Fue un proceso lento, pero poco a poco, fue vaciando de saberes y contenidos las aulas, fue dejando de lado la sed de conocimientos, de interés por la cultura general, de compromiso, de responsabilidad y deseos. La Formación Superior, la capacitación continua y profesional, la educación de calidad y profesionalismo.
En 1984 se realiza el Primer Congreso Pedagógico Nacional, donde surge la necesidad de una transformación educativa general y un nuevo sistema educativo acorde a las necesidades del siglo XXI.
Allá por el año 1993, se promulga la Ley Federal de Educación N°24.195, con gran impacto hacia el interior de las instituciones educativas, su organización y el contexto. Recuerdo la situación en las escuelas, los chicos que en vez de terminar 7°grado pasaban a 8° año, los docentes que en ese momento, en ese ciclo lectivo enseñaban en 7° grado, tuvieron la posibilidad de capacitarse en las cuatro áreas y convertirse en profesores de las distintas disciplinas.
La reorganización de las Instituciones educativas, la aparición de la figura de coordinador para el 3° ciclo, el equipo directivo de la escuela primaria, de la noche a la mañana, pasa a liderar los tres ciclos y a “profesores” con todo lo que ello significó.
Cambio de roles, problemas edilicios y necesidades urgentes que la infraestructura no acompañaba. En fin, cambios sin planificación, sin consultas fehacientes y mucho menos capacitación. Podría ser una punta de análisis, podría empezar allí la gran crisis educativa, que hasta el día de hoy nos acompaña.
Recuerdo en ese momento, el recorte en Educación Artística, al dictarse solo a partir del 2° ciclo y no en todas las escuelas de la misma manera, dependiendo de la situación de revista del docente. La destrucción de la Educación Técnica y la llegada del Polimodal.
A pesar de la crisis política, económica, institucional y social, que llevaría a una gran desolación y tristeza en la sociedad, la escuela siguió siendo considerada el lugar de refugio, de contención y cuidado…pero la enseñanza no era la bandera, había otras prioridades, sin pensar en aquel momento, que a pesar de todo, la educación salvaría a la sociedad. No se priorizó, se resolvía lo inmediato y la enseñanza quedaba rezagada en muchos casos.
La Ley Federal de Educación, en el año 2006 fue derogada mediante la Ley de Educación Nacional N°26.206. En el año 2007 se promulgó la Ley de Educación Provincial N°13.288, Ley que ratificaba que sería el gobierno provincial el responsable de planificar, encaminar y conducir el sistema educativo en todos sus aspectos.
Poco a poco queda atrás el entusiasmo, año tras año, ciclo tras ciclo…tiempo que se perdió, con el devenir de cuestiones y contextos desoladores que aún persisten. Una pena inmensa, que hoy después del camino recorrido, de las situaciones vividas sigamos sin resolver, sin tomar decisiones o peor aún, tomando decisiones equivocadas.
Seguimos planteando y tratando de encontrar respuestas, de encontrar la manera de exigir, de enseñar, de lograr que los chicos y los jóvenes vayan a la escuela y aprendan.
Que la sociedad toda y los gobiernos de turno tomen conciencia que sin educación no se puede construir ni salir adelante. Que la escuela es el lugar propicio para que los niños y los jóvenes socialicen y aprendan a convivir más allá del espacio familiar. Una educación de calidad que acompañe las trayectorias escolares de los niños y jóvenes, con docentes capacitados y formados en ese sentido, con políticas educativas que promuevan y garanticen las condiciones para la enseñanza y el aprendizaje. Con inversión inteligente y estratégica para la mejora. Con gestión, con liderazgo pedagógico y desarrollo de empatía en momentos tan complejos y situaciones delicadas.
Que sea la Escuela el espacio, donde los niños puedan iniciar sus estudios, caminar y desentrañar los tres niveles de la Educación obligatoria y egresar con los conocimientos y las herramientas necesarias para afrontar la vida y elegir, a partir de sus deseos, continuar sus estudios superiores y comenzar su relación con el mundo del trabajo.
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