamento chileno de artillería   y parte de dos batallones peruanos de infantería. En total 1300 hombres a los que debían sumarse en la defensa, dos escuadrones de Granaderos a Caballo que concurrirían a ese destino.

Del contingente de infantería sobreviviente de los Andes ( Reg. Río de la Plata y Reg. 11 de infantería) no quedaban más de 160 soldados de los que habían cruzado los Andes ya que, las bajas en la campaña al Perú y a Ecuador, y los desprendimientos para formar otros cuerpos peruanos,  habían sido cubiertas por negros libertos peruanos, que no tenían el mismo espíritu de combate que los argentinos, y “ pasados”  del enemigo, lo que no garantizaba su fidelidad.

En la noche del 4 al 5 de febrero de1824, se sublevó la tropa del Callao encabezada por los suboficiales Damaso Moyano y Francisco Oliva que apresó al gobernador de la plaza ( Rudecindo Alvarado) y a todos los jefes y oficiales.

Según B. Mitre, entre los jefes y oficiales aprisionados se encontraban , entre otros, “ …auditor de guerra López Aldana, Jefes: Videla Castillo (José), Ortega, Carrasco (Eduardo), Medina, Magan (Escolástico) Agüero, Llicio, Girout (Eugenio) Tenorio, . Oficiales: Díaz, Pedro José, Gómez, Pando, Cavero, Belareso, Campana, Lista (Ramón) Ortiz, Heredia, Castro, Prudan (Juan Antonio) Pérez,Jiménez, Callejas, Reaño, Noriega, Ríos, Quiroga, Carrillo, Grados, Cheguecas, Gallangos, Lucero, Miro, Funes, Alvarez, Calderón, Muñiz, González, Taramona, González (Lorenzo Román) González (José Ignacio) Pérez (José Miguel) dos hermanos Dulantos, dos hermanos Barrones, Tapia, Tineo, Fernández, Gómez, Cabanillas, Ariste, Godoy, Pérez (Manuel) Luján, Oliva, López ( Manuel) …”  [1]

Obtenido este triunfo, cundió la desorganización entre los amotinados, una parte de la tropa estaba sorprendida, esperando las órdenes de los jefes a los que había seguido desde Buenos Aires. Otra se dedicó al desenfreno sin medida ni orden

Hubo un intento de parlamento entre las tropas patriotas y los sublevados, en el cual éstos reclamaron como condición para levantar la medida, que se le abonaran los sueldos atrasados y se los repatriara. En principio, aceptaron la propuesta del capitán Estanislao Correa  de reunirse con los jefes argentinos que ellos mismos decidieran

Los rebeldes eligieron como mediador al General Mariano Necochea, por el afecto y la confianza que inspiraba en la tropa. Se  acordó abonar los sueldos pero el dinero no fué provisto por el gobierno del Perú, por lo que, los sublevados dieron por terminadas las negociaciones.

La entrevista se realizó en el Castillo del Real Felipe, con los amotinados pero » las moderadas proposiciones que transmitieron por su conducto, fueron equivocadamente recibidas por el Congreso  (del Perú) – cuenta el Gral Miller en sus Memorias – y los esfuerzos de Correa por disolver la sublevación » …no fueron debidamente secundados por el Gobierno  que cuantas tratativas hicieron para someterlos, resultaron inútiles . El pago de 50.000 duros habría evitado la catástrofe, pero la tesorería no tenía a disposición esta suma y los miembros del gobierno no tuvieron el patriotismo de anticiparla…»

Para orientar su accionar, el sargento Moyano se contactó con el prisionero coronel español José María Casariego. Este le recomendó que trasladara a todos los prisioneros españoles fuera de la prisión y que en ella colocaran a todos los oficiales patriotas ya que, según sus dichos, de los españoles «no tenía nada que temer y sí mucho de las represalias de los jefes argentinos».

Poco después, Casariego convenció a Moyano y Oliva de la necesidad de contar con el apoyo de los españoles para dominar la situación, a la vez que les ofreció cargos importantes en el ejército realista en caso de acceder a esta sugerencia. Moyano habló con la tropa para convencerlos que la única manera de volver a Buenos Aires era con el apoyo de los españoles y así, los prisioneros españoles fueron liberados.

Moyano se declaró Jefe superior con el grado de Coronel, Oliva fué nombrado teniente Coronel, Casariego se designó gobernador político y Militar del Callao, se reformaron los cuerpos a los que se les dió jefes españoles y se libró oficio al General Canterac (jefe español de las fuerzas que quedaban en Perú) poniendo a su disposición la plaza del Callao.

 

 

[1] Mitre, Bartolomé. “ Páginas de Historia ”. Edic. La nación, Bs. As. 1906.pag. 26.

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Acerca de Julio Ruiz 58 Articles
Profesor de Historia. Colegio Cervantes y Jesús Sacramentado de Bolívar, Argentina. Ex Intendente de la Ciudad de Bolívar en la Provincia de Buenos Aires, Argentina en el período 1987-1991. Abogado. Integrante de la Asociasón San Martiniana en su caracter de presidente. Columnista en el Diario La Mañana. Obras Históricas entre otras: Blandengues, “La Odisea”, “Historias que hicieron cuentos”, “Paginas de una historia olvidada”. “Hubo un tiempo que fue Hermoso”una creación colectiva de ex alumnos, Bachilleres de la promoción 1972 del Colegio Nacional de Bolivar (Bs As). Los Negritos de San Martín. “La historia, un cuento y un libro”

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