“No deberíamos seguir enseñando sin preguntar antes qué es la ciencia, qué es el método y cuál es su objeto de estudio y sin guías de contenidos conceptuales y procedimentales”.J.Y.
En una reciente ocasión que rara vez ocurre en la escuela N° 532 “Dr. René Favaloro” de la ciudad capital de Formosa se produjo un debate entre docentes, breve pero intenso, ello enmarcado en una conversación sobre los lineamientos necesarios para participar de las próximas Ferias de ciencias.
Las distintas opiniones volcadas enriquecieron el debate pero también animaron a una reflexión en nosotros, dos docentes cooperativos:
Pensamos que no es justo hablar de ciencia sólo cuando se realizan las Ferias de ciencias, en todo caso, este es un importante escenario, pero lo sustancial es el aula. Surgieron dudas e interrogantes: ¿Qué hay de las matemáticas? ¿Y de lengua? ¿Acaso no son ciencias?”
El objetivo central de la educación científica consiste en enseñar a los alumnos a pensar por medio de teorías para dar sentido a su entorno nos dice dice Bahamonde (et al. 2010).
Nora Bahamonde es una investigadora y autora argentina que ha contribuido significativamente al campo de la enseñanza de las ciencias, especialmente en la escuela primaria. Su enfoque se centra en la alfabetización científica, un concepto que enfatiza la importancia de que los estudiantes puedan no solo adquirir conocimientos científicos, sino también comprender la naturaleza de la ciencia misma.
Hacia una renovación educativa.
Sostunemos, entonces, que sería bueno renovar las formas en que se enseña Ciencias en la escuela primaria. Claramente no ayuda el actual abordaje didáctico al arraigo de la enseñanza de las ciencias.
En realidad, no deberíamos seguir enseñando cualquier disciplia sin antes preguntar qué es la ciencia, qué es el método y cuál es su objeto de estudio”. Superar el enfoque memorístico y apostar por una enseñanza que despierte la curiosidad, fortalezca las habilidades.
Conectar la vida cotidiana con las ciencias.
La importancia de promover el desarrollo de habilidades, destrezas y capacidades en los estudiantes, a partir de contenidos conceptuales y procedimentales científicos que conecten con su vida cotidiana y despierten la curiosidad por comprender el mundo que los rodea como parte del proyecto que nos habla Bahamonde: La alfabetización científica integral.
Como siempre vemos propicia la ocasión para invitar a asumir que en la escuela primaria, los fenómenos del mundo físico, químico, tecnológico y social, más la mirada que aporta la filosofía cooperativa adquieren cada vez mayor relevancia para la formación cultural y educativa.
¡En la fraternidad, un abrazo cooperativo!
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