.., y en este retorno a la escuela presencial, qué pondremos en nuestras mochilas?
…, y en este retorno qué encontraremos?
Nos recibirán corazones latiendo rapidito, caritas escapándose de los barbijos en un incesante “sonreír, hablar y preguntar”, pícaras miradas entramando historias de pasado y presente, besos y abrazos de los escapados y sin permiso, de los disfrutables y apuraditos.
Preguntas que entran y salen de las escuelas. Llegan y se van, repreguntando nuevas preguntas, las que sin respuesta certera se reformulan en un devenir constante y perdurable:
Cómo?, Quienes? Cuántos? Es posible? Está permitido? ¿Hasta cuándo?
Niños, adolescentes, jóvenes y educadores vamos emprendiendo la vuelta a la presencialidad.
En este viaje de vuelta, nos preparamos el recorrido, diseñamos trayectoria, seleccionamos que llevar. No podemos viajar con mochilas muy cargadas, que nos agoten e impidan disfrutar de nuestra aventura, pero tampoco de peso ligero. Nada puede faltar, nada puede sobrar. Ee necesario preparar, prepararse, prepararnos Hacia dónde vamos?
A qué escuela retornamos?
Qué llevamos?
Qué dejamos?
En este ir y venir de la escuela, en este llevar y dejar; se cierran infinidad de “conceptos escuela” para reabrir “nuevas escuelas” No se trata de arrasar con lo que teníamos, ni pensar que todo lo que vendrá será transformador y evitará iniquidades; brechas socioculturales. Se trata de rediseñar, y generar escuela que invite a curiosear,
experimentar, problematizar, y aprender.
Una escuela que valga la pena para crecer, disfrutar, imaginar y soñar.
Una escuela que construya personas que vibren con el pensar y con él diseñar un mundo en movimiento.
Una escuela que aún se esté por modelar. Una escuela que desde el tú y yo, construya un nosotros
Una escuela que desde el caer y tropezar, construya un avanzar Una escuela para hacer, crecer y SER
Sé el primero en comentar