El ministerio de Educación de la Nación pedirá asesoramiento a Finlandia en materia educativa.
Quiero una escuela para argentinos, de argentinos y por argentinos. No quiero una escuela en donde se nos tomen a todos como “ratas de laboratorios”, ya sabemos cómo son las reformas que vienen de afuera no quiero tratar de adaptarme y ser un eslabón en la “selección natural” que me imponen los designios de afuera. No se puede tratar de aprender con las experiencias foráneas.
No hay formación sin evaluación y no solo hay que evaluar resultados. Hay que diseñar un sistema educativo y carrera docente atractiva. La acreditación no debe ser solo de carácter académico-administrativo y la evaluación no solo se debe referir al aprendizaje para valorar la efectividad del proceso enseñanza.
¿Los argentinos somos incapaces de generar entre tanto pedagogos, docentes, padres y sociedad una política de estado educativa?. Esa manía de mirar siempre afuera sin valorar lo que tenemos.
Muchos gobiernos mantienen una relación esquizofrénica con la educación. La educación es el mejor valor para construir un estado desarrollado.
Una política educativa ayuda al crecimiento cultural que conlleva a vivir en un estado pleno. Los gobiernos en nuestro país se han planteado reformar el sistema educativo recurriendo habitualmente a experiencias internacionales “exitosas” con el objetivo de aprender de sus puntos fuertes y, en la medida de lo posible, intentar emularlas, pero ¿siempre es así?. Las reformas, los políticos y los reformistas deben valorar la idiosincrasia del ser argentino.
¿Por qué no considerar a educación como una actividad de honor y mostrar respeto por todos nuestros pedagogos, nuestros maestros y profesores?
El mundo entero se ha acalorado en entender el sentido que se le da al aprendizaje en Finlandia desde que la primera prueba PISA, aplicada en el 2000 por la Organización para la Cooperación y el Desarrollo Económicos (OCDE), demostró que ese país de apenas cinco millones de habitantes, tenía el mejor sistema educativo.
PISA ha pasado de ser una herramienta para diagnosticar debilidades y fortalezas de los sistemas educativos nacionales ha convertirse en la liga de la justicia educativa. Ellos se muestran como seres poderosos dentro de una ideología aun positivista, la superioridad del hombre blanco, ¿dónde está el valor de la diversidad?, ¿dónde descansan las inteligencias múltiples si consideramos lo foráneo como nuestro?
La educación se debe personalizar más, pero… por ejemplo con aulas de 45 alumnos en nuestro país esto no corre. Finlandia sostine que desde los primeros años se interviene para apoyar a los alumnos con necesidades especiales, con lo que se evita que sus dificultades aumenten con los años y se minimizan los porcentajes de fracaso escolar, eso está previsto en nuestras leyes. El problema no son las leyes, sino el cumplimiento de las leyes, esa eterna lucha entre el derecho y el hecho en Argentina.
Finlandia para pensar: tiene una de las tasas de muertes en accidentes por conducir ebrios, se ven que no se enseña muy bien, cual es valor de la vida tanto en las casa como en las escuelas. Tiene uno de los índices de depresión más altos del mundo, se ve que aprender no los hace felices, los hace máquinas. Cerca del 59% de las mujeres de más de 15 años han sufrido abusos psicológicos o físicos por parte de hombres parejas o no. Se educa con amor o para llenar valores numéricos en las estadísticas.
Quiero una escuela que no domestique, que sea humana. Finlandia se está convirtiendo en un mito a mi entender, los mitos algo de realidad tienen pero Finlandia va camino a convertirse en un relato tradicional que se refiere a acontecimientos prodigiosos. No se muestran las falencias y error enseña.
Los profesores son personas muy importantes en la sociedad en Finlandia, imagino que es difícil cambiar un sistema educativo si nosotros no cambiamos nuestra percepción de la educación, lo que buscamos y esperamos en ella, en muchas escuelas de nuestro país está roto el contrato emocional entre los docentes, las escuelas y los padres.
La evaluación que no ayude a aprender de modo más cualificado, equitativo, relevante, emancipador, con mayor grado de autonomía y de responsabilidad en los diferentes niveles de la educación es mejor no practicarla, a la larga lo que sufren las consecuencias y esas recaen sobre todos los actores de la educación. Los resultados negativos o positivos siempre afloran.
Evaluar es parte del aprendizaje, por lo tanto me tengo que incluir en él. Dicen por ahí, que nos educan para ser mediocres, no nos sumemos a esta falacia.
La educación debe estar al servicio de la enseñanza y la evaluación también. Solo evaluar por evaluar no tiene sentido en sí misma.
Es hora de cambiar nuestros viejos roles, los de los padres, el colegio y los profesores, una mirada a Finlandia no puede producir ningún hecho mágico.
El mapa tiene una connotación para mencionarlo así con esas características.
Entiendo que copiar lo que funciona está muy bien. Es la manera de crecer más rápido en muchos ámbitos. No hace falta cerrarnos al concepto de bueno o malo por tomar ideas que se crearon en otros países. Si en un país funciona algo, ¿por qué no copiarlo e involucrarnos con el cambio en lugar de perder años inventando algo nuevo? El cambio en una sociedad a través de la educación es primordial y lleva tiempo.
Y al margen de todo, seamos cada uno el cambio que queremos ver en el mundo.
Hola Javi gracias por leer los artículos de la Revista Educativa El Arcón de Clio. Saludos cordiales. Yo siempre me baso en lo que tenemos acá. Yo me involucro mucho por eso hice este analísis. Saludos coridlaes