Solo en el 15,9% de las escuelas los estudiantes de primaria asistieron 5 días por semana

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Según una encuesta a familias realizada entre diciembre de 2020 y principios de abril de 2021, el 75,2% de las escuelas primarias estatales urbanas del país optaron por la combinación de clases presenciales y virtuales al comenzar el ciclo lectivo este año. Solo el 18,3% adoptaron la modalidad totalmente presencial. En el 96,7% de las escuelas los estudiantes estuvieron divididos en grupos o burbujas para mantener la distancia social en el aula.

El 75,2% de las escuelas primarias estatales urbanas optó por la bimodalidad –combinación de educación presencial y virtual– para la vuelta a clases en 2021, según los resultados de una encuesta a familias. El 18,3% adoptó la modalidad totalmente presencial, en contraste con un 5,3% de escuelas que se mantuvo en la modalidad virtual. En el 1,2% de las escuelas, no hubo contacto con los alumnos bajo ninguna modalidad.

Los datos surgen del informe “Modalidad de vuelta a clases en la escuela primaria”, del Observatorio de Argentinos por la Educación, con autoría de Melina Furman (Universidad de San Andrés), Víctor Volman y Federico Braga. El documento indaga en las características de la vuelta a clases en Argentina en 2021, con el objetivo de entender cómo se adecuaron las familias y escuelas a los protocolos sanitarios y cómo se está abordando la dinámica pedagógica.

El informe se basa en una encuesta a familias de estudiantes de escuelas primarias estatales de educación común y de ámbito urbano de todo el país. La muestra es representativa de dicho universo; el relevamiento se llevó adelante entre el 29 de marzo y el 18 de abril de 2021, antes de la implementación de las medidas gubernamentales que desde el 19 de abril restringieron la presencialidad escolar en algunas jurisdicciones.

“La encuesta muestra que la bimodalidad es el formato más extendido en esta vuelta de las escuelas primarias del país. Esta vuelta a la presencialidad, aunque no sea completa aún, es clave para la continuidad pedagógica y el bienestar emocional de los chicos. Existe aún una deuda pendiente para que esa continuidad pedagógica se siga fortaleciendo, especialmente para chicos que tuvieron un vínculo muy intermitente con la escuela en 2020”, explica Melina Furman, coautora del informe.

Según los resultados, apenas en el 15,9% de las escuelas primarias estatales urbanas los estudiantes asistieron los 5 días de la semana a la escuela, mientras que el 50,6% lo hace 4 días por semana. El 7,5% respondió que asistieron 2 días a la semana y el 5,4%, 3 días. En el 5,8% de las escuelas, los estudiantes solo tuvieron clases presenciales 1 día por semana.

Cuando no asistieron presencialmente, en el 25,6% de las escuelas los alumnos tampoco lo hicieron de manera virtual. Mientras que en el 48,8% de los casos, los estudiantes sí tuvieron clases de manera virtual cuando no hubo clases presenciales.

“En tiempos de pandemia, de crisis educativa, es fundamental contar con datos de cómo se mantuvieron los vínculos entre docentes, equipos directivos, estudiantes y familia. Los vínculos son importantísimos para el desarrollo de oportunidades de aprendizaje. Un 1,2% de chicos desvinculados totalmente de la escuela primaria nos tiene que interpelar para multiplicar el esfuerzo de toda la comunidad educativa para nominalizar a esos estudiantes y recuperar el tiempo perdido con cada uno de los niños y niñas”, reflexiona Martín Salvetti, profesor de secundaria y subsecretario de Educación de Lomas de Zamora.

Los datos evidencian asimetrías en la carga horaria: en el 46% de los casos los alumnos de primaria asistieron 4 horas a clases presenciales; en el 33,3%, entre 2 y 4 horas. En una de cada 10 escuelas (11%) los alumnos tuvieron 2 horas o menos. Solo en el 7% de las escuelas los estudiantes tuvieron entre 4 y 6 horas de clase, mientras que apenas en el 2,5% los alumnos asistieron 6 o más horas.

