Siguen corriendo; ya no de liceo en liceo, ni de escuela en escuela sino de Crea a Zoom, de su ser docente a su ser papá/mamá, de la corrección de la tarea, a la planificación de una nueva unidad, sin dejar de acompañar a ese pequeño jovencito que está dando sus
primeros pasos por secundaria, cuando aún resuena la voz del director recordando de una nueva coordinación docente, y el grupo de Wapp de segundo “A “ sigue esperando mis respuestas. Trabajando en el adentro y en el afuera. Reboleando tareas, y percibiendo
lentamente cómo van subiendo a la “sala de espera” infinidad de deberes que aguardan ser corregidos. Aún sin conciliar el sueño, cuando la incondicional alarma se reporta para anunciar que el día ya está comenzando, y con él un sinfín de golpecitos que llegan a mi puerta docente.
Una vez leí, o escuché o quizás imaginé, que en toda trayectoria “aprendiseñante”, las subidas triunfan ante las bajadas, las grietas alojan rinconcitos para construir esperanzas, y es posible reencontrarse con la fascinante aventura del ser educador.
En estos tiempos revueltos CORONADOS por la incertidumbre es posible reencontrarnos con nuestro ser docente.
Los invito a caminar por estas interrogantes, transformándolas en nuevas preguntas.
Preguntas para seguir construyendo propuestas de enseñanza poderosa, seguir diseñando nuestras aulas virtuales, y seguir encontrando oportunidades.
+Y si en vez de ir sumando actividades diarias, pensamos la semana?
Pensar la EXPERIENCIA de la semana, entramarla. Quizás no todo en línea, sino generar una construcción didáctica con flexibilidad.
Una vez que limité mis objetivos pedagógicos salgo a buscar el cómo.
+ Y si volvemos a “autosorprendenrnos” como educadores y buscamos en nuestras cajas
de recursos didácticos, herramientas que hace tiempo que no usamos?
+ Y si captamos a nuestros estudiantes con preguntas curiosas, con actividades inesperadas, y con propuestas más allá del aula?
+ Y si nos seguimos enriqueciendo entre colegas, socializando y compartiendo nuestro accionar?
Aún en estos tiempos tormentosos es posible resignificar la fascinante aventura de enseñar, disfrutarla y seguirla eligiendo
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