El siguiente texto es escrito por Psic. Gloria María R. de la Garza, desde México
No cabe duda que los niños de hoy se presentan ante el mundo y ante la vida, con otras características y herramientas muy distintas a las de los niños de antes. De nada sirve compararlos; sin embargo hay que apoyarlos, orientando su comportamiento sin temor a pensar que los niños de ahora nos han superado. Educar a los niños para que logren ser felices, seguros, tranquilos y de buenos sentimientos, educarlos en valores.
Los niños que presentan problemas fuertes en su comportamiento, tuvieron una educación débil, con hogares con siguiente características:
Sin metas, normas ni objetivos claros
Donde los padres ceden y admiten lo que no aprueban
Sin tolerar el sufrimiento y las incomodidades
Con quejas constantes
Dónde los hijos les ruegan y convencen a sus padres de que les concedan todo
Con hijos que consumen lo que quieren y cuando quieren
Donde los padres no dan un ejemplo de vida
Uno de los dos o ambos padres, se ausentan y no participan en la educación
Hogares sin comunicación
Con faltas de respeto a los demás
Con opiniones y creencias superficiales
Donde los hijos no tienen interés por aprender
Hoy en día los niños ya no tienen tolerancia a la frustración, a que sus padres les nieguen algo; son niños que ya no intentan esforzarse, porque los medios que tienen a su alcance, les facilitan tanto las cosas que nada se les complica con la velocidad que alcanzan cuando oprimen un botón. Pero el resultado no ha sido el más favorable, porque son niños que no le dan valor a las personas y a las cosas; niños que todo les aburre y que están cansados de no hacer nada, de no sentirse útiles. Por eso para que no se pierdan en el espacio cibernético, confundidos y apantallados, por la rapidez de un mundo tan cambiante; para que puedan ser felices, rodeados de la familia que tienen, satisfechos con las cosas más sencillas, dispuestos a pensar un poco más en lo que necesitan para sentirse más comprometidos con sus padres y con su escuela. Pero sin duda esto solo se puede lograr, si los padres, la familia en sí, logra responder a las necesidades que presentan los niños de hoy, que definitivamente no son, el tener el último celular que acaba de salir; sino el poder contar.
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