San Martín, Chile y Artigas.Primera Parte

José de San Martín.

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José de San Martín.
José de San Martín.

A pesar de conocer cabalmente la gravedad de la situación interna con relación a los conflictos entre las provincias litorales y Buenos Aires, San Martín nunca dudó de que el camino que debía seguir no estuviera en volver a Mendoza, sino continuar por mar hacia el Perú para completar la obra libertadora.

Ello no significó que se desentendiera de la problemática nacional, por el contrario, fueron muchos sus esfuerzos para lograr la pacificación interna que le permitiera contar con los mayores recursos para culminar la Gran Gesta.

Fué así que a partir de 1813 mantuvo correspondencia con Artigas y se asevera – con fundamento – que el rechazo de los diputados de la banda Oriental por la Asamblea del Año XIII, fue una maniobra de la fracción alvearista al tomar conocimiento de que éstos (los artiguistas) coincidirían con la orientación sustentada por los diputados amigos de San Martín, y así podrían lograr la mayoría de la Asamblea y en ese caso, se corría el riesgo de que declararan la Independencia.

A la caída de Alvear como Director Supremo, el 22 de abril Artigas escribió a San Martín desde Santa Fé para comunicarle que “había terminado la guerra civil. Celebremos este afortunado como el apoyo de nuestra libertad naciente. Esforcémonos, por consecuencia, enlazando los pueblos íntimamente, y depositando en ellos, aquella enseñanza que haga respetables sus derechos y virtudes”
El nuevo Director Supremo designado por el Congreso de Tucumán – Juan Martín de Pueyrredón- en la entrevista que mantuvo con San Martín en Córdoba (1816) , acordó en lograr la colaboración de Artigas para la causa de la independencia a la vez que colaborar con éste en “ dificultar e incluso hacer abortar el avance portugués sobre la preciada pieza oriental…”

San Martín se oponía firmemente al empleo de la fuerza en la cuestión del Litoral ya que “ yo no soy partidario de emplear la fuerza pues cada gota de sangre americana que se vierte me llega al corazón” y en carta a Guido, le expresaba su esperanza de que “…el Director cortará de raíz las desavenencias con Santa Fé sin cuya circunstancia es inverificable la expedición a Chile”.

“Puesto manos a la obra, Pueyrredón hizo llegar monturas y pólvora al caudillo a fin de fortificar su firme decisión de frenar la usurpación en ciernes, conjuntamente le transmitió expresiones de aprecio y confraternidad, prometiéndole asimismo toda la ayuda posible en la emergencia. Lamentablemente Artigas destinó los envíos de Pueyrredón a sus adláteres del Litoral que resistían…al gobierno de Buenos Aires”
Y, el ejército de Buenos Aires, al mando de Díaz Velez, invade la Provincia de Santa Fé, el 4 de agosto de 1816 contra lo ordenado por el Director Interino Antonio González Balcarce y luego contra las órdenes de Pueyrredón, quien en enero de 1817 escribe a San Martín que los santafesinos “harto han sufrido con la entrada de Díaz Vélez, contra mi orden”.

Mientras tanto, San Martín escribía a Guido que “Si los portugueses invaden la Banda Oriental como usted me dice, y Artigas les hace la guerra que acostumbra, no les arriendo la ganancia…”

Poco tiempo después, escribía Pueyrredón al Libertador en Cuyo “los orientales se resisten a unirse a nosotros y me resisto a enviarles auxilios que solo han de servir para caer en manos de los portugueses o que se convertirán contra nosotros…”
Luego de Chacabuco, y ya en Buenos Aires, San Martín escribe al caudillo oriental Fernando Ortogués que le manda saludos “ al paisano y amigo Don José Artigas, estrechándole por amor a la patria a terminar tan funestas discordias” .
En esa época, el embajador inglés en Río de Janeiro escribía a Londres que la oposición de San Martín a cualquier arreglo con España que no implique la Independencia, “… es tan resuelta como siempre y no tiene predilección por los portugueses. Se cree que ha escrito para proponer un arreglo amistoso con Artigas, que éste en su actual estado precario, probablemente estaría dispuesto a escuchar: se sabe que tiene gran confianza en San Martín”

Ratificando la posición sanmartiniana contraria a la injerencia portuguesa en la banda Oriental., y a un posible acuerdo de Pueyrredón y los porteños con la corte portuguesa, el comodoro Bowles – jefe de la estación naval inglesa en el Río de la Plata – escribía al gobierno inglés que “El general San Martín es el único que está al presente, en condiciones de oponerse a un contacto con la Corte del Brasil y supongo que se puede atribuir a esta circunstancia el hecho de que se lo ataque con tanta virulencia”.

