1. En el marco de este siglo XXI ¿Hacia dónde se debería orientarse las nuevas políticas educativas Argentina.
Apuntar a disminuir las brechas de desigualdad es un factor clave para pensar en el futuro, y es por eso que debe asignarse una cantidad cada vez más importante de recursos para estos fines. Situar al Estado como garante de que los niños y niñas puedan adquirir conocimientos imprescindibles para que las transiciones de niveles no sean traumáticas debe ser un objetivo prioritario. Son dramáticas las estadísticas al respecto, sobre todo en los sectores más vulnerables de la sociedad.
Viabilizar un nuevo concepto de escuela, más transversal y vinculado con el contexto, en donde la jornada extendida cumpla un rol integrador que brinde nuevos horizontes, también es un desafío que todos los Ministros de Educación del país han asumido y que se constituye en un objetivo central en estos próximos años. Una experiencia interesante fue la que pudimos generar desde los Parques Educativos en la Ciudad de Córdoba, en donde planteamos la construcción de redes de conocimiento por fuera de los estancos formales educativos, pero integradas con lo preexistente. Un espacio de construcción de ciudadanía, donde la educación, pensada a lo largo de toda la vida, adquiera un valor estratégico.
También creo que es sumamente importante que el sistema educativo nacional, rompa la resistencia al cambio y incorpore nuevas herramientas acordes a los cambios que impuso la Sociedad del Conocimiento. El mundo ha dado un giro radical: la información, antes sistematizada (en bibliotecas, enciclopedias, etc) y en manos de quienes poseían los saberes (profesores, científicos, especialistas), hoy se encuentra dispersa y al alcance de un click. El desafío, es dotar a los niños y niñas de las herramientas para convertir la información en conocimiento y desarrollar habilidades que le permiten moverse en un mundo en permanente cambio. La creatividad y la innovación, así como la capacidad de adaptarse a las transformaciones serán claves ante un futuro que promete trabajos y profesiones que aún hoy no existen.
2. ¿Debido a que circunstancia comunicacionales piensa usted que siempre se habla de gasto es educación y no en inversión en educación?.
En primer lugar creo que definir como gasto a los recursos asignados a la educación, es un modo muy acotado de ver las cosas. Sin embargo, aun existen quienes así lo siguen definiendo desde una perspectiva puramente economicista.
El término invertir implica una retribución, y a pesar de que pueda parecer un simplismo, esta palabra ayudó a justificar la modernización del Estado de Bienestar con la idea de que las políticas sociales deben plantearse de manera proactiva y no de manera paliativa. Concebir a la educación como a una inversión, implica creer que la misma es un elemento imprescindible para el crecimiento y el desarrollo. Es decir una condición necesaria para que el futuro pueda ser garantizado.
3. Más allá de las meras estadísticas, ¿qué haría usted para que no haya niños excluidos educativamente en la provincia de Córdoba y nuestro país?
Creo que el desafío es invertir más en los lugares que más lo necesitan. Romper el determinismo del que hablaba Bourdieu, donde la escuela reproduce y legitima las desigualdades, es sin duda el objetivo más importante que tenemos por delante. Pensar en una educación de calidad para todas las personas, requiere mayores esfuerzos en aquellos lugares donde la línea de partida es desigual. Una mirada que integre la universalidad, pero que también sea capaz de reconocer las particularidades para diseñar instrumentos de acción positiva que posibiliten a todos los niños y niñas el derecho a contar con una educación de calidad.
Gracias Brenda
Perfil de Brenda Austín: Diputada Nacional por la UCR. Fue Secretaria de Educación de la Municipalidad de Córdoba. Ex presidenta de la FUC.
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