La trayectoria de una persona en su paso por la educación se encuentra con infinidad de alegrías, tristezas, obstáculos y logros; la trayectoria de un ser humano, si de educación se trata, comienza en cuestiones formales en el nivel inicial, luego realiza su experiencia en el nivel primario, para luego culminar, dentro del sistema educativo, con el nivel secundario.
Esta trayectoria es la obligatoria en nuestro Sistema Educativo Nacional. Si de opciones educativas hablamos tenemos el nivel terciario no universitario y por último la Universidad misma.
En todo este recorrido, el ser humano se hace cargo de grandes cambios, pero dos rupturas son indispensables describir; estoy hablando de los dos agujeros negros que tiene la trayectoria educativa, ellos son el ingreso a la secundaria y el ingreso a la Universidad o estudios terciarios no universitarios.
Estos cambios producen en el estudiante profundas transformaciones y en muchos casos decepciones, producto de la no incorporación de saberes previos en tiempo y forma.
Una de estas decepciones en el nivel secundario es la repitencia. Esta variable es endémica, estructural y con crecimiento progresivo. Indefectiblemente dicho flagelo trae consigo el abandono escolar.
Estadísticas recientes dan cuenta que el 50% de los estudiantes que ingresan a la secundaria no egresan de dicho nivel. El 50% que si egresa, no lo hace en el tiempo estimado, necesitando uno, dos y hasta tres años de más… para realizar un egreso efectivo.
Ese 50% que no egresa proviene en su gran mayoría de hogares con necesidades básicas insatisfechas. Los problemas son crecientes como los porcentajes de repitencia; podemos nombrar el trabajo infantil, desnutrición, escasos recursos económicos para afrontar este sistema “aun” enciclopedista, entre los factores externos que hacen estragos entre los más vulnerables.
Pero existe un factor interno que hace más daño que los nombrados oportunamente, y es el secreto a voces de no dejar repetir a los estudiantes en el nivel primario. Dicho error de gestión no se da comúnmente en las escuelas llamadas del centro, pero si en un importante número de escuelas de la periferia de nuestra ciudad.
Este gravísimo error de gestión hace estragos en el estudiante con vulnerabilidad, porque ingresa a la secundaria, en muchos casos, sin saber leer, escribir, y mucho menos comprender textos o consignas.
La Escuela Secundaria no puede descifrar todavía que metodologías utilizar para poder salvar esos saberes previos que no están. Es por ello que los niveles de repitencia y abandono más importantes en números se dan en primer y segundo año del ciclo básico común.
¿Y porqué afirmo que son errores de gestión? Porque el sistema educativo en ninguna normativa establece que un estudiante no puede repetir. Los tecnócratas e ideólogos de turno establecen que un estudiante no puede repetir porque produce un daño importante en su trayectoria educativa; estoy de acuerdo en esa afirmación pero si los saberes no están incorporados oportunamente, tarde o temprano esa repitencia aparecerá.
Otro flagelo importante esta dado en la formación docente y en las instituciones que forman a futuros formadores; siguen trabajando con planes de estudios para las generaciones del 80 o 90 y no para esta generación hiperconectadas y cambiante constantemente. El otro gran agujero negro está en la articulación de la Escuela Secundaria con los estudios superiores no universitarios y la Universidad misma.
Sin ir más lejos, hace mucho tiempo que las Universidades implementaron en ingreso con C.B.C. para lograr una nivelación de saberes. Si la trayectoria educativa de un argentino transcurre con equidad, el ingreso a la niversidad y su C.B.C. no sería necesario.
Una pobre capacitación docente y una desfasada formación docente hacen de las aulas un lugar de sumas necesidades. Esas aulas que hoy están albergando a muchos argentinos que quieren un futuro mejor; esas aulas que contienen a muchos estudiantes y sus historias. Esas escuelas que se encuentran en la actualidad con grandes necesidades edilicias, precariedad (aulas durlock o conteiner) problemas eléctricos, sin calefacción tanto en invierno como en verano; todas estas deficiencias también son un obstáculo en una trayectoria uniforme y constante.
Siempre sostengo que la Educación te da movilidad social ascendente a pesar de las diferencias etarias. Debemos redoblar esfuerzos para seguir trabajando por todos, pero especialmente por los que menos tienen, para brindarle esa igualdad que se merecen.
Para que ya no existan esos agujeros negros, necesitamos un cambio en el sistema educativo, necesitamos un cambio en nuestras Escuelas, deseamos un sistema más comprometido y trabajando en comunidad con otros organismos privados y estatales. Deseamos una Escuela que busque lograr en sus estudiantes autonomía, que forme personas de bien, que fomente el esfuerzo y la dedicación, que impulse la investigación como método de conocimiento, una Escuela que brinde al sujeto de derecho las herramientas indispensables que le den libertad, más derechos y sentido común a la vida, hasta pronto.
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