Fortaleciendo escuelas ante desastres naturales: Un llamado a la acción para la seguridad escolar y la gestión de riesgos. Venezuela

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La investigación explora sobre la importancia de la seguridad escolar y la gestión de riesgos en las escuelas primarias, particularmente en el contexto de desastres naturales. Destaca la vulnerabilidad de las escuelas ante estos eventos y la necesidad de implementar medidas preventivas para proteger a los estudiantes, docentes y demás personal. Enfatiza el papel crucial de los gobiernos, las comunidades y las organizaciones en la construcción de una
cultura preventiva y la implementación de protocolos de emergencia efectivos.
Palabras clave: seguridad escolar, gestión de riesgos, desastres naturales, escuelas primarias, protocolos de emergencia, infraestructura educativa, cultura preventiva.

Las escuelas no son solo centros de aprendizaje para niños y niñas; también albergan a docentes, personal de apoyo (jardineros, porteros, aseadores) y otros empleados (secretarias, psicólogos, nutricionistas, entre otros). Este concepto abarca la infraestructura, la función educativa, la metodología docente y las relaciones con la comunidad y el entorno. En términos simples, es el lugar donde los niños pasan gran parte de su día realizando actividades que pueden presentar diferentes niveles de riesgo.
Las actividades diarias, tanto planificadas como espontáneas, junto con los medios de trabajo y la infraestructura escolar, pueden generar situaciones de riesgo dentro y fuera del aula. Los niños suelen desplazarse entre niveles utilizando escaleras, rejas e incluso árboles (en algunos casos sin supervisión), corren de un lado a otro chocando con objetos o compañeros, y juegan o pelean entre sí. Las lesiones pueden variar desde leves (raspones y moretones) hasta graves (fracturas, esguinces e incluso la muerte). Pero, ¿qué sucede cuando un desastre natural, como un terremoto o una tormenta tropical, azota una localidad? ¿Están preparadas las escuelas primarias para enfrentar este tipo de eventos?
Las estadísticas indican que al menos 34 millones de niños en todo el mundo se encuentran expuestos a riesgos sísmicos mientras asisten a clases (Wisner, 2004). Algunos ejemplos de estas situaciones incluyen los terremotos de Irán (2005), que destruyeron 130 escuelas, y el terremoto de California (1993), que devastó 70 escuelas y causó daños a otras 120, sin víctimas fatales. En México, en 2017, al menos 32 niños y 4 docentes perdieron la vida en el derrumbe de la escuela Rebsamen, mientras que, en Italia, en 2002, 27 niños y un maestro fallecieron en el colapso de una escuela a causa de un terremoto.
En Venezuela, la situación no es menos preocupante. Según datos publicados en 2015 (Delgado y Merola), el país contaba con alrededor de 28.000 planteles escolares, de los cuales un 70% aproximadamente se ubicaban en zonas de alta amenaza sísmica.

Los desastres naturales pueden tener un impacto significativo en las escuelas primarias, tanto en la infraestructura física como en el bienestar emocional y social de los estudiantes y demás personas: maestros, maestras, personal de mantenimiento y vigilancia, entre otros.

  • Destrucción o daños a los edificios escolares: Los terremotos, huracanes, inundaciones y otros desastres naturales pueden causar daños severos o incluso destruir completamente las escuelas. Esto puede obligar a suspender las clases por un período prolongado y dificultar la reanudación de las actividades educativas normales.
  • Pérdida de materiales educativos: Los desastres naturales pueden dañar o destruir libros, computadoras, materiales de arte y otros recursos educativos esenciales para el aprendizaje.
  • Falta de acceso a servicios básicos: Los desastres naturales pueden interrumpir el suministro de agua, electricidad y saneamiento en las escuelas, lo que dificulta mantener un ambiente seguro e higiénico para el aprendizaje.

Las repercusiones de los desastres naturales en la comunidad educativa van más allá de los daños físicos. Entre las consecuencias en los sobrevivientes:
a) Trastornos emocionales y psicológicos: Los sobrevivientes experimentan estrés, ansiedad, miedo y depresión, lo que afecta su capacidad de aprendizaje y participación escolar.

