La disfemia es una enfermedad que se manifiesta principalmente en la infancia, sin embargo, los adultos también pueden sufrirla por distintas causas. Esto hace que comunicarse sea una tarea estresante pero gracias a los expertos, se pueden aprender técnicas de lenguaje y a veces, recuperar el ritmo normal del habla.
En nuestra sociedad la educación cada vez se dirige más hacia un desarrollo e integración no marginadora de la persona, desde las etapas más tempranas de la vida. Antiguamente se pensaba que la tartamudez no desaparecía con el paso del tiempo o que no había posibilidad de solucionarla. Actualmente se ve la necesidad de un tratamiento específico del disfémico, con el profesional adecuado especializado en el tema, sabiendo de antemano que existe un buen pronóstico.
El objetivo de este artículo es exponer las orientaciones prácticas y las pautas generales del tratamiento del disfémico, cuya concreción se hará posteriormente dependiendo de las características propias con las que se encuentra cada persona.
Los trastornos del habla y los trastornos del lenguaje como la disfemia (tartamudez), la taquifemia y la dislalia se manifiestan a través de distintos síntomas. Junto a las características normales de estos trastornos, en aproximadamente la mitad de los casos se hacen patentes otros rasgos psíquicos, como la ansiedad, la depresión, los trastornos de atención o la agresividad, que no deben pasarse por alto durante el tratamiento.
¿Qué sons las Disfemias?
Es una alteración funcional de la comunicación verbal sin anomalías en los órganos de la fonación. Según el criterio de la Sociedad Americana, las disfemias son alteraciones del lenguaje caracterizadas por tropiezos, espasmos y repeticiones debido a una imperfecta coordinación de las funciones ideomotrices cerebrales.Los disfémicos en el patrón de habla suelen presentar características alteradas de respiración y referidas al ritmo, presentando una incoordinación
La inspiración es superficial y frecuente, con paros.
La espiración es rápida, asincrónica con la fonación. Hay una expulsión prefonatoria del aire que obliga a movimientos suplementarios.
¿Quiénes son los niños y niñas con Disfemias?
Los primeros síntomas aparecen desde los tres o cuatro años de edad, momento en el que el niño comienza a desarrollar el habla. Ahí, los padres deben estar pendientes de la manera en que su hijo trata de expresarse.
Recogeremos en esta categoría a sujetos que presenten un marcado deterioro en la fluidez verbal caracterizado por repeticiones y/o prolongaciones de los elementos del habla tales como sonidos, sílabas, palabras y frases. Pueden ocurrir también otras interrupciones, como bloqueos y pausas. Estas interrupciones normalmente ocurren con frecuencia y la extensión del trastorno puede variar de una situación a otra y es más grave cuando existe una presión especial para comunicarse.
Al iniciarse el trastorno, el niño ignora su problema. Posteriormente, lo percibe con toda claridad. El niño intenta evitar el tartamudeo por lo que se produce una agravación de la sintomatología esencial (errores en la fluidez) debida a los intentos de solución inadecuados que realizan para no tartamudear:
Los criterios para el diagnóstico de los niños y niñas con disfemias son:
Repeticiones, bloqueos o prolongaciones frecuentes de los sonidos o las sílabas que dificultan notablemente la fluidez del habla. Se identifica mucho más claramente, cuando se puede observar directamente al sujeto, por la expresión de su cara y de su cuerpo (intranquilidad y tensión al hablar).
Edad: Después de los seis años aproximadamente.
Tipos de disfemia
1. Clónica. Repeticiones de sílabas y/o de elementos fónicos mínimos, producidos antes de que se inicie o continúe la emisión de una frase, y los ligeros espasmos repetitivos.
2. Tónica. Caracterizada por bloqueos iniciales y fuertes espasmos, la persona se muestra incapaz de emitir sonidos cuando empieza a hablar y luego lo hace de forma entrecortada y con un ritmo rápido. La tensión muscular es prolongada.
3. Mixta. Tónico-clónica.
Para la persona que la padece, tiene la sensación de no tener control sobre la propia emisión de la palabra, perder la espontaneidad expresiva y el contacto con los que le escuchan; en definitiva, carecer de una real posibilidad de comunicación.
Necesidades educativas
En cuanto a las necesidades educativas especiales de los niños con dificultades en la fluidez verbal, son: necesidad de relajación muscular corporal y de los músculos articulatorios para adquirir fluidez en el habla; necesidad de reducir la ansiedad social; necesidad de lograr la coordinación de la conducta respiratoria; necesidad de hacer atribuciones cognitivas adecuadas y positivas (cambiar pensamientos del tipo fracasaré al intentarlo por puede mejorar mi habla); y necesidad de aprender a ralentizar la emisión de palabras y a enfatizar la articulación de los fonemas para lograr claridad en el lenguaje verbal.
En cuanto a la respuesta educativa, por parte del proceso metodológico estarían los métodos:
Reflexivos (aprender a hablar de manera analítica, autoobservándose mientras se habla).
Diversivos (distraer la atención de la persona sobre su manera de hablar y disminuir la logofobia). Además de esto, en la disfemia hay que hacer psicoterapia e intervención logopédica (intervención de la hipertonía corporal y de los músculos fonatorios); intervención en la respiración e intervención en la fluidez, ritmo de la emisión verbal.
BIBLIOGRAFÍA DE INTERÉS
• ANN IRWIN (1994) La tartamudez en los niños. Una ayuda práctica para los padres. Bilbao. Mensajero.
• PUYUELO, M. Y OTROS (1997, 2001). Casos clínicos en logopedia 1. Barcelona: Masson.
• GALLARDO RUIZ, J.R., GALLEGO ORTEGA, J.L. (1993,2000). Manual de logopedia escolar. Un enfoque práctico. Granada: Aljibe.
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