Septiembre, el mes de la educación en la Argentina, se presenta con nuevos desafíos y oportunidades que llevan a la reflexión sobre ¿qué escuela queremos para el futuro? y ¿qué protagonismo tendrán las nuevas tecnologías en la educación del mañana?
El sistema educativo tradicional y su incompatibilidad con el siglo XXI, es una preocupación presente en el ámbito educativo a nivel global. El mundo está reclamando un cambio, una transformación que rompa con la educación estandarizada, básica y universal como la conocemos hoy, rescatando y adaptando lo bueno de ésta a las nuevas formas y prácticas que se están implementando en muchos países: En España Horitzo2020, Escola Nova 21 y el Colegio Montserrat. En Latinoamérica está el colegio Aleph en Perú, una escuela innovadora que trabaja el aprendizaje basado en proyectos; Avenues en Brasil y Estados Unidos; y también las Escuelas Fontán en Colombia, que impulsa un modelo de colegios sin horarios ni materias.
La Argentina se ha convertido en un laboratorio de experiencias que buscan dar respuesta a las demandas de este siglo, a través del diseño de experiencias y modelos educativos innovadores. Ya sea mediante políticas nacionales y provinciales, o por el impulso de organizaciones de la sociedad civil, es claro que el cambio no sólo es necesario, sino que además es posible. Algunos ejemplos son el Proyecto Eutopía, un modelo de transformación de la escuela secundaria que desde 2017 se caracteriza por ser colaborativo e inclusivo, que trabaja en red con 16 escuelas de la Ciudad Autónoma de Buenos Aires, con 41 directivos, 120 docentes en forma directa y más de 800 en forma indirecta, y cerca de 6.000 estudiantes; o The Global School (TGS), una nueva propuesta educativa que nació este año en la provincia de Buenos Aires, cuya oferta abarca a cerca de 200 niños y niñas, desde sala de 2 años hasta el nivel secundario.
Hacia un cambio de paradigma educativo-cultural
Rediseñar la escuela involucrando a las TIC
Las tecnologías llegaron para quedarse y cada vez están más presentes en la vida de las personas y principalmente en los jóvenes. Así lo demuestra una investigación realizada en escuelas de la Ciudad de Buenos Aires por el Centro de Estudios, Investigaciones y Opinión de la Defensoría del Pueblo, donde entre otras cosas señala que el 94% de los alumnos de sexto y séptimo grado -de escuelas públicas y privadas-, tienen celular propio y más de la mitad lo consiguió entre los 10 y 11 años. Pero es un fenómeno que se da en todo el mundo, de acuerdo a un estudio de UNICEF, la relación de la tecnología con los más jóvenes es cada vez más fuerte: el 51% de los chicos y chicas usa Internet todo el tiempo; el 96% utiliza redes sociales como Facebook, Twitter e Instagram; el 82% utiliza WhatsApp; el 41% utiliza su cuenta de e-mail; el 93% busca información en la red a través de Google; el 80% utiliza Internet para hacer tareas escolares; y el 60% de los adolescentes se conecta a Internet en la escuela.
La tecnología es una realidad presente entre los jóvenes y ya no tiene retorno, llegó la hora de adaptarse y sacarle el mejor provecho, para ello, es necesario debatir e interpelar las prácticas de enseñanza para problematizar el modelo escolar actual y asumir el desafío de buscar nuevos formatos pedagógicos que incluyan a las TIC. Luciana Alonso, directora de la Red de Escuelas Eutopía, señala: “La tecnología en la educación es una oportunidad para rediseñar el campo educativo, las escuelas, las prácticas de enseñanza y los procesos de aprendizaje”. Y advierte: “Es necesario derribar el mito de que las tecnologías motivan más o convocan emocionalmente a los estudiantes. Si bien pueden recuperar rasgos propios de su cultura, son las propuestas educativas las que potencian los aprendizajes, no los dispositivos”.
El rol del docente no es reemplazado por las TIC
Deshacer el modelo tradicional profesor-alumno es hacia donde se dirigen los modelos innovadores en educación. Esta transformación hace que las tecnologías tomen un lugar importante pero no fundamental en las prácticas de aprendizaje, ya que a través de las TIC los alumnos pueden personalizar y complementar el nuevo rol activo del docente, que se transforma en un facilitador y guía durante el proceso de aprendizaje de los alumnos.
