1. Con nombre y Apellido ¿Qué referentes educativos tiene usted para ejercer su actividad como profesora y comunicador pedagógico en su actividad en el Planetario de Buenos Aires?
Mis referentes son sin duda todos los profesores que tuve en mi vida. No hay uno en particular en el que me base para ser docente o para llevar adelante mis actividades de divulgación en el Planetario. Por supuesto me nutro y aprendo mucho de personas como Carl Sagan y de todos los físicos que revolucionaron la historia de la ciencia y dejaron obras de divulgación como por ejemplo Stephen Hawking o Richard Feynamn, de quien soy fan Contemporáneos a mí admiro y me inspiro con científicos y divulgadores como Brian Green, Javier Santaolalla, Brian Cox, José Edelstein, Gastón Giribet, Hector Socas Navarro, Verónica Garea, Melina Furman, Alberto Rojo por nombrar solo algunos.
2. ¿Qué tesoros valga la redundancia atesora el Planetario de Buenos Aires?
En el primer piso del edificio, en el Museo Interactivo, exponemos fragmentos de rocas lunares traídas a la Tierra por astronautas del Apollo 11, primera misión tripulada a la Luna y una bandera Argentina que fue llevada a la Luna y traída de regreso por la misma misión. ¡Es el tesoro del Planetario!
3.¿Qué fronteras educativas se tratan de derribar, según usted, al difundir el conocimiento científico desde el Planetario entre público en general, los docentes y alumnos que los visitan?
Buscamos derribar la frontera entre “lo científico” y “lo accesible”. Que nadie sienta que la física o la astronomía no son para él o ella. También queremos romper con la idea de que aprender es una tarea seria, rígida o solitaria: el conocimiento puede ser colectivo, lúdico y profundamente humano. Por otro lado, nuestra misión es ayudar a que niños, niñas y adolescentes mantengan su curiosidad y entusiasmo por la ciencia a lo largo de sus vidas, y reavivar el asombro que quizás esté dormido en las personas adultas, con el fin de contribuir al desarrollo de la alfabetización científica, el pensamiento crítico y una actitud escéptica frente a la información.
4-Las ideas de la corriente terraplanista ¿causan algún perjuicio al aprendizaje de la física?
Sí, porque no es una simple creencia, sino una forma de desinformación organizada que mina la confianza en el conocimiento científico y en la educación pública. Pero también es una oportunidad: nos obliga a pensar cómo enseñamos y cómo construir herramientas de pensamiento crítico desde edades tempranas.
5. A los alumnos que están por elegir la vocación y profesión de estudiar Física ¿Qué mensaje les podría decir sobre el valor de esta profesión.
Le diría que estudiar física es lanzarse a buscar respuestas en lo más profundo de la naturaleza, en los fenómenos que rigen el universo. Para mí, no hay nada más fascinante. Es un camino exigente, sí. Requiere trabajo, paciencia y muchas ganas. Pero la recompensa es enorme: no solo por lo que se aprende, sino por cómo te transforma. La física no solo te enseña contenidos, sino formas de pensar que son únicas: rigurosas, creativas, críticas. Te cambia la cabeza para siempre. Y además, es una de las profesiones que más ha contribuido al progreso de la humanidad. Gracias a pensadores como Newton, Einstein, y a miles de investigadores y científicas que todos los días ponen su grano de arena, entendemos cada vez mejor cómo funciona el universo. Ese conocimiento ha hecho posible una vida más saludable, más cómoda, y menos peligrosa para millones de personas. Para quien le mueve la curiosidad, el deseo de entender y de aportar al mundo, la física es un viaje que vale la pena emprender.
6. Por último le pido una frase para usted o comentario sobre la educación que le hay impactado últimamente.
Acabo de terminar de leer el libro Invitación al aprendizaje, de Eduardo Sáenz de Cabezón, y el prólogo empieza con una frase hermosa de Richard Feynman que me conmovió mucho: “Sigues aprendiendo y aprendiendo, y en algún momento aprendes algo que nadie ha aprendido nunca antes.” Eso para mí es el progreso: aprender de otros, nutrirse de lo que ya se ha hecho, repetir, equivocarse… hasta que un día aparece una idea nueva. Y eso transforma no solo lo que uno sabe, sino quién es y en algunos casos, transforma el mundo.
En el Planetario tenemos muchísimos proyectos educativos y todos son valiosos, pero quizás lo que más me entusiasma hoy es el espacio que estamos creando para jóvenes. Tenemos un club llamado Club del Cosmos, que reúne a chicas y chicos de entre 13 y 20 años en la red social Discord. Organizamos encuentros, actividades, eventos en los que interactúan con pares, con científicos y científicas, y se va tejiendo una red genuina de curiosidad, identidad y comunidad. Justamente ayer, unas 100 chicas participaron de nuestro evento anual “Apasionadas por el Universo”, dedicado a ellas. Fue una verdadera fiesta, Durante ese día, las chicas compartieron experiencias con científicas, exploraron temas de astronomía, ciencia y filosofía, y sobre todo, se sintieron parte de algo más grande: una comunidad que las reconoce como pensadoras, como hacedoras de preguntas, como futuras protagonistas del conocimiento. Verlas hablar, debatir, emocionarse, construir ideas en conjunto, confirma que cuando la educación se ofrece con respeto, creatividad y sentido, el impacto es profundo. Es una apuesta a largo plazo, pero también un acto urgente: necesitamos más voces, más miradas, más jóvenes apasionadas y apasionados por el universo.
Gracias Estefanía.
Perfil de Estefania
Directora del @planetarioBA es doctora en Ciencias Físicas (Universidad de Buenos Aires, 2015) y realizó un postdoctorado en el Istituto Nazionale di Fisica Nucleare (INFN) en Nápoles, Italia, en el 2016. Ejerció la docencia como ayudante de segunda y de primera en la facultad de Ciencias Exactas y Naturales (FCEN, 2009-2015) y durante el 2020 se desempeñó allí como Jefa de Trabajos. Es además docente de la Universidad Nacional de Luján y ha dictado cursos en la City University of New York (CUNY), en Nueva York, USA y Northern Virginia Community College, en Virginia, USA. Se incorporó a la Universidad de San Andrés en el 2020. En los últimos años se formó como periodista científica y actualmente trabaja en el ámbito de la divulgación y el periodismo científico.
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