El nacionalismo italiano

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italy_flagEl nacionalismo italiano del siglo XX vino, en palabras de Martin Clark, como “una reacción intelectual y literaria tras la derrota militar sufrida por el ejército en 1896 en Adua (Abisinia)”, el equivalente italiano del Sedán francés.

Este nacionalismo encontró su articulación en la Asociación Nacionalista Italiana, creada en 1910 por Enrico Corradini (1865-1931). Es indudable la influencia del nacionalismo revanchista francés. La idea de la “nación ultrajada” vuelve a tomar protagonismo en la formación del nacionalismo.

El sindicalismo revolucionario surgido a partir de la derrota militar de Adua y las obras del historiador Alfredo Oriani (1852-1907) influyeron notablemente en la formación de Corradini, que terminó escribiendo novelas como Julio César, La Patria Lejana o La guerra lejana. Estas obras se centraban en exaltar la grandeza del Imperio romano y la Italia de los condotieri. De la misma forma que el nacionalismo francés de Maurras exaltaba la Francia monárquica y católica; la Italia de Corradini se articulaba entorno a una idea: La expansión por África. La forma de evitar el flujo migratorio italiano hacia EEUU, Argentina, Túnez o Francia era, mediante dicha expansión.

Estas ideas fueron bien acogidas por los medios sindicalistas. De hecho, estaban expuestas en un semanario conocido como L’ idea nazionale (publicado en 1911). Lo expuesto era profundamente antiliberal, antiparlamentario y, sobretodo, autoritario. Los puntos principales eran simples; Según palabras de J.P. Fusi: “Un estado fuerte, la exaltación del ejército y una política de prestigio y culto a la tradición imperial romana”. Corradini se vería influenciado por Barrés a la hora de usar la expresión de “socialismo nacional”.

Las repercusiones de este concepto, como vemos, repercutirán en Alemania, Francia e Italia. Apoyaría la guerra contra Libia en 1911, así como la participación de Italia en la guerra mundial. El sentimiento profundamente belicoso y revanchista lo vemos como una característica común a los nacionalismos extremos de la Europa contemporánea. No obstante, este sentimiento no se centraría en la figura de Corradini; sino que otros personajes destacados influyeron en su conformación. Por ejemplo, Alfredo Rocco, en un congreso de la Asociación Nacionalista Italiana, propuso crear un estado corporativo basado en la integración del capital y el trabajo organizado en sindicatos nacionales, como alternativa al estado liberal.

Otro eje fundamental del nacionalismo italiano es Gabriel D’Annunzio (1863-1938). Influido por Nietzsche, publicó una amplia obra ( El Inocente, El placer, El fuego…). La mezcla del erotismo, la violencia y la perversión caracterizan gran parte de su obra; pero detrás de todo esto hay una propuesta política de desafío contra el conformismo liberal y burgués. Obras como “La nave” (1908), exaltan el pasado naval italiano y su hegemonía en el Adriático y el Mediterráneo; de hecho, una frase de esta obra se convertirá un lema del nacionalismo francés: “armar la proa y navegar hacia el mundo”. Este heroísmo, la forma de vivir peligrosamente, la violencia, la valentía, la gloria calarían profundamente en la juventud, generando un sentimiento nacional importante que será el poso del fascismo italiano. No es de extrañar que un amplio sector social reclamara la intervención en la guerra. La acción revolucionaria y la ética del valor, propia del heroísmo de Annunzio, conformarían los pilares fundamentales de la participación.

El Futurismo, como movimiento artístico surgido en 1909, sería otro factor que influiría en Italia de manera notable. Un escrito del poeta Filippo Tommaso Marinetti (1876-1944) en el diario francés Le Figaro decía lo siguiente: “Nosotros queremos glorificar la guerra, única higiene del mundo, el militarismo, el patriotismo, el ademán destructivo de los libertarios, las grandes ideas por las que se muere y el desprecio a la mujer.

Nosotros queremos destrozar los museos, las bibliotecas, las academias de todo tipo y combatir contra el moralismo, el feminismo y contra todo envilecimiento oportunista o utilitario””. El futurismo a nivel político se tradujo en ultranacionalismo. A diferencia del franquismo, el nacionalsocialismo alemán y el fascismo italiano se caracterizaban por un carácter vanguardista; la idea de crear una nación nueva, libre de todo anticuario es básica. Es lo que conocemos como nacionalismo palingenésico.

No obstante, D’Annunzio no se limitó a ser un posturista. A los 50 años se alistaría en el ejército para luchar en la “Gran Guerra”. Cuando Italia decidió intervenir, su alistamiento no se hizo esperar. Durante sus incursiones aéreas en Viena perdería un ojo, convirtiéndose en un símbolo.

En 1918, Marinetti fundó el Partido Futurista Italiano. En el artículo primero de su programa prometía una Italia “libre” y “fuerte”; El segundo reivindicaba un nacionalismo revolucionario; y el tercero y cuarto abogaban por la eliminación del parlamento y la aplicación de un gobierno tecnocrático. Este partido exaltaba la valentía y la violencia. Los primeros fascios fueron creados aquí. De hecho, colaborarían con las sociedades de excombatientes surgidas a raíz de la Gran Guerra. El propio Marinetti participaría en el famoso mitin de Milán en 1919, donde nacería, oficialmente, el fascismo. Poco después del mitin, D’Annunzio ocuparía, junto a sus “legionarios”, la ciudad de Fiume (disputada por Yugoslavia e Italia). Aquí crearía lo que sería el ritual del fascismo y elaboraría un proyecto constitucional populista, nacionalista y radical.

Estos serían, pues, los orígenes del fascismo. El clima de pesimismo generalizado creado por los nacionalistas se haría notar en el país.

Bibliografía:
– Fusi. J. P. “La Patria Lejana. El nacionalismo en el siglo XX”.
– Kedouri. E. “Nacionalismo”.
– Smith. A. “Nacionalismo”.

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Acerca de Javier de Benito 18 Articles
Estudiante de Historia de la Universidad Autónoma de Madrid. Director de intrahistoria.com. Títulaciones en nacionalismo catalán y judaísmo por la Universidad Complutense de Madrid; Mención de honor en Nación y nacionalismos de la Europa contemporánea.

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