El mártir de Casero

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A pesar de triunfar ampliamente en las operaciones militares terrestres y marítimas, el gobierno argentino, representado por el gobernador de Buenos Manuel Dorrego, firmó un tratado de paz con Brasil por el cual se otorgaba la independencia a la Banda Oriental que a fines de 1828 se transformó en República Oriental del Uruguay. Esta fué la excusa para que, un grupo de oficiales derrocara a Dorrego, lo fusilara y designara como gobernador de Buenos Aires, al general Juan Galo Lavalle.
Entre estos oficiales se encontraba un héroe de la guerra contra el Brasil, el coronel Martiniano Chilavert, porteño que había cursado sus estudios en España y siendo un niño de 11 años, retornó al país en 1812, acompañando a su padre el capitán español Francisco Chilavert ( que venía a ponerse a las órdenes de la revolución) y a José de San Martín.
Ingresó como cadete al regimiento de Granaderos a Caballo en 1812 y fué promocionado como subteniente de artillería en junio de 1817, asignado al 2º batallón del regimiento 1 de artillería, `pidió la baja en febrero de 1821 y estudió ingeniería. En 1826, a raíz del estallido de la guerra con el Brasil, ingresó nuevamente al ejército en el regimiento de Artillería ligera, donde fué ascendido a Mayor, por su descollante actuación en la Batalla de Ituzaingó en la que, junto con las fuerzas de caballería del coronel Olazábal, tuvo el honor de comenzar la batalla contra los brasileros y soportar sus ataques hasta que el grueso de las fuerzas patriotas pudo ponerse en acción. Estaba dispuesto, junto a Olazábal, a cumplir a rajatabla la orden que les había dado el general Alvear: » mantenga ese punto y hágase matar».
En febrero de 1828 pidió la baja y se alistó con fructuoso Rivera en un ejército mixto para recuperar las misiones orientales de manos de los brasileros, siendo designado como Sargento Mayor de Artillería de línea en agosto de ese año por el gobernador Dorrego.
En 1830 Chilavert emigró a Montevideo junto con otros unitarios, a raíz de la asunción de Rosas a la primera magistratura bonaerense.
En noviembre de ese año, Lavalle decidió participar nuevamente en las guerras civiles y llamó a colaborar a sus antiguos camaradas Chilavert, Olavarría, Pirán, Medina, Méndez, Vega y Vilela, resolviendo apoyar los proyectos del federal Ricardo López Jordán ( medio hermano de Francisco Ramírez) para recuperar la provincia de Entre Ríos cuyo mando le había sido quitado por los federales porteños al mando del General Lucio Mansilla.
En esta oportunidad participó de la alianza, el ganadero entrerriano Justo José de Urquiza López Jordán fué designado – luego de conseguir la renuncia del gobernador apoyado por los porteños León Solas – como gobernador de Entre Ríos en noviembre de 1830 pero en diciembre, ante el avance de las tropas federales santafesinas y porteñas, debió emigrar con Lavalle a Montevideo.
En febrero de 1831, Lavalle y sus camaradas preparaban, junto con López Jordán y Urquiza, una sublevación contra el nuevo gobernador entrerriano Barrenechea y en marzo, atacaron a los federales entrerrianos don diversa suerte en los combates. López Jordán, sin esperar reunirse con las tropas de Lavalle, integradas por veteranos de las guerras de la Independencia y de la guerra con el Brasil, fué derrotado por Barrenechea en la Laguna de los troncos ( 7 de marzo de 1831) mientras la escuadrilla porteña, mandada por Rosas en apoyo de los entrerrianos obstaculizaba el desembarco de las tropas de Lavalle.
Para fines de marzo de ese año, las tropas de Lavalle sufren la deserción del coronel Pedro Regalado Hereñú quien se pasó a las filas federales y el jefe unitario con sus hombres – entre los que se contaba aún Chilavert – repasó el río Uruguay y volvió a la Banda Oriental.
En 1837, se desarrolló en el Uruguay un guerra civil entre el caudillo Manuel Oribe ( apoyado por Rosas) que ejercía la presidencia uruguaya – y el caudillo unitario uruguayo, Fructuoso Rivera. Se libraron varios combates sin definición .
En junio de 1838 las tropas de Rivera pusieron sitio a Montevideo, con el apoyo de la flota francesa, para derrocar a Oribe, el que renunció el 23 de octubre del mismo año, emigrando a Buenos Aires donde fué recibido por Rosas y considerado por éste, presidente legal del Uruguay.
De allí en adelante, Oribe se transformó en colaborador de Rosas y desarrolló varias campañas en la Argentina al mando e las fuerzas federales, hasta tanto se pudiera formar un ejército federal que invadiera la Banda Oriental y lo repusiera en el cargo. Casi simultáneamente, el congreso Uruguayo designó presidente a Fructuoso Rivera.

