1. ¿Qué eran los Einsatzgruppen y qué papel desempeñaron en el asesinato de judíos?
Los Einsatzgruppen (Grupo de Operaciones del Servicio de Seguridad y de la Policía de Seguridad) fueron uno de los grupos que llevó adelante el exterminio de judíos durante el Holocausto. Se caracterizaron, en sus comienzos, por trabajar junto al ejército alemán en los territorios invadidos de Austria, Checoslovaquia y Polonia. Particularmente, en las instrucciones que recibieron sus miembros tras la invasión a Polonia (1939), se les ordenó “combatir” a los “elementos hostiles al Reich”. Esta orden fue interpretada como una autorización para perseguir a miles de judíos y opositores políticos del nacional-socialismo. Poco después de esta invasión, se los instruyó sobre cómo tratar a los judíos: debían arrestarlos y concentrarlos en guetos cercanos a las líneas ferroviarias para facilitar futuros traslados masivos de población.
Durante la “Operación Barbarroja” (1941) –denominación asignada a la invasión de la Unión Soviética por parte de las fuerzas alemanas, los Einsatzgruppen fueron divididos en sub-unidades. Cada una de ellas debía eliminar a los judíos en la región conquistada donde se les asignaban las funciones. Estos aniquilaban a sus víctimas reuniéndolos al borde de barrancos o zanjones donde eran fusilados y arrojados sus cuerpos a esas fosas. Esta práctica de aniquilación masiva produjo una serie de efectos nocivos sobre los propios perpetradores: algunos miembros de los pelotones de ejecución sufrían problemas de carácter psicológico. El problema fue resuelto, entonces, apelando a otras alternativas de ejecución: las cámaras de gas evitaron el contacto y la presencia inmediata de los nazis durante el proceso de ejecución de cantidades considerables de individuos. Incluso, para desligarse de la responsabilidad inmediata de las ejecuciones, los nazis establecieron, en los campos de exterminio, Sonderkommandos integrados por judíos. De esta forma eran las propias víctimas las que eran obligadas a participar del proceso de aniquilamiento
2. ¿Cuál fue la diferencia entre la situación de los supervivientes judíos y la de las víctimas no judías perseguidas durante la guerra?
Es una pregunta que presenta una serie de complejidades que, a riesgo de resumir la respuesta, temo dejar incompleta. En primer lugar, hay que reconocer que las víctimas de la política de persecución racial, social y política del nazismo fueron diversas: comunistas y opositores políticos, enfermos mentales y discapacitados, diversidades sexuales, testigos de Jehová, gitanos (Romaníes y Sinti) y los judíos. No obstante, a diferencia de muchas de las otras, el nazismo consideró programáticamente que los judíos, en su totalidad, debían exterminarse- al menos en el Reich o en Europa. En este sentido, si bien el universo de víctimas era amplio, los únicos que estaban condenados a su extinción total fueron los judíos. En función de ello el nazismo construyó una ingeniería legal, social, política y económica que, primero, los segregó del resto de los ciudadanos, luego los confinó a lugares específicos de algunas ciudades (Guetos) y finalmente los deportó a campos de concentración, de trabajo y/o de exterminio donde fueron aniquilados.
Las víctimas judías que sobrevivieron y que eran oriundas de diversos lugares de Europa, fueron, tras el final de la Segunda Guerra Mundial, confinadas en Campos de Deportados- muchos de ellos, habían sido los mismos campos de exterminio pero que ahora, bajo la gestión de los Aliados, se convertían en lugares de refugio. La razón de que estuvieran allí es porque, mayoritariamente, los sobrevivientes no tenían dónde regresar: sus casas fueron apropiadas, las aldeas destruidas y las ciudades habitadas por quienes, en muchas ocasiones, habían colaborado en el exterminio. La mayoría, a su vez, ya no tenía familiares vivos en Europa. De modo que, tras el final de la Segunda Guerra y el Holoausto, se inicia un proceso de emigración de estos sobrevivientes a otros horizontes: Israel/Palestina, Canadá, Estados Unidos y, por ejemplo, algunos países de América Latina. Argentina fue el país latinoamericano que mayo número de sobrevivientes recibió.
3. Dentro del tema del Holocausto y viendo el conflicto que se sigue desarrollando en Israel y Palestina ¿Qué puede enseñarnos el estudio del Holocausto que puedan fortalecer los esfuerzos actuales para la prevención de genocidios?
Me parece que, en términos pedagógicos, la enseñanza del Holocausto sigue siendo significativa en la medida que permite comprender y conceptualizar diversos aspectos vinculados a la discriminación y cómo se desarrolla un proceso genocida. En función de ello, su abordaje en clases permite poner en valor las virtudes de una sociedad plural y cuáles son las mecánicas para construir un horioznte de vida compartida con los y las otros/as. No obstante, también debo reconocer que solo con la enseñanza del Holocasuto no alcanza. Los mecanismos que hacen a la desigualdad y alientan la polarización social no pueden ser resueltos solo por las escuelas. De modo que, como señalaba hace tiempo Theodor Adorno en su conferencia acerca de la enseñanza después de Auschwitz, si no se modifican las condiciones estructurales que hicieron posible el Holocasuto, siempre estamos bajo la amenaza de repetir una experiencia genocida.
Gracias Emmanuel
Perfil del Emmanuel Nicolás Kahan es Doctor en Historia y Magister en Historia y Memoria por la Universidad Nacional de La Plata e investigador adjunto del Consejo Nacional de Investigaciones Científicas y Tecnológicas (CONICET).
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