Continuación de las notas comenzadas en el mes de agosto.
Educación a lo largo de toda la vida
Para poder completar la situación contextual, debemos mencionar que las Universidades Populares no solo deben concebirse como una herramienta para compensar las omisiones del sistema educativo y para abonar a la empleabilidad. Si bien estos puntos son prioridad, además es muy importante construir recursos suficientes para trabajar sobre otros campos del aprendizaje tales como el desarrollo personal, la convivencia, la identidad cultural, la salud, el respeto por el medio ambiente, la igualdad de género entre otros. Todos debemos aprender durante el mayor tiempo posible, esos aprendizajes se pueden construir en diferentes espacios y no están ceñidos exclusivamente al campo de los elementos básicos o de lo profesional. Aprender a ser, de eso trata el paradigma de la educación a lo largo de toda la vida.
En este sentido, la V Conferencia Internacional de Educación de las Personas Adultas por medio de la Declaración de Hamburgo nos brinda esta importante precisión para acercarnos conceptualmente al presente y al futuro de las Universidades Populares. En dicho documento, se define que la noción de educación a lo largo de toda la vida “va más allá de la distinción tradicional entre educación básica y educación permanente, y coincide con otra noción: la de sociedad educativa, en la que todo puede ser ocasión para aprender y desarrollar las capacidades del individuo” (UNESCO, 1997).
Ese “todo” puede referirse al más amplio espectro de saberes, prueba de ello son las innumerables actividades programadas desde Universidades Populares de todo el mundo para rescatar viejas costumbres que las comunidades ha tenido en un pasado, y que el olvido, tan característico de la modernidad, ha hecho desaparecer, con el fin de recuperarlas de nuevo e insertarlas nuevamente en la memoria colectiva. (Lorenzo Delgado, 2003).
6. El modelo español de Universidades Populares
Hasta 1930 en España había cincuenta Universidades Populares. Los estragos causados por la guerra y el franquismo fueron enormes, sin embargo y como a modo introductorio mencionamos previamente, con los vientos de la recuperación democrática se gestó la gran oportunidad para retomar el proyecto de Universidad Popular, esta vez bajo el cobijo del movimiento de la Educación Permanente.
El actual y exitoso modelo surgido de este proceso, en primer medida se basa en el impulso del Estado en todos sus niveles, perteneciendo su coordinación en la mayoría de los casos al ámbito municipal. Aun así, las UUPP ocupan una función mediadora entre la administración y los ciudadanos.
Su devenir está íntimamente vinculado al nacimiento de la Federación Española de Universidades Populares (1982), una red que funciona como elemento aglutinador, que facilita la comunicación y el intercambio de experiencias, que funciona para sistematizar la producción teórica, y fomenta la participación de las asociaciones regionales y provinciales de UUPP junto a todos los involucrados en el proyecto.
Sus proyectos son participados y participativos y en su accionar se trata de globalizar e integrar las dinámicas y recursos existentes dentro del municipio, poniéndolos al servicio de la calidad de vida de las personas. Utilizan estrategias tanto educativas, formativas, como culturales, y promueven todo tipo de procesos de aprendizaje, según los principios de la “educación a lo largo de toda la vida”, en algunos casos diseñados para determinadas personas o colectivos, pero siempre contando con la participación de los mismos.
Actualmente el sistema español cobija en su seno a 231 Universidades Populares, en él trabajan 4.000 profesionales de la educación y participan más de 2.500.000 personas. (FEUP 2016)
De procesos comparados como este y de la experiencia local en materia de Universidades Populares, es que proponemos una serie de iniciativas tendientes a impulsar reconocimiento, la promoción, el sostenimiento y la modernización de las existentes, y sobre todo a promover el nacimiento de muchas más. Este planteo nos sitúa en un objetivo elemental, el de la construcción de herramientas para definir criterios generales y suplir los vacíos existentes y así elaborar diagnósticos y planes a seguir al respecto.
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