¿Cómo terminó la historia con mi hijo? Su primer pregunta estuvo relacionada a las inversiones en empresas y fue la siguiente:
- Si compro EA Sports, el que hace el FIFA, ¿Puedo elegir que le cambien el color de pelo a Neymar en el jueguito? Mas allá de la sorpresa por su pregunta y las risas, por un lado me sentí contento porque mi hijo entendió que una de las inversiones habladas implicaba convertirse en “dueño”, y si soy el dueño ¿Cómo no le voy a poder poner el pelo que quiero a Neymar? Le expliqué que no se convertiría en el único dueño sino que tendría solo una mínima parte de la empresa que no le alcanza para influir en las decisiones. Que para eso debería contar con mucho, mucho dinero, y tener la mayor parte de la empresa y eso, por ahora, está bastante lejos.
La negativa a cambiarle el color de pelo a Neymar lo llevó a lanzar una segunda pregunta:
- Y el depósito en el banco, ¿Puede pasar que pierda dinero si le va mal como en el caso de las empresas? Le expliqué que los depósitos a plazo fijo en el banco no corren ese riesgo de perder dinero, y que si lo desea podía repartir sus ahorros en las dos opciones vistas (diversificar entre empresas y depósitos bancarios) y asi tener un poco de cada cosa y ver cómo funciona. La respuesta fue tajante:
- No quiero tener la posibilidad de perder. Haceme el plazo fijo en el banco, pero quiero elegir la foto de Neymar que llevará el logo.
Y así fue. Abrí una cuenta en un banco virtual en unos pocos minutos, y realizamos un plazo fijo a 30 días. A la semana de abierta la cuenta, me llegó por correo una tarjeta de débito para operar con la misma. Ahora sabe además que si llegado el caso, necesita sacar parte de sus ahorros para hacer algún consumo, podemos ir a un cajero automático y sacar dinero con esa tarjeta. La alegría de poder elegir su propio PIN para la tarjeta no se las puedo explicar. Todos pequeños detalles que contribuyen a motivar el hábito de ahorrar, e invertir esos ahorros, desde pequeños.
Entiendo que a muchos adultos todavía les haga ruido leer palabras como “invertir”, “acciones”, “cuentas bancarias”, “tarjeta de débito”, en relación con los niños. Y esto sucede por la falta de educación financiera que caracteriza a nuestro país y a la formación de muchos de nosotros. Esta en nuestras manos comenzar a cambiar esto y ayudar a los más pequeños a ser más libres, independientes y emprendedores.
Y si hay niños leyendo este artículo, ya saben, despierten a sus ahorros y pónganlos a trabajar con ayuda de sus padres. El villano INFLACION no puede con el NIÑO INVERSOR.
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