Nos urge dar una respuesta y una solución al tema educativo que garantice el acceso al derecho a la educación y el proceso de enseñanza aprendizaje sin perder de vista la salud integral de la comunidad educativa.
Las soluciones son políticas a partir del diálogo y la construcción del consenso. Las posiciones extremas agudizan las angustias, tristezas y preocupaciones de niños, niñas, jóvenes, padres, docentes, auxiliares y de toda la comunidad educativa. Por eso instamos a nuestros dirigentes a reflexionar y dejar de lado posiciones irreductibles que nos inmovilizan y nos detienen en la búsqueda del bien común.
No se discute:
Que en el ciclo lectivo 2020 hubo clases.
Que desertó una cantidad de estudiantes importante y que muchos no pudieron conectarse.
Que el Estado no reaccionó como debía hacerlo, no acompañó lo suficiente, no se adelantó a los problemas, no reparó las escuelas, no cubrió los cargos y horas cuando correspondía y no dio respuesta a colectivos importantes, como por ejemplo los jóvenes y adultos.
Que los docentes hicieron una gran tarea, utilizando sus propios recursos (conectividad, computadora, celular, etc.) y sostuvieron el ciclo lectivo pese a todo.
Que las familias estuvieron y acompañaron en la medida de lo posible a sus hijas e hijos.
Evaluamos como un error haber tenido todas las escuelas cerradas. Lo dijimos en julio de 2020. En un primer momento fue acertado suspender la concurrencia a los establecimientos educativos de docentes y alumnos. Pero superado ese primer mes se tendría que haber mantenido esa suspensión en el AMBA y no en el interior de la provincia de Buenos Aires. Y en el mes de septiembre se podría haber comenzado a retornar en el AMBA y suspender en el interior cuando los casos comenzaron a aumentar rápidamente.
Se relegó la decisión sobre el tema educativo, priorizando aperturas que estaban bien desde lo económico, pero postergaron otras centrales para el futuro de nuestra sociedad. ¿Desconocimiento, impericia, inseguridad hacia dónde ir? Póngale el adjetivo que prefiera, pero la gestión fue deficitaria, y lo sigue siendo, porque principalmente no se adelanta a lo que va a suceder.
Debemos acostumbrarnos a que hay grises. Parecía que las escuelas no iban a abrir hasta que hubiera cero casos de COVID 19. Las posiciones extremas nos llevan a caer en lugares que carecen de sentido. Las escuelas tienen vida. Se abren y se cierran. Y eso va a suceder. ¿Habrá contagios? Seguro que sí y se deberá cerrar y volver a abrir cuando esté la situación epidemiológica controlada. Y esto no debe ser ni un fracaso ni un éxito para nadie.
No detengamos el aprendizaje, el conocimiento, la formación en ciudadanía que brinda la educación en sus múltiples formas y con todas las herramientas que están a su alcance.
Pero a la voluntad, al discurso y a las ganas hay que acompañarlas con recursos.
SI NO HAY UNA INVERSIÓN SERIA EN INFRAESTRUCTURA, EN RECURSOS HUMANOS, MÁS DOCENTES CONTRATADOS E INCORPORADOS A LOS EQUIPOS DE TRABAJO EN LOS MODOS HABITUALES, NO HAY ESTRATEGIA EPIDEMIOLÓGICA QUE PUEDA SER EXITOSA, NI CIUDAD NI PROVINCIA NI PAÍS QUE TENGAN DESTINO.
Por eso decimos:
1. Que se cumplan los protocolos dentro de los establecimientos educativos y se garanticen los insumos de cuidado y de limpieza en tiempo y forma.
2. Mayor celeridad en la reparación de escuelas que permita la concurrencia de estudiantes y docentes en mejores condiciones.
3. Contención psicológica a la comunidad educativa, incluidos los docentes, reforzando los equipos de orientación con los profesionales necesario, incluidos médicos para acompañar los protocolos de cada institución y de todos los niveles.
4. Mayor celeridad y claridad en el manejo de dispensas, licencias, etc. reemplazando los cargos y las horas con suplentes a través del listado oficial.
5. Finalizar con la conectividad y equipamiento de los edificios educativos que restan.
6. En el AMBA y en las zonas que así lo ameriten, garantizar un transporte escolar exclusivo para el 30% de estudiantes y docentes que se mueven cotidianamente en transporte público. Se puede contratar al transporte escolar y al transporte privado y de esa manera se reactiva un sector laboral que tiene serias dificultades.
7. Limitar la cantidad de burbujas por docente en todos los niveles y modalidades, sin disminución salarial, incorporando más docentes, por seis meses.
8. La organización escolar debe ser híbrida y segmentada. Alternar entre presencialidad y no presencialidad. Segmentar la presencialidad. Mayor presencialidad para el nivel inicial, la educación especial y el primer ciclo de la educación primaria. Presencialidad intermedia para el resto de la educación primaria y ciclo básico de la educación secundaria. Menor concurrencia para el ciclo superior de la educación secundaria, Educación de jóvenes y adultos y educación superior. La no concurrencia se suplirá con trabajos domiciliarios. Se sugiere fomentar la lectura.
En los casos de formación práctica intensiva, como la Educación Técnica y la Formación Profesional garantizar la presencialidad necesaria para cumplir con los objetivos de las mismas. Reubicación por emergencia de los equipos docentes de las estructuras territoriales de Psicología Comunitaria y Pedagogía Social en los distintos Niveles
9. Vacunación de los docentes y testeos en la institución educativa.
10. Mayor presencialidad en las escuelas de zonas y contextos vulnerables, arbitrando todos los medios desde el Estado para garantizar la presencialidad, concurrencia y cuidado de esas comunidades educativas. Prioridad absoluta.
Está en juego nuestro futuro, el de nuestra descendencia. Dialoguemos, intercambiemos opiniones, construyamos políticas y planes a partir del consenso. La educación es la mejor inversión que puede hacer una sociedad. No dejemos pasar esta oportunidad.
Fundación INNOPA la misión es Construir un país y una provincia de Buenos Aires próspera, basada en un desarrollo socio económico estable que maximice las oportunidades de crecimiento para todos sus habitantes y mejore su calidad de vida.
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