Reflexiones sobre arte, conocimiento y su valoración

Autoretrato por Brenda Toloza

Loading

notaRe conceptualizar nuevas perspectivas relacionadas con Arte, conocimiento y su valoración, invita a reflexionar sobre el proceso devenido desde la Modernidad, Post Modernidad a lo contemporáneo. Un sistema de racionalidad clásica cerrado se opone a una dinámica permanente en la actualidad, cuyo cambio implica otras formas: dialógica, crítica, y empírica; dejando de lado determinismos y mecánicas simplistas que desechan el error con tintes autoritarios. En la actualidad se profundiza la complejidad, se problematiza sobre el error y propicia la autocrítica.

La tarea de dar esclarecimiento a estos fenómenos y edificar un patrón de realidad (Maturana, 1996), demanda el redimensionamiento del concepto de Arte, este invita a establecer un abordaje interdisciplinar para que el Arte sea interpretado como proceso. Es decir… un nuevo concepto que apunta a lo situacional y las relaciones que se van construyendo en una red de sentido, donde media un universo participante compuesto por: el artista/el productor o hacedor, su obra (objeto/acontecimiento y el público/espectador/usuario….donde estos interactúan entre sí (Catalá, 2005; Bourriaud, 2008; Claramonte Arrufat, 2008). Es entonces en donde esta interrelación situacional se forma en un determinado valor social que da sentido y germina un escenario artístico.
Resulta valorativo analizar estas nuevas perspectivas filosóficas sobre Arte, para llegar a interpretar que es este redimensionamiento donde se da un marco de complejidad, nacen nuevas subjetividades y el concepto de lo interdiciplinar en ámbitos de espacios artísticos y educativos.
El preguntarse cuáles serían las peculiaridades de lo contemporáneo en relación a la Modernidad y la Post Modernidad, y cómo estas afectan lo situado en ¿cuándo hay arte? De cuándo se considera que no lo hay (Goodman, 1995).
La incorporación de lo interdiciplinar fue promoviendo la construcción de nuevas subjetividades y el abandono de modelos logocéntricos ; estos escenarios evidencian un cambio de época y nuevas configuraciones en la construcción de sentidos simbólicos. Es a partir de este nuevo concepto de Arte como proceso, en el cual interviene el artista/su obra y el espectador, que se centra el análisis en las relaciones que se establecen entre ellos, siempre considerando la dinámica situacional, dejando la estructura estática del sujeto artista, de la obra objeto o del público pasivo; estableciendo entonces un ordenamiento que caracteriza y diferencia el arte moderno, del postmoderno y contemporáneo (Debord, 1967).

nota1Picar en la imagen para ampliarla.     Colección PGD eBooks | Secretaría de Posgrado | Universidad Nacional de Quilmes | Junio de 2016
“El proceso artístico contemporáneo”
La transformación en el proceso del Arte, relacionado con un modelo interdiciplinar está dimensionado en la total desmaterialización de la obra, sea que esta se construye en el entorno virtual o perfomático.
“El arte, aquí, ya no consiste en componer un «mensaje», sino en maquinar un dispositivo que permita a la parte todavía muda de la creatividad cósmica hacer oír su propio canto. Aparece un nuevo tipo de artista que ya no cuenta ninguna historia. Es un arquitecto del ámbito de los acontecimientos, un ingeniero de mundos para miles de millones de historias venideras. Esculpe directamente sobre lo virtual.” (Levy, 1999)

Resulta interesante indagar en el proceso de transformación del Arte y de la obra de arte contemporánea, para definir que su aspecto interactivo, convierte al espectador en participante; de la “calidad” de dicha interactividad depende el producto, no de la suma individual de las calidades. Y….para que haya una buena interacción tendrá que habitar una congruente escucha, un respeto por el pensamiento y/o palabra propia y de la otredad.

“Diseñar experiencias (narrativas) interactivas obliga a salirnos permanentemente de nuestra cabeza, algo que casi ninguna profesión hace salvo en circunstancias excepcionales, como cuando los buenos docentes o terapeutas logran desarmar la maraña de autorrepresentaciones de los otros y proponen otras nuevas”. (Chris Crawford, 2004).

Considero importante basar nuestras conceptualizaciones en marcos teóricos que permitan sostener nuestras prácticas docentes en Educación Artística, la ciencia como otros aspectos socio culturales se van transformando en el tiempo, influenciados por investigaciones que han permitido avanzar en otras perspectivas. Resulta relevante ir actualizando nuestros conocimientos, si en realidad se esperan cambios innovadores en Educación, los niños/as y jóvenes del Siglo XXI no son los mismos del Siglo XX ni de Siglos anteriores, el contexto socio histórico, político y social fue mutando, acorde a nuevos paradigmas y necesidades.

Es por ello que hoy hablar de creatividad y conocimiento implica comprometerse en la lectura de investigaciones en campo, resultados académicos, y en el tema de la creatividad: ¿qué está pasando en algunas instituciones que no logran o no dejan que sus niños/as la desarrollen en libertad? Libertad para manifestarse libremente a través de la imagen simbólica que para ellos resulta válida y para algunos adultos que los acompañan en su aprendizaje no lo son (ZDP).
Fueron grandes los avances en investigaciones relacionadas con los procesos psicológicos y cognitivos, se fueron construyendo definiciones tanto de la inteligencia como de la creatividad, un tanto complejas y en ocasiones holísticas.
Se ha afirmado sobre las capacidades y/o potencialidades de niños/as, condicionadas a situaciones que tienen su origen en la exterioridad de los entornos escolares, sin embargo se considera indispensable analizar multidimensionalmente estos factores, ya que los mismos suponen relaciones múltiples entre condicionantes subjetivos y contextuales (Elisondo y Donolo, 2010).
¿Qué lugar ocupa el Arte en Educación?
Si tomamos como concepto el Arte como experiencia, esto implica “aceptar” que el Arte en acción produce cambios en el mundo, y resulta indispensable comprenderlo como experiencia. Parafraseando a J. Dewey la experiencia es un concepto que es importante interpretarlo en cualquier área curricular como en Arte. Se basa este autor en dos principios inseparables en toda experiencia educativa: el de la continuidad de la experiencia y el de la interacción; la experiencia es la que permite diferenciar entre las que son valiosas en el aprendizaje de las que no la son.