“La vuelta a clases en este escenario de pandemia pone de manifiesto con bastante claridad que la bimodalidad requiere resignificar los contenidos previstos por nivel educativo, por grado o año y por materia, dado que la digitalidad requiere el uso de herramientas diversas y novedosas que ayuden a que los niños y jóvenes puedan seguir sosteniendo el vínculo educativo y su correspondiente exigencia asociada”, afirma Gabriela Azar, directora del Departamento de Educación de la UCA. “La bimodalidad requiere que cada escuela y cada docente revise sus prácticas de enseñanza y de evaluación para hacerlas adecuadas a este nuevo escenario educativo”, agrega Azar.

Burbujas e infraestructura

En el 96,7% de las escuelas, los estudiantes estuvieron divididos en grupos o burbujas para mantener la distancia social en el aula, mientras que solo en el 3,3% los estudiantes no tuvieron su grado dividido en grupos. En la mayoría de las escuelas (88,5%) las burbujas fueron de hasta 15 estudiantes, mientras que el 10,2% tuvieron entre 15 y 20 alumnos, y el 1,2% tuvieron entre 21 y 30 estudiantes. No hubo escuelas con burbujas de más de 30 estudiantes.

Solo 1 de cada 3 escuelas (31,7%) cuenta con ventanas al exterior con la posibilidad de abrirse. El 20,3% de las instituciones dispone de un termómetro sin contacto, y solo el 13,2% cuenta con conectividad a internet para alumnos/as y docentes. El 1,5% de las escuelas no dispone de ninguno de estos elementos.

“Los encuestados reportaron que los protocolos de cuidado dentro de las escuelas mayormente se están cumpliendo, aunque por supuesto hay que seguir monitoreando ese cumplimiento de acá en adelante y en todas las instituciones. Preocupa sin embargo el dato de que una proporción no menor de escuelas no tienen buena ventilación de las aulas ni algunos insumos básicos como termómetros”, advierte Furman.

Cumplimiento de los protocolos

Los resultados muestran que el 84,5% de las escuelas implementaron ingreso o salida escalonada para evitar la congestión y aglomeración de personas. Mientras que el 11,4% de las escuelas no previeron ingresos escalonados en sus protocolos. Una de cada tres familias encuestadas (32,6%) expresó tener dificultades para coordinar los horarios de entrada y salida de la escuela para llevar y traer al estudiante  En contraste, 6 de cada 10 (59,2%) no manifestaron problemas, y 8,2% respondieron que el/la alumno/a va y vuelve de manera independiente a la escuela.

En el 84,9% de las escuelas los alumnos y docentes usaron permanente el barbijo en todos los espacios de la institución. En el 9% de los casos lo usaron permanente solo en espacios cerrados y lo dejaron de usar en los espacios abiertos, mientras que el 6,1% respondió que el barbijo se dejaba de usar ocasionalmente en espacios cerrados y abiertos. Las familias informaron que en 3 de cada 4 escuelas  (77,6%) los estudiantes no tuvieron dificultades para cumplir con los protocolos, mientras que en el 20% sí tuvieron dificultades para cumplirlos. El 2,4% restante respondió la opción “otro”.

Detección de casos

Ante la presencia de casos sospechosos o positivos de COVID-19 (de un alumno/a, docente o trabajador de la institución), hay diversidad de protocolos. El 28,5% de las escuelas respondió que dejaron de asistir los miembros de ese grupo burbuja. El 20,8% mencionó el aislamiento de las personas con contacto estrecho, mientras que el 4,2% informó el cierre de la escuela. Menos del 1% de las escuelas (0,4%) no tomaron medidas habiendo ocurrido contagios.

Según los resultados, en 1 de cada 3 escuelas (33,2%) no ha habido detección de casos desde el inicio de clases. El 15,2% menciona contagios de docentes y el 14,8%, de estudiantes. Menos del 3% informa contagios de directivos (2,8%) y personal de apoyo (2,5%); y un 30,7% no sabe si hubo contagios en su escuela.

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