El gobierno Francés mientras tanto, había intimado a Rosas ( en noviembre de 1837) para que pusiera en libertad al imprentero francés Cesar Hipólito Baclé, de dejara sin efecto la movilización militar de ciudadanos franceses en Buenos Aires y se otorgara a Francia el trato de Nación más favorecida, en los convenios comerciales.
Ante la negativa de Rosas, en marzo de 1838 el almirante francés Leblanc, comandante de la flota francesa estacionada en Río de Janeiro, impuso el bloqueo a la ciudad de Buenos Aires, en septiembre de 1838 el cónsul francés volvió a intimar al gobierno de Rosas para que accediera a sus requerimientos de noviembre de 1837 pero, ante la negativa del gobernador de Buenos Aires, mantuvo y amplió el bloqueo , invadiendo la Isla de Martín García a la vez que ayudó a las fuerzas de Rivera para derrocar a Oribe.
En diciembre de 1838, en Montevideo se constituyó una Comisión Argentina que tenía por finalidad » luchar por todos los medios a su alcance» contra el gobierno de Rosas. Esta comisión estaba integrada por unitarios y federales antirrosistas en el exilio, contándose entre otros a Julián Agüero, Manuel Gallardo, Valentín Alsina, el general Juan Lavalle, Bernardino Rivadavia, Pedro Agrelo, el general Tomás Iriarte, el General Martiniano Chilavert, el general Félix Olazábal y Salvador María del Carril.

En realidad, la tensión con Francia comenzó a sentirse cuando, en 1835, Rosas sancionó la Ley de Aduanas que rompió la tradición librecambista imperante desde 1810. Las modificaciones introducidas protegieron a artesanos de Buenos Aires, agricultores y producciones del interior como la vinícola y licorera de Cuyo y Tucumán, algunos productos textiles y alimenticios de Córdoba y Santiago del Estero . La Pcia de Bs. As. renunció – en beneficio de las provincias interiores – a los gravámenes que recaían sobre productos cuyo consumo debía realizarse en dichas provincias. La actitud francesa fue de rechazo de esta Ley – al igual que la de los ingleses- y comenzó a presionar para su derogación, por todos los medios ( incluídos los bélicos).

 

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Acerca de Julio Ruiz 63 Articles
Profesor de Historia. Colegio Cervantes y Jesús Sacramentado de Bolívar, Argentina. Ex Intendente de la Ciudad de Bolívar en la Provincia de Buenos Aires, Argentina en el período 1987-1991. Abogado. Integrante de la Asociasón San Martiniana en su caracter de presidente. Columnista en el Diario La Mañana. Obras Históricas entre otras: Blandengues, “La Odisea”, “Historias que hicieron cuentos”, “Paginas de una historia olvidada”. “Hubo un tiempo que fue Hermoso”una creación colectiva de ex alumnos, Bachilleres de la promoción 1972 del Colegio Nacional de Bolivar (Bs As). Los Negritos de San Martín. “La historia, un cuento y un libro”

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