A menudo relacionamos independencia con desapego, sin embargo debería estar íntimamente unida a cariño. Porque hacer las cosas por uno mismo no es alejamiento, es ni más ni menos que avanzar un paso en la madurez. Tu hijo no va a estar más unido a ti porque vayas detrás de él atándole los zapatos o vistiéndolo cada mañana. No crecerá más despacio porque no le dejes hacer las cosas solo. A veces nos cuesta aceptar que pueden hacer las cosas que antes les hacías tú pero los niños deben avanzar y tú acompañarles en ese camino cada vez desde un plano diferente; cuando son pequeños a su lado, codo con codo y a menudo que avanzan hacia la adolescencia, cada vez más en la sombra, pero siempre ahí.
Sin embargo creo que a veces confundimos los términos o al menos, los procesos. Tengo un hijo de 9 años. Anoche se preparó la ropa para ir al colegio. Esta mañana se ha vestido y se ha preparado el desayuno (una macedonia de frutas con zumo de naranja que ha exprimido él), ha recogido y ha colocado las cosas en el lavaplatos. Al entrar en el colegio se ha despedido de mí con exactamente, trece besos y cuatro abrazos (hoy los he contado para poder escribir este artículo con información cien por cien veraz) y su madre, que es una lapa, por descontado no se los ha negado, ¡faltaría más! A la salida me ha parado el director del colegio para aconsejarme que no dejara al niño dentro del colegio, que sería mejor para él que lo dejara en la puerta y disminuyera el número de demostraciones afectivas porque eso le ayudaría a ser más «independiente». ¡Mira por dónde! , no sabía yo que ser independiente llevara unido ser un desgastado, que igual me equivoco, al fin y al cabo «no soy más» que madre.
Es cierto, hay niños a los que, a determinada edad, no les gustan las demostraciones de cariño en público, ¿significa eso que sean más independientes? Yo creo que no, qué tendrá que ver el tocino…
Si tu hijo y te pide abrazos, ¡dáselos! aprovecha porque la fase del desapego le llegará y ahí los que vamos a tener que estar preparados para el cambio somos nosotros.
Los niños necesitan independencia, sí, pero no nos confundamos que no hace falta ser una lija para fomentar la independencia en casa.
De camino al trabajo me he planteado dos cosas:
– Enviarle este artículo al director.
-Investigar otras alternativas escolares donde el despego no forme parte del currículum.
Una cosa sí tengo clarísima, mañana en la puerta del colegio, a los trece besos de mi hijo, le responderé con 14 abrazos.
Independencia, por supuesto, desde el cariño.
Mónica Bordanova
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