1. ¿Por qué, pese a que sobran las evaluaciones, no mejora la educación en Argentina?
Es una pregunta muy amplia! La evaluación no es sinónimo de mejora… hay condiciones múltiples que intervienen en la mejora o no de los aprendizajes y sus enseñanzas, si es lo que entendemos por educación, las condiciones socioeconómicas, afectivas, el capital simbólico y cultural del contexto, tanto de la/el docente como de la/del estudiante.
El real objetivo de la educación y las políticas publicas educativas es GARANTIZAR EL DERECHO A APRENDER y, en este sentido, la evaluación debe ser un instrumento al servicio de las y los docentes para lograrlo.
2. ¿Por qué la evaluación es concebida muchas veces como un espacio de conflicto? ¿Cuáles son las causas de estos conflictos si los hay?
Entiendo que el conflicto que puede darse con la evaluación se relaciona con el sentido de la misma, claramente tiene un sentido político, más allá o más acá de la acreditación que es el fin al que se tiende, también se dice que se realiza la evaluación para medir y de ese modo, mejorar la enseñanza en tanto se evalúan los aprendizajes de las y los estudiantes. Cuando digo que la evaluación tiene un sentido político estoy pensando en: cuándo se evalúa? Cómo se evalúa? Quién toma esa evaluación y quien la elabora? Es decir, cómo se construye ese instrumento de evaluación? Y qué se evalúa? Cada cuánto tiempo se evalúa? Si la evaluación no tiene en cuenta las condiciones son resultados estériles.
3. ¿Ha pasado un tiempito desde que se empezó a realizar en nuestro país las pruebas Aprender nos puede decir que enseñanzas están dejando las mismas? ¿Cuáles son los programas de mejoras que sean implementados?
La propuesta de una política pública de evaluación está establecida en la LEY NACIONAL DE EDUCACIÓN en varios de sus artículos como: 85, del 94 al 98 y el 126 que incluso habla del derecho de las y los estudiantes a ser evaluados e informados.
Las APRENDER fue un acuerdo del Consejo Federal de Educación, ha sido una buena experiencia en cuanto a lo censal, y en cuanto a la construcción federal y participativa de directivos y docentes en la construcción de los instrumentos. Lamentablemente después no se realizó un programa, con presupuesto suficiente, para mejorar realmente los resultados obtenidos. De hecho, matemática se llevó los peores resultados, no por eso existieron propuestas de formación docente y/o recursos didácticos para la enseñanza, ni revisión real de los contenidos.
4. Es la evaluación un espacio de conflicto en las escuelas? ¿La evaluación es una pieza clave en el aprendizaje o parte del aprendizaje?
Si pensamos en las evaluaciones estandarizadas que son externas en general, si son conflictivas porque la institución y las y los docentes sienten el control y en ese sentido, no hay aprendizaje posible sino sólo zafar.
5. ¿A quién le conviene esta premisa: ¿creer que el principal objetivo de la evaluación es sólo conocer los resultados del aprendizaje y, en cambio, no pensar en la evaluación como la actividad que lo impulsa y favorece que se dé más calidad educativa?
Creo que a nadie le conviene invertir recursos, tiempo, someterse al stress que implica ser evaluado si con ese resultado no se pueden pensar alternativas de mejora, no obstante, es un cambio cultural sobre la evaluación que aún debe darse, pensar más en procesos de autoevaluación institucional, integral; y que los resultados no sean sólo presentados como informes que se ajustan o no a variables predefinidas, sino más bien en devolver herramientas que permitan a las y los docentes “operar”.
6.¿Por qué creer que evaluar es poner una nota a cada estudiante y, en cambio, no pensar que es la estrategia utilizada por la alumna o alumno en la ejecución de una determinada tarea, comprender las causas de sus dificultades y ayudarle a tomar sobre cómo superarlas?
Creo que esto se asocia con nuestro sistema educativo que requiere la certificación de las diferentes etapas, lo cual ni siquiera garantiza que un/una estudiante haya aprendido.
Perfil de Paulina Calderón. Ex Ministra de Educación de la Provincia de San Luis. María Paulina Calderón terminó la secundaria en la Escuela Normal “Juan Pascual Pringles”, con orientación administrativa, en 1995, con 6 años de estudios fundamentales de francés en la Alianza Francesa San Luis. Estudió en la Universidad Nacional de Córdoba donde obtuvo el título de licenciada en Filosofía, en 2001. Cursó leyes en la Universidad Católica de Salta, donde egresó como abogada en 2016. Entre los numerosos cursos de especialización y postgrados, se destacan los de Epistemología y Sociología Política realizado en la FICES UNSL, en el 2002. Su experiencia docente abarca desde la enseñanza primaria a universitaria. La Facultad de Filosofía y Humanidades, el Instituto de Formación Docente Continua y la Universidad Nacional de los Comechingones fueron los ámbitos donde desempeñó su labor por espacio de 19 años (1999 a marzo de 2018). En la función pública, ejerció diferentes cargos en el Ministerio del Progreso, Medio Ambiente, Campo y Producción y en Educación en el cual ingresó en 2005. Desde julio de 2017, se desempeñaba en el cargo de jefa del Programa Innovación Educativa.
Sé el primero en comentar