La observación de clases por parte del equipo de conducción

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La Observación de clases por parte del Equipo de Conducción.

“La directora fue a observar una de mis clases la semana pasada. Llegó de sorpresa a mitad de la hora, estuvo quince minutos y se retiró porque alguien necesitaba conversar con ella. Nunca me dijo nada sobre la clase.”

dirigir-300x300Entre las múltiples tareas que los miembros del Equipo de Conducción (EC) deben abordar en una jornada de trabajo encontramos la observación de clases. Nos referimos a una observación contextualizada en una institución educativa. Azzerboni y Harff (2013) la definen como una acción “deliberada, sistemática y específica con el propósito de investigar y tomar decisiones. Medio para obtener una descripción o representación de acontecimientos, procesos y fenómenos y de los factores que en ellos influyan a fin de comprender y mejorar la educación, la enseñanza y el aprendizaje.”

Si bien para un directivo el tiempo apremia y en ocasiones debe resolver lo urgente y postergar lo importante, la falta de tiempo podría no ser la única razón por la que la observación sistemática de clases es una práctica poco frecuente en las instituciones educativas.

En primer lugar, la no observación no tiene consecuencias inmediatas y fácilmente visibles como pueden tener incumplir con tareas administrativas solicitadas por autoridades superiores, desatender asuntos de convivencia importantes o postergar entrevistas para incorporar nuevos docentes a la institución. Así, ante las múltiples demandas que enfrenta el EC la observación de clases se va postergando para poder cumplir con otras exigencias del rol directivo.

Algunos docentes pueden percibir la observación de sus clases como una suerte de advertencia, control o castigo, lo que podría ocasionar  el deterioro de las relaciones directivo-docente, tan importantes para el quehacer institucional. En este sentido, la capacidad de los docentes  para reconocer sus debilidades en su propia práctica y reflexionar sobre ella juegan un papel preponderante.

Por otra parte, si la observación supone recabar información que sirva para la posterior toma de decisiones, quien observa, después de hacerlo,  tiene por delante una ardua tarea que consume tiempo de la jornada de trabajo y demanda habilidades interpersonales como son el diálogo y la reflexión junto al docente.

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¿Para qué observar clases?

Desde un encuadre normativo, el Reglamento General de Escuelas, en su Art. N° 51 inciso 11, incluye entre las funciones del director “supervisar (…) y orientar al equipo docente respecto de las planificaciones y las evaluaciones de los procesos y resultados de la totalidad de las prácticas de enseñanza y de aprendizaje.” El mismo documento explicita, en su Art.N°51 inciso 13,  que el director debe “observar clases, cuadernos y otras producciones de los alumnos, realizar entrevistas con los docentes aportando orientaciones que permitan mejorar la enseñanza.”

Vale destacar que la observación de clases  es sólo una de las herramientas para  evaluar la tarea docente. El directivo tiene a su disposición otros insumos como la planificación anual que el docente haya presentado, los cuadernos o carpetas de alumnos, el libro de temas (en el nivel secundario), la carpeta del docente (en los niveles inicial y primario), los informes trimestrales y cualquier otro instrumento que el EC solicite.

A través de la observación de clases, el directivo puede detectar fortalezas y debilidades en los distintos niveles de concreción curricular. Por ejemplo, a nivel institucional permite jerarquizar dificultades pedagógicas que los alumnos de ese centro educativo comparten (pueden ser dificultades en la expresión oral frente a su grupo de pares, dificultades en la lectura comprensiva, etc.) o reconocer si las clases se dictan en línea con el proyecto institucional.  A nivel departamental o de áreas,  la observación de las clases de Matemática en 5to y en 6to año (por ejemplo),  permite analizar estrategias para unificar criterios en la forma de abordar los contenidos. A nivel áulico, sirve de evaluación del desempeño docente y del grupo de alumnos.

En cualquier caso, se destaca la necesidad de planificar la observación. Hacerlo sin haber planificado previamente  los aspectos a relevar puede convertirse en una pérdida de tiempo. Gvirtz y de Podestá (2012) proponen una grilla muy completa  para evaluar aspectos de la comunicación, estrategias metodológicas y desempeño de los alumnos en la clase. Esta grilla, o cualquier otro tipo de insumo que incluso puede ser diseñado en conjunto con los docentes, no debería ser una suerte de fórmula secreta. Por el contrario, constituye una herramienta muy valiosa en tanto permite a los docentes conocer en qué aspectos de su desempeño y de su clase se hará hincapié.

