Hablamos de los procesos educativos y culturales, de los docentes y los alumnos, de las familias y la sociedad toda. Leemos estadísticas y gráficos que reflejan datos cuantitativos y cualitativos sobre educación. De cuantos, como y cada cuanto se egresan los estudiantes. Si son cuatro, si son veinte o si son cien.
Pensemos en personas, en su formación, en quienes los forman, de que manera y en que circunstancias. Analicemos por qué ocurre, quienes van a la escuela y en que condiciones. Su contexto de familia y los maestros, que del mismo modo forman parte de esta sociedad, con sus sueños y deseos de enseñar, de colaborar como uno de los actores fundamentales en la institución “Escuela”…“Algo anda mal”, no logramos encontrarnos, mirarnos a los ojos y decirnos la verdad.
Seguimos publicando números, barras frías y gráficos sin nombres. El desencuentro refiere a la desconexión entre los procesos de enseñanza y de aprendizaje, que describe el desinterés estudiantil, problemas de convivencia, la ausencia de deseos y vinculación con el conocimiento. Así mismo, la falta de sentido para los niños y jóvenes, el agotamiento docente, los problemas sociales y económicos agravan cada vez más, “la vida en la Escuela”. La escuela forma parte de la sociedad, de nuestra sociedad.
Donde cada día nos encontramos con situaciones de abandono y ausentismo, de falta de respeto y trato hostil, en muchos casos ¿Cómo no sentirnos abrumados?. La falta de desarrollo de habilidades, las dificultades para acceder al conocimiento y sentir que no se producen cambios certeros y reales que procuren alcanzar aquellos sueños y deseos
que quedaron relegados.
Volvamos a mirarnos a los ojos, a confiar y creer en el otro, en la dedicación y el esfuerzo con corazón. Retomemos el sentido común y ético, cada uno desde su lugar, desde su rol, con la emoción de saber que es posible, más allá de los gobiernos de turno. La educación es el presente y el futuro de un pueblo y no es una frase hecha.
Hagamos entre todos una sociedad más amorosa, con valores y con la certeza que es así la manera de revertir y transformar el presente que nos agobia y preocupa tanto.
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