Un nuevo 17 de agosto que nos encuentra para recordar al Padre de la Patria, en un nuevo aniversario de su fallecimiento, Don José de San Martín. Recordemos a un hombre real no a un hombre ideal.
La vida de San Martín no es para ser solamente mentada: es para ser imitada, para que sirva de ejemplo y para que desde la muerte siga orientando a muchos millones de argentinos.
Como no se concibe un hombre sin alma, nunca he concebido un conductor sin causa. La grandeza de San Martín fue precisamente la de haber sido el hombre de una causa: la independencia y autodeterminación de la Patria.
A Lo largo de nuestra historia las opiniones sobre nuestros héroes han sido siempre divididas y más en estos tiempos electorales en donde a cada momento sale una nueva realidad histórica. No es fácil formarlas objetivamente, sin dejarnos invadir por las ideas de quienes las escriben por eso la historia no acierta a discernir la infinita variedad de matices que la creación de los grandes hombres ofrece a la contemplación del futuro.
Con su visión estratégica percibió claramente cuál era el camino que debían transitar los pueblos americanos para constituirse en naciones libres y soberanas. Su obsesión fue la libertad de su patria. Ese fue el objetivo que lo desveló hasta el momento de su muerte. He aquí la razón de su mandato: “seamos libres, que lo demás no importa”.
El Libertador también nos enseñó que no es posible encarar un proyecto común de un país sin unidad nacional; condición necesaria para superar cualquier desafío, para alcanzar los sueños más anhelados, en síntesis, para el éxito de toda gran empresa por que en esa empresa debemos beneficiarmos todos.
Los pueblos siempre evocan su pasado de gloria; en tiempos sin apremios, para rendir homenaje de agradecimiento y reconocimiento a sus próceres por sus obras; pero en épocas de crisis, hay que buscar en ellos los ejemplos necesarios para enfrentar los grandes desafíos. Se sepamos leer los mensajes de nuestros tiempos.
Sepamos recordar y difundir que no es el prócer de bronce, no es un súper héroe de los dibujos animados, sino que fue un hombre de nuestra historia, que por sus condiciones como político y militar, no sólo debe ser evocado, sino también debe ser adoptado como modelo para que tengamos una América como él y Simón Bolívar la soñaron: libre, soberana, unida y fuerte.
Por lo tanto es deseable que en este 2015 nos encuentre unidos y no divididos en pos de una mejor país para todos y sea un año de sentar bases para un proyecto de más largo plazo, soñando horizontes del 2020, 2030…
Por lo tanto respetemos su obra y memoria.
Hola, mi consulta es por la imagen que usaste en el blog. la diseñaste vos o la realizó algun ilustrador? necesito armar algo asi para la tapa de un libro que estoy escribiendo. gracias!
Hola Edgardo gracias por comunicarte, la imagen esta en Google. No sé de quien es el Copy.