b) Desplazamiento: Los niños se ven obligados a trasladarse a otras comunidades, interrumpiendo su educación y dificultando su regreso a la escuela original.
c) Riesgos de enfermedades: Las condiciones de hacinamiento y la falta de saneamiento aumentan el riesgo de enfermedades como infecciones respiratorias.
Según la ONU, la mitigación de los desastres comienza en las escuelas, tanto en países vulnerables como en aquellos que no lo son ante las amenazas naturales. Es fundamental que todos los países implementen campañas educativas sobre riesgos de desastres y  seguridad escolar, integrándolas a los planes nacionales para aumentar la conciencia ciudadana.
Las escuelas deben tener planes de preparación para emergencias que incluyan procedimientos para responder a diferentes tipos de desastres naturales. Estos planes deben considerar la seguridad de los estudiantes y el personal, la continuidad del aprendizaje y la recuperación después del desastre. Sin embargo, requiere el apoyo de diversos actores, como comunidades, organizaciones gubernamentales y no gubernamentales, y juntas de representantes.
Un protocolo escolar de emergencia, no esperando un desastre para su elaboración. Estos protocolos, generalmente integrados en planes nacionales de gestión de riesgos, se basan en la realidad, historia y amenazas específicas de cada institución, permitiendo proteger vidas humanas, infraestructura (materiales y equipos), el derecho a la educación y apoyar a las autoridades competentes en caso de sismos.
Los gobiernos deben capacitar a los docentes de escuelas públicas y privadas para que formen parte de un proyecto integral de enseñanza. El mayor desafío reside en los países que no fomentan una cultura preventiva. No olvidando, educar a los estudiantes sobre los riesgos de desastres naturales y cómo mantenerse a salvo en caso de un evento. Esto puede incluir simulacros de evacuación, capacitación en primeros auxilios y educación sobre la importancia de seguir las instrucciones de las autoridades.
La seguridad en los edificios e infraestructura de los centros educativos es crucial. Toda construcción debe ser segura contra riesgos de desastres, requiriendo inversión por parte de los gobiernos locales y nacionales. Las escuelas deben construirse con materiales y diseños resistentes a los desastres naturales. Esto puede ayudar a minimizar los daños causados por eventos como terremotos e inundaciones.

Poca rigidez y resistencia lateral, baja capacidad para disipar energía, insuficiente resistencia al cortante y la presencia de columnas;. Por otro lado, el derrumbe de dos edificaciones fue también influenciado porque fueron construidos en una zona sísmica con intensidad dos veces mayor a la de la zona especificada en los planos de construcción (López, O., Hernández, J., Del Re, G., ; Puig, J, 2004, p. 1). Es importante trabajar con las comunidades para construir resiliencia ante los desastres naturales. Esto puede incluir iniciativas de educación pública, programas de preparación para emergencias y desarrollo de infraestructura resistente.
La Escuela Valentín Valiente en Cariaco (Venezuela) se erige como un desgarrador recordatorio de la tragedia que pueden acarrear los desastres naturales en el ámbito educativo. Según informa La Nación en 1997, "la mayoría de los heridos eran niños que perdieron extremidades superiores durante las labores de rescate entre los escombros;. La catástrofe cobró además la vida de estudiantes y docentes, dejando una huella imborrable en la comunidad.
Es imperativo que no olvidemos tragedias como esta. Estas historias sirven como un recordatorio aleccionador, impulsándonos a continuar avanzando en la gestión de riesgos e investigando nuevas tecnologías relacionadas con materiales y diseños estructurales, con el objetivo de prevenir y mitigar los efectos de futuros desastres.

Referencias

López, O., Hernández, J., Del Re, G., & Puig, J. (2004). Reducción del Riesgo Sísmico en Escuelas de Venezuela. Boletín Técnico, 42(3), 33-56. Disponible: http://www.scielo.org.ve/scielo.php [Consulta: 2019, Abril 17]
Wisner, B. (2004). Seguridad sísmicas en las escuelas ¿Escapándome de las manos?
Delgado, S. & Merola, V. (2015). Priorización de edificaciones escolares en Venezuela aplicando el baremo Proyecto Escuela (BPE). http://saber.ucv.ve/handle/10872/9829

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Acerca de Mixzaida Yelitza Peña Zerpa 4 Articles
Posee un Doctorado en Gerencia y es candidata a Doctora en Cultura y Artes para América Latina y El Caribe. Además, cuenta con una Maestría en Ingeniería Sanitaria, una Especialización en Dirección y Producción de Cine, Vídeo y Televisión, y un título de Ingeniero Industrial. Su formación se complementa con diversos cursos especializados. Con amplia experiencia en el campo de la docencia e investigación universitaria; es autora y coautora de diversas publicaciones ambientales nacionales e internacionales en revistas arbitradas de Venezuela, Argentina, Ecuador, España, México, entre otras. Además, ha sido reconocida como árbitra en la Revista Científica UPAP y la Revista de Gestión Cultural. Entre sus logros más relevantes se encuentran el haber obtenido el primer lugar en el concurso PrevenControl -Mejor proyecto colaborativo para industrias (España, 2013) y haber sido galardonada con el título de Mujer de Paz 2020 por la Cátedra de la Paz de la Universidad de Los Andes (ULA). En la actualidad, se desempeña como Directora Artística de la FUNDACIÖN FAMICINE y Presidenta de FESTIVERD.

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