El 10 de diciembre se celebra en Argentina el Día de la Restauración de la Democracia, ese día ganábamos todos los argentinos.
Hace tiempo que descubrimos que las Democracias, aunque imperfectas dentro de las formas puras de gobiernos, abren vías de libertad y participación ciudadana. Educar a los ciudadanos acerca de la democracia en la que viven, significa que los educadores estamos creo yo otorgándoles algunas herramientas. La democracia, entonces, no es la autocracia o la dictadura, donde una persona gobierna; y no es oligarquía, donde lo hace un pequeño segmento de la sociedad.
Honrar la Democracia, la política no es un negocio estas son algunas de las cosas que nos enseñó Raúl Alfonsín. De ambos lados de la grieta su figura sigue creciendo se lo pone como ejemplo, ¿será este el camino? O seguiremos tropezando con nuestros complejos de inferioridad. la democracia es mucho más que sólo las elecciones. Las democracias modernas son representativas, en las cuales los gobernantes toman las medidas en nombre de los ciudadanos tras un proceso electoral.
Raúl Alfonsín no era solo un hombre de bien, era un ciudadano de bien que se ocupó de los asuntos de su país, fue el que nos hizo volver a vivir la democracia. No fue el creador de la Democracia, pero este hombre tiene mérito de sobra para ser considerado unos de los próceres del siglo XX. Un dato a favor para nuestro crecimiento democrático y que es poco común en años de tanta crispación política, los homenajes para Alfonsín fueron en vida.
Los años que nos está llevando la consolidación de nuestra Democracia, no han sido fáciles, todos los sabemos. ¿Por qué razón Raúl Alfonsín asumió el 10 de diciembre y no en la fecha que proponía el gobierno dictatorial del Proceso de Reorganización Nacional?
La dictadura primero quiso estirar la entrega del mando el 25 de mayo de 1984. Luego, publicaron un decreto para adelantarla al 30 de enero. Raúl Alfonsín logró imponer el Día internacional de los Derechos Humanos. Solo por nombrar un suceso histórico en que se jugó sus ideales democráticos el 17 de noviembre de 1966 en la dictadura de Onganía, la llamada Revolución Argentina el Dr. Raúl Alfonsín fue detenido por las fuerzas policiales, acusado de haber realizado una conferencia de prensa en repudio al gobierno de facto de Juan Carlos Onganía.
En ese contexto, el 12 de julio de 1983, promulgaron el decreto-ley 22.847 (de Convocatoria Electoral), que con la firma del presidente de facto Bignone y el ministro del Interior, Llamil Reston, convocaba a comicios generales para el 30 de octubre de ese año. Ese decreto fijaba el 30 de enero de 1984 como fecha de asunción del presidente electo. Los militares argentinos no querían abandonar el poder, era sabido un ejmplo de esto es que el general Cristino Nicolaides en diciembre de 1982 dejó trascender su aspiración presidencial, tal como lo había propiciado tiempo atrás Emilio Massera. Las elecciones fueron arrancadas al poder militar por el pueblo. Cuando Raúl Alfonsín salió ganador el 30 de octubre de 1983 vio que esa fecha era difícil de cumplir porque la situación era muy difícil y, el 16 de noviembre, apenas 17 días después de las elecciones, se promulgó el decreto-ley 22.972 que modificaba la anterior ley electoral y establecía el 10 de diciembre como fecha de asunción de las autoridades democráticas.
Raúl Alfonsín sabía que el 10 de diciembre no es un día cualquiera, el que fue el fundador de la Asamblea Permanente por los Derechos Humanos (APDH), Alfonsín buscó darle aún más significación a la ceremonia de su asunción como presidente. Esta asociación fue la primera creada en Argentina el 18 de diciembre de 1975 para hacer frente a las violaciones sistemáticas de los Derechos Humanos que en aquella época comenzaron con la actividad de la denominada AAA. Su primera reunión se llevó a cabo durante el mes de diciembre de 1975 en la Casa de Ejercicios Espirituales que dependía de la Iglesia de la Santa Cruz y fue convocada por Rosa Pantaleón (fallecida el 7 de marzo de 1997) y asistieron: el obispo de Neuquén don Jaime de Nevares, el rabino Marshall Meyer, el obispo Carlos Gatinoni, la doctora Alicia Moreau de Justo, Raúl Alfonsín, Oscar Alende, Susana Pérez Gallart, Adolfo Pérez Esquivel y Alfredo Bravo. En 1976 fundó y dirigió la revista Propuesta y Control, única revista política opositora en aquellos primeros años del gobierno militar.
La anhelada Democracia, finalmente, regresaba al país luego de largos siete años de la más cruel de las Dictaduras que hizo historia en Argentina. Todo había comenzado el domingo 30 de octubre, cuando en una jornada histórica, 18 millones de personas habían vuelto a votar en elecciones abiertas después de la dictadura que había comenzado el 24 de marzo de 1976.
En Democracia no está todo dicho, es un edificio que lo vamos construyendo todos, no algunos, ella se construye día a día. La democracia se administra. Si se hace politiquería desde el estado se está ideologizando a la población para que sienta que participa. Nos hace rehenes de este sistema, eso no es democracia. Todos hablan de Alfonsín, todos los ven como el Padre de la Democracia entonces empecemos a honrar sus enseñanzas. Él nos enseñó a respetar y buscar el buen funcionamiento de las instituciones para fortalecer la Democracia. Personalmente el proceso que inició Raúl Alfonsín es un proceso marcado por el enamoramiento de una idea y un objetivo claro-Democracia para siempre.
Dijo Raúl Alfonsín «…Vamos a vivir en libertad. De eso, no quepa duda. Como tampoco debe caber duda de que esa libertad va a servir para construir, para crear, para producir, para trabajar, para reclamar Justicia -toda la justicia, la de las leyes comunes y la de las leyes sociales”
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