Hay mañanas como profe que uno descubre que el cansancio es por que se respite. Repetimos la misma clase, los mismos ejemplos, los mismos temas, las mismas preguntas retóricas…
Repetimos los mismos textos y también los mismos diagnósticos. Repetimos que 3 de cada 5 alumnos no pueden comprender un texto. Bueno, ya sé que esto es para los niveles obligatorios, pero también los profes del Nivel Superior no estamos exentos de rezar esa letanía suspirando por el tiempo que ya no es.
En esto de los problemas de lectura como que me da vergüenza compartir el recuerdo de una escena como alumno que cada tanto se repite. La escena donde el texto a comprender es un muro de tinta china espeso y, aunque tenía sangría en cada párrafo, sangraban mis ojos lágrimas de impotencia por no entender qué es lo que tramaba.
Como se trata de salir de la repitencia, no tuve mejor idea para la clase de la siesta, dedicar sus cuatro horas a tomar un texto de lectura obligatoria, en este caso fue el capítulo sobre la Enseñanza de María Cristina Davini, y repetir la técnica de la lectura comprensiva que apliqué siempre: enumerar los párrafos, subrayado de la idea principal, ponerle un título que lo sintetice, y así hasta el fin.
Pero esta vez hice dos cambios. El primero y siguiendo las recomendaciones de Isabel Solé le dediqué un primer momento de la clase a establecer hipótesis sobre qué trataba el texto. Una de la mas curiosa la enunció una alumna del fondo. Creía que el texto le iba a sugerir algunos tips concretos sobre como hay que enseñar. Hipótesis curiosa cuando estamos ante un texto totalmente explicativo, pensé para mis adentros.
Como no soy docente de Lengua, se me ocurrió algo que puede ser tomado y con razón como herejía. Consulté a una IA, sobre cuáles son las estrategias que se utilizan en la explicación y me expuso las siguientes: definición, ejemplo, analogía y metáfora, reformulación y cita.
La sorpresa de la tarde vino con la reformulación.
Muchas veces los alumnos te dicen que los textos son complejos o que se repiten mucho y eso los pierde. Como lectores de una época exigente quieren que se vaya al grano y las vueltas explicativas los extravían.
En el diálogo de la clase una de las alumnas se dió cuenta que cuando la autora reformula ,entonces está sintetizando y que eso tiene su peso.
Seguimos con la técnica hasta que me interrumpieron porque encontraron otra reformulación y en un rostro adulto se dibujaba a pulso cierto el asombro.
-Mire profe, ahí también está reformulando, y acá también!- y así, esa expresión firme porque se está entendiendo fue un balde de certeza diluyendo suavemente lo que dejó de repetirse como aquel muro de tinta espesa.
Muy buenos tus aportes Ramiro. Seria muy bueno una ronda de cafe comentando tus textos. Suerte
Gracias Lili ?
Gracias Liana ?