Se entrecruzan en las redes, se disputan en chats de madres y padres, se intercambian entre colegas educadores, se preguntan con pícaras y cómplices miradas entre los estudiantes…..
“van a calificar?, qué van a evaluar?, tiene sentido en tiempos coronados por la incertidumbre la evaluación?, para qué pensar en notas desde la virtualidad?”
SI ENTENDEMOS A LA EVALUACIÓN ……..
+Como un espacio de ENCUENTRO , donde el docente se acerca al proceso y desde su aporte ayuda a seguir modelando la obra del estudiante.
+Como una INVITACIÓN a comenzar o a continuar la trayectoria de aprendizajes, aportando las herramientas necesarias para que el alumno emprenda su recorrido y lo profundice intentando alcanzar su mejor versión aprendiente.
+Como un REAFIRMAR que en estos tiempos complejos, vale la pena seguir aprendiendo.
Aprendiendo a ser más autónomos, más empáticos, más flexibles. Aprendiendo a que el aprender puede incluir lo inesperado, que es posible aprender sin pizarrones y sin currículum enciclopedista.
+Como una OPORTUNIDAD privilegiada para resignificar fortalezas y construir desde las debilidades
+Como un esperado momento para COMUNICAR , desde un viaje de ida y vuelta, lo que estoy experimentando en este aprendizaje de “des-encuentros”
+Como una PARADA para que el estudiante pueda viajar por su proceso. En ese viaje puede rediseñar, corregir, modificar, reafirmar, transformar y volver a intentar.
Si logramos una evaluación que combine algo de ENCUENTRO, INVITACIÓN, REAFIRMAR, OPORTUNIDAD, COMUNICAR y PARADA , quizás consideremos que en tiempos tormentosos, igualmente vale la pena EVALUAR .
Sé el primero en comentar