Mi nombre es Ana Cermelo, soy de La Plata (Buenos Aires) y tengo 24 años. Actualmente soy alumna de Traductorado de Inglés en la Facultad de Humanidades y Ciencias de la Educación de la UNLP, próxima a graduarme.
Antes que nada, me parece importante destacar que estoy muy contenta con este proyecto que es la revista El arcón de Clío y más contenta aún por ser parte. La educación es un campo que se renueva constantemente y es necesario mantenerse actualizado y, sobre todo, interesado en lo que pueda surgir relacionado con ella, tanto en el ámbito académico como personal y familiar.
Como ya mencioné, soy estudiante de Traducción, que –para quienes desconocen qué hacemos los traductores– no tiene mucho que ver con la tarea que desempeñan los profesores de inglés, básicamente porque no estamos al frente de una clase ni nos dedicamos a enseñar. Nuestra tarea se puede realizar de manera grupal a cargo de una empresa o de manera independiente (traducción freelance) en nuestros hogares y abarca ramas como la traducción literaria, la científica y la legal. Así como los docentes tienen que estar al tanto de las novedades en los métodos de enseñanza, los traductores tenemos que actualizarnos todo el tiempo en lo que respecta a los métodos y herramientas de traducción y, además, los temas sobre los que tenemos que traducir. Para poner a un ejemplo concreto, si el texto a traducir es el prospecto de una nueva medicina, el traductor tiene que familiarizarse con términos médicos, reemplazarlos o renovarlos. Un error grave en una traducción de este tipo puede acarrear, lógicamente, importantes consecuencias. Por eso el traductor tiene que ser un perfeccionista, tiene que estar sediento de conocimiento y siempre dispuesto a crecer.
Por otro lado, más allá de las grandes diferencias que existen entre ambas actividades, los (futuros) traductores también hemos pasado por experiencias relacionadas con la pedagogía. Durante los primeros tres años del ciclo universitario, tenemos varias materias en común con los estudiantes del Profesorado, por lo tanto hemos trabajado con muchos artículos sobre varios métodos de enseñanza del idioma, que varían según el ámbito y los recipientes de las lecciones.
A pesar de que los traductores no tenemos como fin último estar al frente de una clase, muchos de nosotros hemos experimentado con la enseñanza. En mi caso, fui profesora suplente en un colegio secundario de mi ciudad y, ocasionalmente, doy clases particulares a alumnos que necesitan rendir exámenes de distintos niveles de dificultad. Quienes no han realizado esta tarea desde “detrás del mostrador”, han vivido experiencias pedagógicas como estudiantes; de hecho, la necesidad recurrente de actualizarnos en nuestras disciplinas nos hace a todos alumnos eternos, graduados o no. Es por ese motivo que nadie –tenga o no un título que lo avale como docente– queda exento de poder enseñar, ya sea desde la perspectiva del maestro o del estudiante.
Por mi parte, el objetivo de mi colaboración en El arcón de Clío no es imponer una metodología ni una estrategia de enseñanza, sino transmitir mis conocimientos y mis experiencias relacionadas con el idioma, compartir mis perspectivas y conocer otras, para que se siga ampliando esta infinita red maravillosa que se constituye a partir de la contribución y el conocimiento de todos y cada uno de nosotros.
Bibliografía complementaria
Para quienes sean curiosos y quieran conocer algunos de los autores y enfoques con los que trabajamos en la facultad, acá van algunos textos:
Thornbury & Slade (2006) Conversation: From Description to Pedagogy. Cambridge University Press.
Celce-Murcia, M., Brinto, D. & J. Goodwin (1996) Teaching Pronunciation. A Reference for Teachers of English to Speakers of Other Languages. Cambridge University Press.
O’Keefe, Mc Carthy & Carter.(2007) From Corpus to Classroom. Cambridge University Press.
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