“El principio de continuidad de la experiencia significa que toda experiencia recoge algo de la que ha pasado antes y modifica en algún modo la cualidad de la que viene después” (Dewey, 1958, p. 37).

Por esto la dificultad que presenta toda pedagogía es la selección y preparación de las experiencias adecuadas. Y el arte no escapa a esto. Una experiencia es educativa cuando permite el crecimiento, pero es necesario establecer trayectorias hacia las que se dirige ese crecimiento. El cómo? El para qué? El sentido, dirección o intencionalidad de la experiencia como propuesta didáctica.
Si una propuesta pedagógica procura organizar experiencias educativas, es preciso que tenga un certero conocimiento del contexto de los sujetos, pero también de su ambiente físico, emocional y social.

“Así como la educación tradicional busca la adaptación de los sujetos al medio social existente, y se constituye entonces en fuertemente reproductora del statu quo —toma en cuenta las condiciones objetivas
e impone un control externo sobre el sujeto, por lo que anula, o al menos lo intenta, su subjetividad—, el extremo opuesto no es mucho más auspicioso. Es decir, las “nuevas” pedagogías que sistemáticamente niegan lo instituido, han generado muchas veces el efecto contrario: la supresión de las condiciones objetivas para atender solamente a las condiciones internas del sujeto. Las dos posiciones encarnan visiones dicotómicas de la realidad y de los sujetos, y violan el principio básico de la interacción ente ambos factores de la experiencia: las condiciones objetivas y las internas.”

El modelo logocentrista que centra el valor del Arte en la instrucción de los alumnos, un modelo que responde al contexto cultural de Europa del Siglo XVII y XVIII, establece que una “buena obra de Arte” está sujeta a reglas y principios universales (Aguirre Arriaga, 2005, p. 65).
¿Qué consecuencias tiene esto en la enseñanza artística? El niño/a o joven deberá recorrer un trabajoso proceso formativo en el que tendrá que lograr conocimientos de la especificidad, respetando las normas y procedimientos autorizados. Las destrezas más demandadas serán valoradas por la imitación y la copia exacta, la obediencia al docente y la reproducción correcta de la realidad o de las obras ofrecidas.

“Es interesante destacar que este modelo sigue presente en muchos espacios de educación artística.
En la enseñanza del dibujo, por ejemplo, sigue teniendo gran prestigio y muchas veces se constituye en el modo formativo dominante. Podríamos afirmar que se trata de un modelo de supresión del sujeto, o al menos que reviste la fuerte intención de suprimirlo.”

Recurrí a la cita literal del libro, pues sentí la necesidad de no cambiar ninguna palabra que refleja con fiabilidad lo que hoy está sucediendo en muchas instituciones educativas en la materia Plástica Visual y/o Arte. Este libro fue editado en Junio de 2016, refleja con exactitud la realidad que padecen muchos niño/as y jóvenes, donde estimo se está matando la creatividad e imaginación al seguir resistiendo en un modelo logocentrista.
Esto a pesar de que los diseños curriculares no lo promueven, en realidad cuando uno los lee se intenta generar un cambio radical a este modelo que moldea sujetos, los suprime en su subjetividad, y seguramente ante la mirada del filósofo Michael Foucault intenta crear y sostener espacios de poder que domestique, en lugar de formar sujetos con pensamiento crítico, y promover “la interacción” como forma de socialización.
El silencio, el trabajo individual, el conductismo, la copia, el no poder volar con la imaginación, suprime subjetividades y inhabilita el crecimiento como ser humano.

El haber centrado esta nota en un marco teórico devela la preocupación de muchos pedagogos que se encuentran trabajando e investigando en estos temas. Me pregunto ¿Cuándo llegará el cambio a todas las instituciones? Y no a unas pocas? Donde docentes que sí están comprometidos en generar sujetos activos, participantes, críticos producen cambios coyunturales en el día a día. Esto también sería equidad educativa!! Que todos los niños/as y jóvenes tengan la oportunidad de expresarse libremente a través del Arte visual o lingüístico, sin condicionamientos sobre sus formas de hacer, siempre que estas sean acordes a lo pedagógico.
Gracias por leerme.

picsart_06-01-04-04-03
Autoretrato alumna 6ª Año

Bibliografía
“Conocimiento, arte y valoración: perspectivas filosóficas actuales.”
Victoria P. Sánchez García
Federico E. López
Daniel Busdygan
(Compiladores)
Colección PGD eBooks | Secretaría de Posgrado | Universidad Nacional de Quilmes | Junio de 2016

Foto del avatar
Acerca de Ana María Sanchez 14 Articles
Profesora Artes Visuales, Licenciada en Educación UNQ- Posgrado en Educación y Tecnología FLACSO- Posgrado en Gestión Educativa FLACSO- En curso Maestría en Educación UNQ- En la actualidad: profesora generalista de cátedras: Fundamento de la Educación I- Didáctica de las Artes I- Práctica docente II y III año profesorado de Artes Visuales. Profesora de Arte en Secundario Superior - 6ª Años- Ntra. Sra. de Luján-LDZ

Sé el primero en comentar

Deja un comentario

Su dirección de correo electrónico no será publicada.


*