En silencio, invencibles, cruzados por cicatrices, cargados de gloria llegan a Buenos Aires, el 13 de febrero de 1826, los restos del Regimiento de Granaderos a Caballo de los Andes, después de trece años de intenso batallar por los campos de medio continente, para liberar a los pueblos de América.
La “Gaceta Mercantil ” editorializaba: “Tenemos el honor de haber recibido los restos del Ejército de los Andes, conducido desde el Perú por el Coronel de Granaderos Dn. Felix Bogado. En este largo período se pueden contar los días de gloria que han dado a la patria, por las veces que se han batido contra nuestros enemigos…Eternamente llenaremos de bendiciones a los héroes de Chacabuco y Maipú, a esos que han conducido en triunfo el pabellón argentino hasta Quito y que han sabido derramar su sangre por la libertad de la patria en Junín y Ayacucho”.
Un coronel, dos capitanes, tres tenientes, un alférez, dos portaestandartes, diecisiete sargentos, 11 cabos, cuatro trompetas y 44 soldados, volvían a los viejos cuarteles de Retiro : restos de los escuadrones 1º, 2º y 3º que en Junín y Ayacucho, habían librado las últimas batallas por la libertad de América, junto con los hombres de los ejércitos colombianos, venezolanos, peruanos y chilenos. Venían acompañados por el recuerdo y la gloria del 4º escuadrón, ya disuelto…
El cuarto Escuadrón quedó en Chile, integrado por argentinos, chilenos y algunos franceses, desarrollando la dura campaña al sur de Chile. Sus hombres fueron absorbidos paulatinamente por los cuerpos de caballería chilena y algunos consiguieron su retiro al finalizar la guerra de la Independencia, regresando a la Argentina.
Al mejor regimiento argentino lo comandaba un paraguayo, el Coronel José Felix Bogado.
Aparte de Bogado, sólo ocho hombres más sobrevivieron del núcleo fundador del regimiento de 1813 : Sargento Paulino Rojas, Capitán Francisco Olmos, Sargento Patricio Gómez, Sargento Damasio González, Sargento Francisco Bargas y el trompa cabo Miguel Chepoya (guaraní), Lorenzo Ñapurey y Domingo Bárcena ( granaderos).
Los acompañaban los últimos 62 soldados de los cuales, solo 44 eran granaderos originarios, el resto pertenecían a otros cuerpos, asimilados a Granaderos a los efectos del regreso.
Pasaron por del regimiento, hombres de la más variada clase social, pero todos los que formaron parte del cuerpo, adquirieron no solo disciplina militar sino también el concepto de la ética ,subordinación y valor que les insufló su jefe, el Coronel José de San Martín : Manuel Díaz Velez, Pedro Castelli, Matías Zapiola, Justo Germán Bermúdez (oriental), Juan Manuel del Río (chileno) Ramón Freire (chileno, ) Manuel Escalada, Félix Olazábal, Manuel Olazábal, Rudecindo Alvarado, Mariano Necochea, Juan G. Lavalle , Manuel J. Soler, Alejo Bruix (francés) , Hipólito Bouchard, (francés) los coroneles Federico Brandsen (francés) , Pascual Pringles , Nicasio Ramallo, José Melián, José de Olavarría, Jorge O’Brien, (irlandés) Miguel Caxaraville, Benjamín Viel (francés) ,Pedro Ramos, Angel Pacheco, Isidoro Suárez, Antonio Espinoza, Manuel Pueyrredón , Bernardino Escribano…
Las hazañas del regimiento se hicieron famosas desde el inicio, pero algunas de ellas quedaron en la historia olvidada como las desarrolladas en la tremenda campaña libertadora al sur de Chile, donde debieron enfrentarse con los realistas, transformados en montoneras apoyadas por los indios araucanos.
Allí el 4º escuadrón encabezado por Viel y Freire, con grandes esfuerzos consiguió abrir las puertas para que los patriotas tomaran las posiciones de Valdivia y Talcahuano , manteniendo a raya a los realistas y sus aliados, al sur del río Maule, para permitir a San Martín terminar su expedición libertadora al Perú :
Parral, Quirihue, Chillán, Arauco, Santa Fé y San Carlos son los nombres de algunos de los combates en donde los Granaderos argentinos, regaron con su sangre la independencia chilena, con un olvido tal de parte todos que el jefe de escuadrón Mariano Necochea , reclamaba a sus jefes :» El regimiento de Granaderos a Caballo que en todo el invierno se ha mantenido sobre el sur del río Maule en observación del enemigo, se encuentra enteramente desnudo…»
Quedó olvidada en las páginas de los libros, la terrible campaña a la Sierra, en el Perú, donde un escuadrón de Granaderos al mando de Lavalle pelea con increíble valor en los combates de Nazca , Jauja y Pasco, terminando con las fuerzas del general español O’Reilly después de cubrir 203 leguas por caminos desiertos.
