En todos los países sin libertad, he notado que cada hombre es un tirano. -Juan Bautista Alberdi.
No hay silencio humano, ni defensores a medias cuando tratamos de aprender a valorar, proteger y conocer nuestros derechos humanos. A partir de la invención de la esclavitud, el hombre ha intentado, no sin enormes lucha valorarse como persona libre por eso entendió desde tiempos inmemorables que los derechos son un bien ganado para beneficio de la humanidad.
Pero… ¿Qué significa la palabra derecho? Sabemos que viene del latín, los creadores del derecho como fuente de ¿razón y justicia? Expresa justo. Lo justo era lo determinado por la ley para los antiguos romanos por eso, los que estudian las leyes en la universidad dicen que están estudiando derecho.
No hay sociedad si no hay un bien común, no hay progreso humano sino aprendemos a vivir en una comunidad, por lo tanto los derechos son bienes comunes y colectivos. Pero no debemos de olvidar que una verdadera convivencia en sociedad no solo implica derechos, si no también deberes.
Los derechos son parte integral de nuestra esencia como personas, no se concibe al ser humanos libre sin la defensa y respecto de sus derecho, no se enseña a los niños, alumnos a una convivencia plena si no se les enseña a justipreciar los derechos, por ende la predica debe ser constante desde las casas, escuelas, estados, ONG, trabajos, en fin con todo contexto que rodea a los seres humanos. Vimos en comunidad.
Derechos como la vida, a la integridad personal-física, psíquica, a la protección de la libertad de conciencia y de a vivir en paz, religión, moral, a la libertad de expresión son derechos declarados universalmente.
El Estado es el responsable de respetar, garantizar y promover el ejercicio de los derechos humanos. Respetarlos significa: No interferir con áreas específicas de la vida individual; garantizarlos implica adoptar las medidas necesarias para lograr su satisfacción en la población, y asegurar la prestación de determinados servicios.
Desde 1948 y con la progresiva aceptación de cada una de las naciones del planeta, la Declaración Universal de los Derechos Humanos, nos dice cómo deberían ser las relaciones entre los seres humanos, sobre la base de la libertad, la igualdad y la dignidad.
Escribir y hablar de los derechos humanos en América Latina y todo el mundo es hablar de los derechos de todos por lo tanto no es el derecho de que algún gobierno se subrogue este tema, como actualmente está ocurriendo en algunos gobiernos como Venezuela, Ecuador o Argentina que se está usando para beneficio de sus campañas políticas olvidando que los derechos humanos son una cuestión de estado y no de un gobierno, los gobiernos pasan los estados quedan.
Si los gobiernos hacen esto están siendo demagógicos y la demagogia es la falta de respecto a los valores supremos democráticos. Los Derechos Humanos deben ser y son plurales no pueden ser para un determinado grupo humano.
Los derechos humanos están fundados en la necesidad de respetar la dignidad de todos los seres humanos, independientemente de sus características particulares, nadie es superior a otro.
Son los Estados los que tienen la obligación de garantizar los derechos humanos. No hay Estado de derecho sin compromiso y vigencia de las leyes. Ellos implican una concepción del hombre, del Estado, de la Nación y de la Patria, parecen conceptos decimonónicos pero debemos ser conscientes de lo que significa la perdida de estos. En definitiva, en una democracia moderna y organizada el respeto de todos los derechos debe cobrar plena vigencia.
El concepto de Derechos Humanos es integral, ya que son interdependientes, es decir que no hay un derecho más importante que otro, lo que implica que la violación a uno solo de ellos, repercute en múltiples violaciones, además que la realización de un derecho posibilita la realización de otros.
El filósofo Immanuel Kant defendió la importancia de los derechos al explicar la diferencia que hay entre las cosas y las personas. Las cosas, según Kant, tienen un valor relativo al que llamamos precio, pero las personas tienen un valor absoluto en sí mismas al que llamamos dignidad por lo tanto los derechos deben ser absolutos.
El siglo XX fue uno de los siglo más crueles, guerras mundial, guerras limitadas, preventivas, actos de genocidios y terrorismo ha sido una carrera contra nuestro propio exterminio; años de evolución natural para terminar volando por los aires en cuanto a la potencialidad de la violencia y a la dimensión global de la misma.
Pero también es a la vez es el siglo en el que se reconoce y se crean numerosos instrumentos jurídicos para la difusión y el respeto de los Derechos Humanos, hay hombres que piensan en el bienestar de los otros y en salvar a la humanidad actos heroicos si los hay.
La situación de los derechos humanos en América Latina varía mucho de país a país. América Latina es la región más desigual del planeta, por lo tanto la defensa de los derechos humanos en precaria, puesto que no se debe caer en letra muerta. Tiene que ver con la existencia o no de un estado de derecho casi todos los países de América viven en democracia por lo tanto no debe haber estado que se ruborice ante la trata de ellos.
Hagamos un poco de historia.
Los derechos humanos están en nuestras vidas desde mucho antes de la revolución francesa, están desde que Ciro el grande en -539 libero a los esclavos de los pueblos y dijo que todas las personas tenían el derecho de escoger su propia religión y establecía la igualdad racial. Ciro sin saberlo le dio las primeras características para tener y ser derechos humanos ellas son: carácter Históricos porque están vinculados profundamente con la realidad histórica, política y social de todos los tiempos.
Progresivos. Su tendencia es al avance, de ninguna manera a la regresión o cancelación, tanto en lo que corresponde al contenido protegido como a la eficacia y procedimiento para su cumplimiento. Todas estas premisas están guardadas en un cilindro de barro acadio, y es reconocido con el primer documento que habla de los derechos humanos.
Una de las primeras veces que se escucharon la defensa de los derechos humanos en América fue con Bartolomé de las Casas cuando defendía a los originarios en el sistema de las naborías es más justo sistema de trabajo indígena que se tuvo en cuenta en América
En Argentina la valoración de los derechos humanos tomo plena vigencia con Comisión Nacional sobre la Desaparición de Personas (CONADEP) que fue creada por el presidente Raúl Alfonsín,” padre de la democracia argentina” el 15 de diciembre de 1983, cinco días después de asumir, y su informe fue entregado el 20 de septiembre del año siguiente, en lo que hoy parece una alegoría del fin del invierno político más cruel vivido por el país en toda la historia.
La investigación constató la desaparición de «cerca de nueve mil» personas, señala en el prólogo del libro el presidente de la comisión el escritor Ernesto Sábato, además de crear como si fuera una huella digital de denuncia la frase «Nunca Más”.
El impacto de lo que se decía y de las imágenes eran tal, que Alfonsín discutió con su gabinete la posibilidad de no emitirlo, las botas estaban cercas y seguían dominando el panorama político argentino de entonces.
Dentro de las denuncias recibidas hubo una que llamó la atención de los investigadores. Fue el testimonio de un grupo de morgueros de Córdoba, quienes entregaron una carta dirigida al dictador Jorge Videla, en 1980, en el que reclamaban una mejor paga por la cantidad de inhumaciones de «elementos subversivos» que habían hecho por entonces.
Los derechos humanos deben tener educación y memoria, deben ser basamento fundamental de la propia existencia de la civilización. Se debe hacer una pedagogía de la memoria. Debemos educar en los derechos y más en los derechos humanos porque “Debajo de cada derecho corrieron –y corren- ríos de sangre”
Tal y como reza la Declaración de Viena de 1993, «los derechos humanos y las libertades fundamentales son patrimonio innato de todos los seres humanos». Los estados deben estar al servicio humano.
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