1. ¿Cómo integrar la educación rural en los diseños Curriculares para los alumnos con discapacidad?
Las capacidades diferentes tanto desde lo físico como lo intelectual siempre nos han preocupado y ocupado en nuestra escuela y estamos muy acostumbrados a la integración. La escuela no es sólo una escuela, es también una casa donde conviven cientos de chicos, y hay muchos adultos responsables que velan por ellos. Todos tratamos de trabajar la integración en todos los sentidos y, si los alumnos quieren estar en esta escuela, se hacen todos los esfuerzos para que puedan estar, realizando las adaptaciones que correspondan de acuerdo a cada alumno en particular.
2. ¿Cuál fue la experiencia o anécdota que la aferró a ser docente rural?
Por un lado considero a la docencia como una vocación, algo que uno no puede elegir sino que te elige. Nunca había pensado en ser docente, de hecho estudié Veterinaria y después Periodismo, de joven, la docencia no se encontraba en mi horizonte laboral, pero cuando tuve a mis hijos, me llamaron de la escuela para trabajar como veterinaria, pero como estaba embarazada dije que no, entonces me llamaron para reemplazar a un veterinario que se estaba por jubilar y daba materias técnicas. Comencé yendo sólo una vez por semana, y el entorno me cautivó, la características de la escuela, los chicos, poder transmitir y enseñar lo que sabía, trabajar en el campo, con animales. Durante muchos años combiné la docencia con múltiples trabajos. Hoy, a los 55 años, después de más de 25 años de docencia, la elijo por sobre todas las cosas y voy a la escuela cuatro días a la semana. Los jóvenes me dan vida, entusiasmo, alegría.
De a poco me comenzó a interesar el trabajo con la diversidad en el aula. Es un gran desafío, hoy hay muchos alumnos a los que no les interesa el campo y vienen a la escuela por cuestiones familiares, de cercanía o simplemente porque les gusta la experiencia de vivir en comunidad y eso hace que la ganadería no sea de interés para muchos de ellos. Por eso me aboqué a enseñar a aprender. Todos los años experimento algo nuevo, leo mucho y aplico todo lo que puedo para que lo que los alumnos aprendan no sea sólo ganadería, sino que adquieran herramientas para poder aprender por ellos mismos. Algo que les sirva para todas las materias, para la carrera que quieran seguir o para el trabajo en el campo.
3. ¿Siente que al ser docente de escuela rural tiene un contacto distinto con los alumnos del que tendría en cualquier otra escuela? ¿Por qué?
Entrar en la EAS del Valle no es entrar en una escuela, es entrar en la casa de los chicos. Ellos te saludan como si llegaras a su casa. Te dan un beso, te convidan un mate. Te cuentan sus logros y sus dificultades. Los ves alegres o tristes y te podés sentar a charlar. En los recreos juegan, escuchan música o bailan. Y el mejor momento es cuando salimos al campo, allí el aula abre sus paredes y no hay límites para el aprendizaje, las preguntas o los momentos para expresar cosas que dentro de un aula son muy difíciles de soltar.
El entorno es especial para cualquier materia. En las mañanas tibias de invierno o en las tarde calurosas de verano. El sol del patio del aljibe o la sombra de cualquier árbol del parque se convierte en aula. No sólo biología, hasta historia o literatura pueden enseñarse en una ronda sobre el césped. Además tratamos de elaborar proyectos de integración curricular en las que se aprenden materias como literatura, historia, educación física o matemáticas utilizando el entorno y las prácticas de las materias técnicas.
Perfil de Florencia Celma En 1991 me recibí de Médica Veterinara en la UNLP, a los 23 años, a continuación, realicé un postgrado en Producción Animal en INTA Balcarce y posteriormente el postítulo docente. En 2013 me recibí de Licenciada en Comunicación Social también en la UNLP. Entre muchas otras tareas, trabajé como veterinaria rural, al tiempo que comenzaba mi actividad docente en la Escuela Rural 14 Paraje La Vizcaína y más tarde en la Escuela Agrotécnica Salesiana “Carlos M. Casares” de Del Valle. En 2006 co-fundó, dirigió y edité la Revista agropecuaria “Conciencia Rural, la vida del campo”. Años más tarde, Participé de la instalación y dirección de la Radio FM “Conciencia Radio” donde trabajé en la conducción del programa de Folklore “Enseñame a quererte” junto a María Alzueta y de actualidad rural, “Conciencia Rural, la voz del campo” junto a Néstor Calvo y María Cora Garrote. Por mi actividad periodística fui premiada por La Asociación de Periodistas Agropecuarios y por Biogénesis Bagó por dos notas periodísticas de mi autoría, publicadas en la Revista “Conciencia Rural”; y por el Colegio de Ciencias Económicas, por el programa de radio “Conciencia Rural, la voz del Campo”
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