En Nazca, alrededor de 80 Granaderos comandados por Lavalle, Brandsen y Manuel Rojas, con 100 infantes, cruzaron un desierto de 100 kms. para sorprender a los realistas del coronel Quimper, y los derrotaron en la pequeña población de Nazca, causándoles cerca de 100 muertos y otros tantos prisioneros.
En Jauja, los granaderos – comandados por Lavalle- fueron protagonistas de una insólita carga ascendiendo una colina defendida por infantería realista del brigadier Montenegro. Esta parte del combate terminó con la derrota realista y su huída, dejando en el campo 40 muertos y 20 prisioneros.
Allá, entre los arenales peruanos, quedó escondida la dolorosa retirada de Moquehuá transformada en un hecho glorioso por los granaderos de Lavalle, que dieron varias cargas en un día para detener a un enemigo diez veces superior en número permitiendo la retirada tranquila del grueso del ejército patriota comandado por Alvarado.
El coronel Pedro Lacasa, cuenta en su biografía de Lavalle, que la caballería realista intentaba atacar al ejército patriota en retirada y por dos veces fue cargado por un grupo no mayor a 300 granaderos comandados por Juan Galo Lavalle. “….en fin, los mil hombres de caballería enemiga mandados por uno de los oficiales más bravos de España, por veinte veces en el trayecto de 9 leguas, intentaron cargar y veinte veces fueron hechos pedazos por el bizarro Lavalle a la cabeza del afamado Regimiento de Granaderos a Caballo…” .
De esos granaderos, murieron mas de 100 pero no en combate, sino de sed en el desierto ya que el barco que los transportaba de vuelta a Lima, se hundió y quedaron abandonados en una playa a 12 leguas al sur de Pisco sin agua, ni comida, ni caballos. Un escuadrón de Húsares peruanos (creado por San Martín con algunos cuadros del regimiento de Granaderos a Caballo) al mando del comandante Soulangé, había salido desde Pisco en su ayuda con agua, alimentos y cabalgaduras y pudo rescatar a los sobrevivientes, 48 horas después.
Quedó en la historia olvidada, el combate de Río Bamba donde un escuadrón al mando de Lavalle sostuvo repetidas cargas contra un enemigo cinco veces superior, hasta que lo derrotó, permitiendo la reubicación del grueso del ejército patriota comandado por el Mariscal Sucre..
Allí también quedó Chancay ( o combate de la costa de los pescadores) , con el valor de Pringles cuando sorprendido por dos escuadrones enemigos, combatió hasta el final y, con los últimos cuatro granaderos que le quedaban antes de rendirse y entregar su bandera, se arrojó al mar.
Tal fué el valor demostrado por estos patriotas, que los españoles los rescataron de las aguas y los liberaron.¡ Cual no sería la sorpresa en el campamento patriota cuando estos cinco héroes recibieron, de parte del ejército español, sendas medallas acuñadas en oro con la leyenda » La patria a los vencidos, vencedores de Pescadores» !
Pichincha, la primer batalla donde combatieron juntos argentinos, peruanos, chilenos, colombianos y venezolanos , tuvo entre sus héroes más destacados a los coroneles Félix de Olazábal con los “negritos de San Martín” y Juan Galo Lavalle con sus Granaderos.
En la batalla de Junín, lucharon los granaderos a las órdenes de Necochea , Bruix y Lavalle, y la caballería peruana conformada por San Martín a las órdenes de los granaderos Isidoro Suárez y Félix Olazábal dejando su marca en la historia peruana y en el recuerdo de los colombianos, que hasta llegaron a envidiar su orden y coraje : «…los coroneles Caravajal, Silva y Bruix con cuanta gente pudieron reunir, apoyaron a Suárez . Entonces los patriotas emplearon sus lanzas con tal efecto, que la decantada caballería de los españoles se puso en una total y vergonzosa fuga y fué perseguida hasta las bayonetas de su infantería por un puñado de valientes…”
El General Necochea recibió al principio de la acción, siete heridas y fué hecho prisionero. A pedido de un soldado realista que había servido a sus órdenes en el Ejército de los Andes, le conservaron la vida.. y fue rescatado por sus compañeros granaderos ante la huída de los realistas. En esta acción también rescataron al coronel Olavarría que había sido tomado prisionero al morir su caballo por una bala de cañón, durante la primera carga.
En el parte del día, el General Santa Cruz – por orden de Bolívar – destaca: “Su excelencia, el Libertador, recomienda a la admiración de la América al señor General Necochea, que se arrojó a las filas enemigas con una impetuosidad heroica, hasta recibir siete heridas…y al señor coronel Alejo Bruix que con el capitán Pringles, algunos oficiales y granaderos de los Andes, se mantuvo firme en medio de los peligros…al comandante Sowersby que, gravemente enfermo se arrojó a las lanzas enemigas hasta recibir una herida, y al mayor Olavarría…”
Junto a esto validates regresa Eustoquio Frias. Quien es combocado Por Rosas para reorganiza el ejercito argentino. Tambien conocido como Eustaquio.era Oriundo de Cachi pueblos andino de la provincial de Salta.