“El rol de los docentes y profesores cambia profundamente, pasan de ser quienes transmiten el conocimiento a quienes transmiten la pasión por el conocimiento, lo que sólo puede hacerse a través del vínculo personal. Esta diferencia parece menor, pero es sumamente importante ya que invita a todos quienes somos educadores a repensar nuestra vocación por aprender, con un rol re-significado de inspirar a los alumnos a querer aprender. Esto implica gestionar proyectos, ser facilitadores, llevarlos a las puertas del aprendizaje”, comenta Gabriel Rshaid, Director General de The Global School.
Protagonismo del alumno en la propuesta educativa
Los alumnos se convierten en los protagonistas de su proceso de aprendizaje, siendo el profesor el guía que dirige este proceso. Dejan el rol pasivo al cual el sistema educativo estaba acostumbrado y toman el protagonismo.
“Los jóvenes enfrentarán un mundo en el que pueden continuar aprendiendo toda la vida y es fundamental que adquieran las herramientas para aprender de forma autónoma. Por esa razón, pueden aprender haciendo, creando, desarrollando proyectos y tomando decisiones sobre su aprendizaje y el de sus pares”, explica Rshaid.
En este proceso de aprendizaje de las nuevas generaciones digitales, las TIC también ocupan un lugar, no sólo porque se está dejando de lado el papel y el lápiz en favor de la pantalla táctil, el teclado, el celular y los buscadores; sino también, porque la estática metodología tradicional está cediendo su lugar al dinamismo, la creatividad y la autoevaluación.
Preparando a los jóvenes para los desafíos del siglo XXI
El siglo XXI viene acompañado de una expansión de la revolución digital a todos los ámbitos de la vida cotidiana, lo que pone en agenda la necesidad inmediata de una transformación cultural que rompa con un sistema educativo que ha demostrado sus limitaciones para atender a los cambios sociales, económicos y productivos. ¿Por qué? Porque es necesario preparar a los jóvenes para las nuevas necesidades y demandas del futuro.
Las herramientas digitales ayudan a los jóvenes a desarrollar capacidades que serán necesarias para su desempeño profesional. Nuevas habilidades, competencias e incluso Inteligencia Artificial como Robótica, aparecen como los nuevos ingredientes de los modelos de escuelas disruptivas.
“El futuro está directamente ligado a la tecnología y el mercado laboral demanda mayores conocimientos en Inteligencia Artificial, Big Data e Internet de las Cosas, por nombrar sólo algunas tendencias. El desafío para el Estado, el sector privado y el ámbito educativo es buscar un equilibrio con el objetivo de que todas las personas puedan ser incluidas en esta era digital, que las nuevas generaciones estudien carreras técnicas y relacionadas a lo que conocemos como Ciencia de Datos, que nos ayuden a pensar la forma de acortar la brecha digital, con tecnología más inclusiva y accesible para todos”, afirma Javier Minsky, CEO de Virtualmind.
Por su parte, Matías Scovotti, CEO y cofundador de Educabot, expresa: “La Robótica es un medio para que los chicos desarrollen principios básicos de programación y electrónica, que hoy por hoy son habilidades importantísimas que abren oportunidades en un mundo cada vez más globalizado. Formamos a los jóvenes para que encuentren a través de la tecnología, soluciones creativas a los problemas de la vida real”.
“El mundo está transitando por lo que se conoce como la Cuarta Revolución Industrial, donde, entre otros temas, la capacidad de contar con ilimitada cantidad de datos, ofrece un campo inagotable de conocimiento, para que los sectores público y privado colaboren e impacten en forma positiva en la calidad de vida de las personas y en la economía de los países. Es por ello, que la formación y capacitación de las actuales y nuevas generaciones es clave y debemos prepararnos para un escenario de cambio que nos demandará una importante flexibilidad y creatividad para adaptar contenidos, medios, herramientas y procesos. Este desafío abarca a todos, autoridades, docentes y alumnos”, señala el Dr. Alberto A. Allemand, rector de la Universidad CAECE.
Las TIC en la educación son una realidad. La era digital llegó para quedarse y reclama la atención y acción de todo el ecosistema educativo para trabajar en una transformación cultural-educativa necesaria, que rompa con las estructuras tradicionales y estáticas, con el objetivo de potenciar el aprendizaje y pensamiento crítico de los jóvenes de hoy y del mañana que se van a encontrar con nuevas carreras y demandas propias de un mundo en constante movimiento.
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