«LA REPÚBLICA DE LA OPINIÓN». PODER POLÍTICO Y SOCIEDAD CIVIL DE.. 489
obligado paréntesis que conduce al 11 de septiembre, resulta posible redescubrir un interés explícito hacia la asignación de la responsabilidad de la asonada a esa opinión, que de este modo adquiería un lugar indisociable en la refundación de la autonomía porteña»*^. En este caso, la impostación de sus acciones estaría acompañada de una
imponente puesta en escena, en la cual no sólo Valentín Alsina y Lorenzo Torres aparecieron sellando —^mediante su abrazo en la
ceremonia del Teatro Coliseo», la reconciliación entre las facciones provinciales»*, sino que las tropas sobornadas se agregarían a las provinciales, reafirmando en el espacio público en formación el poderío militar de la provincia, en un colorido desfile con entrega de medallas alegóricas y premios en metálico». El sitio de Lagos que le sucedió permitiría instalar, dentro del imaginario en formación, la noción fundamental de ciudad sitiada.
En su transcurso, tanto la acción coordinada entre las facciones, como las medidas adoptadas en especial, la convocatoria de la Guardia Nacional, admitieron una traducción inmediata dentro del imaginario provincial, destacando una unidad de la dirigencia cívico-militar renovada ante la agresión del enemigo, y fundando una
de Rosas; como si ese tratado no tuviera otra cosa con que ser demostrado que con el poder de las armas.», 21/6/1852.
«Buenos Aires había sido testigo y actor desde 1810 de cambios, revoluciones, motines y alzamientos populares. Ninguno, empero, tenía el carácter del de 11 de Septiembre. Aqui no había partido vencido, no había gobierno dislocado, no había división de clases, ni la campaña contra la ciudad, ni los rosistas contra los unitarios. Galán en retirada, todo estaba terminado; porque Galán era el gobierno. Galán era Urquiza, Galán era la conquista.(…) Así, pues, la revolución tenía la sanción del común asentimiento, la santidad de una ablución de las pasadas faltas y de la humillación presente (…)»,D.F. SARMIENTO: [22] p. 356. Esta relación con la gesta de Mayo, desarrollando una narración similar, es efectuada también por José Luis BUSTAMANTE: [33].
«^ ‘*La fusión de los partidos, tan preconizada y tan contrariada por Urquiza, se obró el 11. Alsina, el órgano de la prensa de Montevideo, y Lorenzo Torres, el orador de la Sala de Representantes de Rosas, se presentaron del brazo en un baile público, y pasaron la noche juntos.», D.F. SARMIENTO,: [22], pp. 356-357.
45 «Ningún pensamiento mezquino, personal, ni estrecho; ninguna mira de intereses individuales, ni de partido entraba en el plan que guiaba en aquellos momentos al pueblo y al Ejército. Tratábase únicamente de restablecer la libertad para todos, sin acordarse de federales, ni de unitarios, ni de libertadores, ni de ninguna otra entidad que representase pretensiones de otro género. El patriotismo más puro guiaba en aquella ocasión la opinión
pública, con tanta altura y desinterés como el memorable 25 de mayo de 1810.», J.L. BUSTAMANTE: [33], p. 162. 46 Adolfo SALDÍAS: [32], T. IL R.L, 1997, n.° 210 (c) Consejo Superior de Investigaciones Científicas. Licencia Creative Commons 3.0 España (by-nc) http://revistadeindias.revistas.csic.es mística guerrera que reconocía en los denominados leones de la Guardia Nacional el signo de una virilidad que atravesaba el tejido social, etemizada inmediatamente por el folletín Camila ó la virtud triunfante ó la oportuna carta en la que el joven ministro Bartolomé Mitre asimilaba en su arrojo y disposición a gobemantes y gobernados, prescindiendo de su pasado y adhesiones políticas».
Como hemos visto, el triunfo del oro porteño que clausuró el asedio de Lagos sería presentado, una vez más, como el de la opinión pública, y es de notar que, si bien las Jomadas de Junio o el 11 de septiembre reconocían en esa asignación el sello de una dirigencia liberal esforzada en reclamar tales logros como el fruto de su propia interacción con el criterio público, las alternativas del proceso inmediato condujeron, en cambio, a la socialización de ese discurso, integrando a buena parte del antiguo personal federal. Más aún, el siguiente hecho político de fundamental importancia en la construcción del imaginario colectivo, la sanción de una Constitución Provincial donde el Estado Provincial reasumía su soberanía esto es, la cristalización institucional de una identidad autónoma equiparable a
la del Estado de la Confederación—, sería principalmente producto de la iniciativa de destacados jefes federales, como Nicolás Anchorena ó Lorenzo Torres, superando sin esfuerzo las resistencias aisladas de Mitre ó Paz.
Asimismo, esa identidad porteña sería elaborada en oposición a una barbarie que sintetizaba la tríada compuesta por Urquiza, los militares rebeldes con Lagos a la cabeza y las tribus indígenas que organizaban malones, integraban los ejércitos rebeldes y confederados en los momentos decisivos e, incluso, llegaron a establecer un mercado de cautivos a mediados de la décad, la cual encontraba su expresión simbólico/espacial en la campaña. La imagen
elaborada por Mitre, representando a la ciudad sitiada como a una cautiva blanca atada y de rodillas en las tolderías pampas, resultó, seguramente, la estilización más lograda de un sentimiento de temor compartido.
b.1.3. El papel de la Opinión Pública: Dentro del proceso de resignificación de valores republicanos me interesa aqui puntualizar la ^’^ Ver carta del General Mitre al doctor don Juan Carlos Gómez en La Tribuna del
16 de diciembre de 1869. En: A. SALDÍAS: [32], pp. 89-90. ÍR./., 1997. n.° 210 (c) Consejo Superior de Investigaciones Científicas Licencia Creative Commons 3.0 España (by-nc)
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