La escuela HOY, nos invita a redescubrir un nuevo modo de ser docente y una nueva forma de relacionarnos con los contextos sociales y las familias, una oportunidad única de aprendizaje.
Los docentes debemos resignificar, reflexionar nuestro lugar dentro del engranaje del sistema educativo. El rol docente en sentido emocional, y en lo social para innovar las formas de enseñar.
La modalidad virtual hizo visible la contención y escucha que realiza el docente, y a la vez reflexionar sobre la alianza familia-escuela. La virtualidad genero la oportunidad de entrar a las casas de nuestros alumnos, y conocer más de cerca a la familia, y las familias conocer y valorar el trabajo de los docentes. Esta alianza vive un momento que no se debe desaprovechar y un desafío para este 2022.
Estas nuevas modalidades totalmente distintas, las clases virtuales, continuidad pedagógica, las clases presenciales con distanciamientos, alcohol en gel, tapabocas. No necesitamos aulas para ser docente, pero los espacios de aprendizajes afectan a los alumnos. Sin embargo, para los docentes también fue una gran oportunidad para reinventarse y buscar distintas maneras de innovar en sus prácticas pedagógicas que en muchos ya venían
desgastados. La pandemia nos puso a los docentes ante el gran desafío de sacar lo mejor de cada uno de nosotros y demostrar todo el talento y creatividad con la que cada uno cuenta.
Por otro lado, debemos subrayar nuestra responsabilidad ética en el ejercicio de nuestra tarea docente, no podemos no centrar la preocupación por los que se van quedando al margen, es una herida profunda del sistema
educativo que tiene que ver con la desigualdad; esto no es nuevo. La igualdad de oportunidades no es un objetivo al alcance de la escuela, pero paliar en partes los efectos de la desigualdad, si es un reto de nuestro sistema
educativo hoy en pandemia y después de la misma preparar a los alumnos para los nuevos escenarios sociales.
Es tiempo de enfocarnos en lo importante y no en lo urgente, especialmente en el aprendizaje. Necesitamos avanzar y dejar atrás la idea de que el contenido es lo único importante; por lo que debemos lograr que el conocimiento y el manejo de las emociones se complementen en todos los contenidos, y ofrecer no solo una rica formación en conocimientos y saberes, sino trabajar las emociones en el aula de manera transversal y puntualizar la relacion docente-alumno fundamental para la enseñanza-aprendizaje.
En estos dos años la escuela se ha visto desafiada, cuestionada y aprendió a convivir con la incertidumbre. Quienes somos parte del sistema educativo no podemos desentendernos. Los desafíos de la comunidad educativa en su
conjunto es involucrarse, entendiendo que la educación es el progreso de la sociedad, la capacidad de reinventarnos, plantear las tecnologías como estrategias educativas y la accesibilidad a ellas, la relación familia-escuela,
la inteligencia emocional de nuestros alumnos, docentes, y quienes abandonan el sistema. Todos tenemos un rol que cumplir, cada uno desde su lugar. En este tiempo extraordinario la escuela debe pararse desde un lugar con nuevos paradigmas sociales y culturales para darle protagonismo al alumno en su proceso de aprendizaje.
La nota fue realzada por: Gabriela A. Peralta. Prof. Nivel Inicial. Coaching Educativo. Neurosicoeducadora
Sé el primero en comentar