Mientras, el cónsul inglés Robert Stapples informaba a su gobierno que “Me ha declarado (San Martín) que está resuelto a oponerse a cualquier medida que pueda llevar a los portugueses a conseguir un punto de apoyo en estas provincias, y me ha expresado sus sospechas de que los que están ahora en el poder, alientan secretamente tal esperanza”

Habiendo liberado a Chile y en los prolegómenos de la preparación del Ejército Libertador al Perú, a principios de 1819 San Martín le escribió a O’Higgins sobre su intención de viajar a entrevistarse con los caudillos si ello fuere necesario para lograr la pacificación interna: a efectos de “…interponer mi corto crédito tanto con mi gobierno, como con el de Santa Fé, a fin de transar una contienda que no puede menos que – continuada – ponga en peligro la causa que defendemos…”.

A ello el chileno le respondió “no puedo conformarme con la resolución que me manifiesta su apreciable del 15 del corriente al inminente riesgo que amenazaría a usted si por desgracia intentase persuadirse que los anarquistas o montoneros fuesen hombres de guardarle buena fe: no lo crea ni por un instante, amigo querido. Separe de sí semejante ilusión, no cometa usted el irremediable mal jamás de ponerse en manos de sus enemigos y mucho menos de esos que por su conducta, sea cual fuese, no son responsables a nadie. Nos anegaría usted en llanto y desesperación si despreciando los sanos avisos de quien tan sinceramente le ama, se confiase a manos de los bárbaros que no tardarían en privarnos del mejor americano, y la consecuencia sería una guerra vengadora que nos consumiría a todos. En manos de usted está evitar esa catástrofe…”.

La Logia chilena, viendo que los sucesos internos de las Provincias Unidas podían hacer peligrar la estabilidad del gobierno trasandino si el Ejército de los Andes retornaba a su patria, decidió enviar una delegación de embajadores a las Provincias Unidas para entrevistarse con Artigas o con el jefe que comandara las fuerzas hostiles al gobierno de Buenos Aires. La misión – supeditada a la aprobación de San Martín – consistía en establecer una mediación amistosa, pedir la cesación de las hostilidades y en nombre del Estado chileno, garantizar los tratados “que se estipulen entre el supremo gobierno de Buenos Aires y Artigas…”
Aprobada esta gestión por San Martín, comunicó al gobierno de Buenos Aires que “…con fecha 18 del presente me avisa el supremo Director de Chile mandar una comisión mediadora de aquél Estado… su objeto primitivo no es otro que una oficiosidad amistosa por parte de aquél gobierno para una transacción en la presente disensión entre Santa Fé y esa capital.
Yo por mi parte interpongo con VE… mis respetuosas súplicas a fin de cortar una guerra cuyas consecuencias están más bien a la alta penetración de VE…”.

Simultáneamente escribía a Guido sobre su beneplácito en lo referente a esta misión ya que “…ésta puede contribuir mucho al objeto de paz que nos proponemos…” y el 24 de febrero le escribía a Belgrano donde le comunica la existencia de la comisión mediadora de Chile a la vez que se da por enterado de “…los sucesos desgraciados del ejército de observación sobre Santa Fé…” por lo que “ la venida de VE a Córdoba…me ha hecho necesariamente cambiar todos los planes , me han obligado a ponerme en marcha para tener una entrevista con VE y combinar con su acuerdo los medios más útiles al bien y la felicidad de la causa americana…”
El ministro de Guerra Matías Irigoyen, escribe a San Martín para convencerlo de que es hora de terminar con los “anarquistas”, que son sólo “ pequeños restos de esa turba sin orden ni concierto” rechazando también la mediación de Chile ya que ellas implicarían degradar la dignidad y el decoro de las Provincias Unidas.

