Para comenzar es interesante plantear lo que se entiende por evaluación didáctica, incluyendo “didáctica” pues es un modo de evaluar que tiene en cuenta varias vertientes, Jorge Steiman la define como: “un proceso que, a partir del conocimiento y comprensión de cierta información, permite, desde una actitud dialógica, emitir un juicio de valor acerca de las prácticas de enseñanza y/o las prácticas de aprendizaje en un contexto sociohistórico determinado en el cual intervienen con particularidad significante lo social amplio, la institución, el objeto de conocimiento, el grupo de alumnos/as y el/la docente y que posibilita tanto el tomar decisiones referidas a las prácticas de referencia como exige comunicar a docentes y/o alumnos/as -por medio de enunciados argumentativos- el juicio de valor emitido y las orientaciones que, derivadas de éste, resulten necesarios para la mejora de la práctica” (2008:143). Esta definición se puede ampliar desde los diversos tipos de evaluación, pudiendo diferenciar las relacionadas a la enseñanza y las relacionadas al aprendizaje. Situándose en las de aprendizaje también se pueden especificar la evaluación de inicio o diagnostica, la evaluación de seguimiento o del proceso, también llamada formativa, y la evaluación final, sumativa o de resultados. Todas deben estar presentes, no se busca desestimar a ninguna, pero sí de darle la preponderancia adecuada en cada momento sin que ninguna sea más importante que otra, entre todos estos tipos de evaluación se puede valorar un todo desde una mirada integral.
Es importante remarcar que la evaluación tiene- o debería tener- un papel fundamental, Camillioni postula que, “La evaluación puede cumplir, en consecuencia, importantes funciones con respecto a la educación. La magnitud de la funcionalización de la evaluación, varía, sin embargo, según los sujetos y las circunstancias. Desde un grado minino en el que sólo se emplea para efectuar una selección entre los alumnos puede llegar a un grado máximo en que actúa como reguladora de la marcha de la acción didáctica”. (S/F: 8) . Por ello, donde la evaluación didáctica debería tener un papel central en cuanto a análisis y reflexión de las propias practicas pues la evaluación comienza con la mejora de la enseñanza, y entendemos que evaluar lleva consigo al menos tres componentes que requieren de un proceso reflexivo particular: Recolectar información, documentar, comunicar y orientar para la mejora.
Por tal motivo, es central una mirada integral al momento de evaluar, por tal motivo no solo se evalúan los aprendizajes, también el foco estará en poder evaluar la enseñanza. En el Nivel Inicial hay ciertos instrumentos de evaluación que no pueden ser utilizados, entonces se apelará a la construcción de dispositivos que apunten a poner la mirada en la enseñanza y poder hacer inferencias que den indicios de cómo y que se enseñó, y de esa manera,
poder reflexionar y analizar la propia práctica.
A su vez, se debe apuntar a visibilizar la importancia de cada instancia de evaluación cuando implique valorar los aprendizajes de los y las niñas del Nivel Inicial, priorizando reflejar la relación entre lo que se enseñó y lo que se observó en cada niño y niña con el fin de poder comunicarlo. A su vez, esa valoración, debe dar insumos para planear la tarea docente, por tal motivo es tan importante observar, con ojos atentos, estar disponibles y siempre volver a mirar, y desde allí poder planear y proyectar, siendo esas observaciones las que enmarquen todo lo ideado y, a su vez, guíe las intervenciones, las reformulaciones de la tarea, o validen lo que se sostiene, en síntesis, sean insumos para la evaluación de los aprendizajes, pero a su vez, de la enseñanza. Es importante resaltar, que al no poder
realizar instrumentos de evaluación de los aprendizajes como se haría en primaria o en Niveles superiores, hay que valerse de la observación, del registro, la documentación, del ojo atento, de la reflexión y el análisis constante, del ensayo y del error, de plantear lo mismo varias veces, y de despojarse de etiquetas y rótulos, de dar espacios genuinos, moderados por un/a docente implicado/a y disponible.
Bibliografía consultada
– CAMILLONI, Alicia W. de (s/f). Las funciones de la evaluación.
PFDC- Curso en Docencia Universitaria. Módulo 4: Programas de Enseñanza y Evaluación de aprendizajes
– STEIMAN, Jorge (2008). Más didáctica (en la educación superior). Bs. As., Miño y Dávila, cap. 3.
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