1. A que maestros y profesores les agradecería en sus años de educación escolar.
J.B. A muchos, porque considero que de todos aprendí. En especial, a quienes me permitieron expresarme, equivocarme, perderme para encontrarme.
2. Ante tantos trastornos de alimentación que se evidencian en nuestros alumnos ¿Qué consejos les daría a los alumnos en primer lugar y luego a los padres desde su profesión?
J.B. Lo primero es comer lo más variado y casero posible. Más frutas, vegetales y legumbres. Un poco menos harinas y carnes. Bastante menos alimentos de manufactura industrial.
3. Si usted fuese autoridad educativa ¿Qué tres tópicos tomaría para el diseño de un Programa de Alimentación Escolar?
J.B. Enseñar a armar una huerta desde cero respetando la estacionalidad. Hacer talleres de cocina a los alumnos desde muy chicos haciendo hincapié en el origen de los alimentos, su correcta manufactura y sus características nutricionales.
4. A los alumnos que están por elegir la vocación de Cocineros ¿Qué mensaje les podría decir sobre el valor de esta profesión? .
J.B. Que están por elegir una profesión apasionante y ardua, como tantas ocupaciones, pero que por sobre todo hay que tener siempre presente que estamos dando de comer. Tan simple y primordial como eso. No perder de vista que hacemos lo mismo que hace una madre apenas nace su hij@. Alimenta. Eso, pase lo que pase, nos pide responsabilidad, respeto y profundo compromiso con nuestra tarea. El resto, luego de los primeros años de formación básica, es explorar sabores, texturas, combinaciones y compartirlas con el otro. Conocernos y descubrirnos a través de la cocina.
5. Le dejo una frase sobre alimentación y me dice si está de acuerdo y por qué “Alimentarse bien es todo un arte”.
J.B. Creo que más que un arte es una necesidad, una responsabilidad y una oportunidad si se tienen los recuersos que no deberíamos dejar pasar.
6. Por último Una frase para usted o comentario sobre la educación que le hay impactado últimamente.
J.B. Soy inquieto y curioso, a lo largo de mi vida me he interesado por diversas actividades o profesiones: biología, filosofía, teatro, periodismo, gastronomía, astrología… O sea, he tenido muchos maestros. Agustín Alezzo, maestro de actores, me decía: poco a poco, Juan, poco a poco. Eso me calmaba y me quitaba presión, sobreexigencia improductiva. Se lo agradeceré siempre. Carlos Gandolfo, otro gran maestro de actores con el que me formé por años siempre nos decía: “incluyan todo y preguntensé no sólo por qué sino para qué están haciendo lo que están haciendo”. Eso también lo agradeceré siempre. Para qué hago lo que hago: para que otros cocinen, para que otros den de comer y así puedan sentir esa íntima y poderosa felicidad de alimentar.
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