A pesar de estas resistencias porteñas, San Martín no se dio por vencido y en febrero, escribió a Estanislao López interponiendo sus súplicas a fin de que se cortasen a tiempo los males que gravitaban sobre los patriotas que “teniendo las mismas ideas de libertad americana emplean algunos medios encontrados.
El que escribe a Ud. no quiere otra cosa que la emancipación absoluta del gobierno español, respeta toda opinión y sólo desea la paz y la unión. Si mi paisano, estos son mis sentimientos. Libre la patria de los enemigos peninsulares, no me queda más por desear.”
El 13 de marzo, San Martín vuelve a escribirle a López manifestándole sobre la comisión mediadora de Chile, agregando:“…hagamos un esfuerzo de patriotismo, depongamos resentimientos particulares y concluyamos nuestra obra con honor. La sangre americana que se vierte es muy preciosa y debía emplearse contra los enemigos que quieren subyugarnos. El verdadero patriotismo, en mi opinión, consiste en hacer sacrificios: hagámoslos y la patria, din duda alguna es libre, de lo contrario seremos amarrados al carro de la esclavitud…»

Mi sable jamás saldrá de la vaina por opiniones políticas… no tendré el menor inconveniente en personalizarme con usted en el punto que me indique si lo cree necesario. Tal es la confianza que tengo en su honradez y buena comportación, lo que espero que me avise”
En la misma fecha le escribe a Artigas que “cada gota de sangre americana que se vierte por nuestros disgustos, me llega al corazón. Paisano mío, hagamos un esfuerzo, trancemos todo y dediquémonos únicamente a la destrucción de los enemigos que quieren atacar nuestra libertad.
No tengo más pretensiones que la libertad de la patria…mi sable jamás se sacará de la vaina por opiniones políticas, como éstas no sean a favor de los españoles y su dependencia”.

Y, además le reitera en nota a López: “hablo a usted lo que mi corazón siente. Si usted me cree un americano cuyos sentimientos no son otros que la libertad y la felicidad de nuestro suelo, espero que esta intervención que hago a usted como un simple ciudadano, será apoyada por usted en términos de hacer el bien a nuestro país”

Juan Martín de Pueyrredón
Juan Martín de Pueyrredón

En ese tiempo, Juan M de Pueyrredón presentó su renuncia al cargo de Director Supremo ante el Congreso y el encargado de negocios norteamericano escribía a Washington que se creía que harían director Supremo a San Martín “creyéndose que se unirá a Artigas y a su partido de bonaerenses…creo que si San Martín viniera y asumiera la dictadura, se uniría a Artigas contra los portugueses a fin de que el país sea más fuerte que lo que anteriormente fue…”
Bibliografía consultada.

• Orsi René en “San Martín y Artigas: coincidencia en pensamiento y acción”. Anales de la Academia Sanmartiniana, (XVI) Bs. As. 1998
• Petrocelli, Héctor B. “ “las misiones orientales, parte del precio que pagó Urquiza para derrocar a Rosas”. I. N. De Inv. Históricas “Juan M. De Rosas” Bs. As. 1995. Si bien San Martín tenía predilecciones monárquicas, “no transigió con ninguna de las ramas de los Borbones – ni la española ni la francesa- gestada en las tramitaciones oficiales. Tampoco aceptó dar ventajas a los Braganza mezclándolos en los pleitos internos del país y aunque no fue partidario del régimen federal, su visión de los problemas nacionales tenía notorias afinidades con la de los caudillos: enfrentaban a los mismos enemigos y la misma sinuosidad de una política enfeudada a extraños intereses” (Luis C. Alen Lascano -“ El Gral. San Martín y sus relaciones con los gobernantes provinciales”. Anales de la Ac. Sanmartiniana (XV) Bs. As. 1993).
• Pucci, Julia Marta “San Martín: Cartas y Máximas” Ed. Santiago. Chile, 1994.
• Salvador Ferla en “La desesperada búsqueda de una solución política” Revista “Todo es Historia nº 174, Bs. As. 1981”

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Acerca de Julio Ruiz 58 Articles
Profesor de Historia. Colegio Cervantes y Jesús Sacramentado de Bolívar, Argentina. Ex Intendente de la Ciudad de Bolívar en la Provincia de Buenos Aires, Argentina en el período 1987-1991. Abogado. Integrante de la Asociasón San Martiniana en su caracter de presidente. Columnista en el Diario La Mañana. Obras Históricas entre otras: Blandengues, “La Odisea”, “Historias que hicieron cuentos”, “Paginas de una historia olvidada”. “Hubo un tiempo que fue Hermoso”una creación colectiva de ex alumnos, Bachilleres de la promoción 1972 del Colegio Nacional de Bolivar (Bs As). Los Negritos de San Martín. “La historia, un cuento y un libro”

2 Comments

  1. Hola!! una consulta, ando rastreando de alguna forma el libro de Rene Orsi sobre San Martin y Artigas, vi que acá consultaron al Instituto Sanmartitiano ¿Tienen idea si ese libro se consigue de alguna forma y en algun formato?

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