Minos y la religión minoica

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Como señala Buck (1962, 129), Minos es una figura sombría dentro de la mitología griega vinculada con la religión y con rituales y, por esta razón, las menciones acerca de este personaje se encuentran fragmentadas en diferentes relatos. A la vez, es importante considerar estos relatos para analizar la relación entre Minos y el mundo sobrenatural y, de esta manera, comprender cómo afectaron la interpretación de la evidencia arqueológica.
El primer aspecto a señalar entre el rey Minos y el mundo sobrenatural está relacionado con su filiación. Todos los autores que recurren a este personaje señalan que es el fruto de la unión entre Zeus y Europa (véase Forsdyke, 1962,
18). Homero pone en boca de Zeus este mismo parentesco cuando el propio dios menciona a su descendencia proveniente de Europa: “la hija de Fenicia, muy afamada, […] engendró a Minos y a Radamantis, igual a un dios” (Homero, Ilíada, XIV, 321-322).
Los frutos del vínculo entre Zeus y Minos son importantes en términos sobrenaturales para la religión griega. Teniendo en cuenta la tradición 1 Según una tradición, Europa, madre de Minos era hija de Fenicia (véase Baquílides, Ditirambo 17, 31) según otra, era hija de Aganor (ver Grimal, 2005 [1981], 359-361).
2 Todas las traducciones presentadas en este trabajo son del autor. . La misma cuestión se puede observar en: Homero, Ilíada, XIII, 450–453; Baquílides, (Ditirambo 17, 20; 68-70 y 52-53; Platón, Minos, 318?. Por su parte, Diodoro Sículo señala la existencia de dos Minos. El más antiguo de ellos sería el hijo de Zeus y el segundo vendría a ser un nieto del primer Minos que es el verdadero protagonista de los relatos míticos (véase Diodoro Sículo, Biblioteca Histórica 4, 60). Respecto a la tradición latina véase Higino, Fábulas, 41,1 y especialmente Ovidio, Metamorfosis, 7, 461-466.
La antigüedad grecolatina en debate  homérica, Odiseo expresa que, en el Hades, Minos era el encargado de juzgar a los muertos quienes esperaban por su sentencia (Homero, Odisea, XI, 569-571). Este fragmento en particular ha sido analizado en profundidad por Nannó Marinatos (2009, 191) quien sostiene que hay una equiparación entre Minos y Osiris en cuanto ambos se encuentran sentados juzgando el alma de los muertos. Precisamente, para la autora este vínculo entre ambas teologías ocurrió en tiempos anteriores a la formación de la cultura clásica (Marinatos, 2009, 192). En el mismo sentido, es importante destacar que los minoicos entraron en contacto con el pueblo egipcio en períodos tempranos de su historia (Betancourt, 2008), por lo cual pudieron haber sido un nexo entre el pueblo helénico y el egipcio en términos religiosos.
Podemos establecer con seguridad que el atributo más importante que poseía Minos como hijo de Zeus era el poder encontrarse con el dios cada nueve años. Nuevamente Odiseo (ahora haciéndose pasar por oriundo de Creta) expresa lo siguiente acerca de esta cuestión: “en Knossos, gran ciudad, ahí reinó Minos, confidente del gran Zeus cada nueve años, padre de mi padre” (Homero, Odisea, XIX, 177-180). 3 Antes de comenzar el análisis de este fragmento es necesario aclarar algunas cuestiones. El problema se encuentra en que la palabra  tiene una interpretación debatible. En nuestro caso, hemos decidido traducirla teniendo en cuenta diferentes parámetros. En primer lugar, si tenemos en cuenta la etimología de la palabra, según el Liddell, Scott y Jones (1940) podemos traducirla como “a la edad de nueve años” o señalando un período temporal de nueve años como nosotros lo hemos realizado. En segundo lugar, el lexicón homérico de Autenrieth señala que para este fragmento la mejor traducción sería “en períodos de nueve años”.
Por otro lado, el contexto de la obra nos puede ayudar a dilucidar el sentido de la frase, dado que es poco probable que Minos haya sido rey a tan corta edad. De todas formas, los relatos míticos no suelen seguir los dictámenes de la lógica y por eso es posible recurrir a otra narración que se expresa en términos similares. Nos estamos refiriendo a Platón, quien en Leyes cita dicho fragmento de Homero y establece que: “Minos iba periódicamente, cada nueve años, hasta su padre para reunirse [con él]” (Platón, Leyes, 1, 624?-?). 4 De esta manera, parecería que la frase hace referencia a sucesivos períodos temporales y no a una edad. Finalmente, podemos encontrar otro fragmento que podemos utilizar para sostener nuestro argumento. En el texto de tradición platónica 5 conocido como Minos, nuevamente se señala que el rey Minos se reunía con Zeus cada nueve años para ser educado por el dios y que 3 “ 5 Dado que nuestra intención es rastrear la tradición sobre la figura de Minos, no es imperioso entrar en el debate sobre la autoría de este texto, que puede ser adjudicado a un Pseudo-Platón. Véase Bergua (1960). Julián Macías (Editor). ese privilegio sólo lo tenía el rey cretense 6 . Finalmente, Estrabón también menciona el mismo acontecimiento en el cual Minos se encontraba periódicamente con su padre (Estrabón, 10, 4, 8).
Tanto Platón como Estrabón nos brindan otros elementos a tener en cuenta a la hora de ver los aspectos religiosos trasmitidos por las fuentes clásicas. En primer lugar, el relato de Leyes se ubica en un contexto particular. Según el primer libro, el debate entre los participantes del diálogo se desarrolla mientras están recorriendo “el camino de Knossos a la cueva y templo de Zeus” (Platón, Leyes, 1, 625).7 En Minos se señala que el rey “iba a la cueva de Zeus” (Platón, Minos, 319?). 8 En estos textos se puede relacionar el presente que se describe en Leyes y el pasado minoico que se relata en los testimonios homéricos y clásicos. En segundo lugar, el testimonio de Estrabón es importante porque señala que para acceder a la cueva se debía ascender (Platón, Minos, 319?), lo cual indica que el lugar indicado se encontraba en la cima de una montaña. Volveremos sobre este punto más adelante.

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