Para que la observación no sea considerada un castigo o una represalia, el EC puede comunicar al plantel docente cuál es el objetivo de la observación de clases y qué aspectos busca relevar. Así, el docente entenderá esta práctica como una que forma parte de la tarea directiva vinculada al asesoramiento pedagógico y no como un simple control.

Después de la observación…

Como se ha mencionado en este artículo, la observación requiere un trabajo previo por parte del observador (la planificación) y uno posterior a ella (el feedback o devolución).

La devolución del miembro del EC que haya observado la clase puede hacerse de forma escrita y/u oral, a través de una entrevista o encuentro con el docente. Es importante que en él se destaquen aspectos positivos y negativos de la clase. Si solo se enfatizan las debilidades, se puede caer en el riesgo de darle connotación negativa a la observación.

La etapa de devolución pone a prueba la capacidad de comunicación del EC, pues el diálogo  con el docente es desde el rol de asesor y facilitador. El docente que recibe el feedback después de la observación estará esperando una palabra de aliento, un reconocimiento a su tarea,  y no solo la detección de una falencia.

Un instrumento válido aplicable a la mayoría de las devoluciones es la “escalera de la retroalimentación”  (ladder of feedback) originalmente diseñada por Daniel Wilson para Project Zero. Esta herramienta propone cuatro pasos a la hora de hacer una devolución: 1) me pregunto, 2) valoro, 3) me preocupa, 4) sugiero.

La entrevista con el docente siempre abre paso al diálogo y le otorga a éste la posibilidad de formular preguntas y hacer aclaraciones. Sin embargo, no siempre existe el tiempo para que un miembro del EC programe y lleve a cabo las entrevistas, especialmente cuando éste está compuesto por pocos miembros que tienen que desarrollar muchas tareas. En este caso, la devolución por escrito deberá ser exhaustiva y clara.

 

Conclusión

El proceso de observación de clases supone una momento previo y uno posterior a la observación propiamente dicha: la planificación y la devolución son momentos significativos  puesto que influyen en los resultados de todo el proceso.  Si la observación está enmarcada  en el proceso como de la autoevaluación institucional, ésta constituye un punto neurálgico a la hora de detectar debilidades y fortalezas que conduzcan a la elaboración e implementación de líneas de acción en búsqueda de mejorar la oferta educativa de cada institución.

Aunque estas prácticas deben ser promovidas por el EC, la cooperación del plantel docente en este sentido es fundamental para lograr resultados positivos.

 

 

Bibliografía

Azzerboni D y Harf R. Conduciendo la escuela. Manual de gestión directiva y evaluación institucional. Quinta edición. Buenos Aires: Ediciones Novedades Educativas; 2013.

Reglamento General de Escuelas para la Provincia de Buenos Aires.

Gvirtz S, de Podestá M, compiladoras. El rol del supervisor en la mejora escolar. Primera edición. Buenos Aires: Aique; 2012.

Wilson, Daniel. The Ladder of Feedback. Consultado en http://edorigami.edublogs.org/files/2012/10/Ladder-of-feedback-template-1k898ll.pdf

 

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Acerca de Jorgelina Lastiri 11 Articles
Soy Lic. en Gestión de Instituciones Educativas. Prof. en inglés desde hace nueve años. Creo en la educación como el arma más poderosa que tenemos los seres humanos para cambiar el mundo. Actualmente trabajo en los colegios Cristo Rey y Nuestra Señora de Lourdes en la ciudad de La Plata.

6 Comments

  1. Acuerdo en todo lo expresado por Jorgelina en observar a modo de orientar a docentes en su práctica áulica. Y como lo explicita en el post no es una práctica frecuente, donde prodría problematizarse debilidades y fortalezas que invitan a mejorar las mismas. En nivel secundario he tenido en nueve años una sola observación, y en Nivel Superior ninguna, creo como Jorgelina que la observación áulica, como la planificación o proyectos de cátedra darían margen para una mejora educativa. Por ahora lo veo como una utopía dificil de cumplir en las Instituciones educativas en general. Entiendo que los tiempos de los equipos directivos, muchas veces desbordados por lo expresado aquí, no deja margen para las observaciones, y esto produce un desconociento sobre contenidos dados, estrategias de enseñanza, vínculo docente/alumnos (esto como generador de estímulo, motivación y deseo por aprender). Esta falta de observaciones con un seguimiento de varias clases (no en forma aislada), no permite visualizar el vínculo mencionado, en el que muchos alumnos expresan descalificaciones explícitas e implícitas de parte de algunos docentes, sintiendo temor de ser expresados ante la no acreditación de la materia en cuestión. Solo lo expresan a los docentes en cuyo vínculo establecen puentes de confianza, donde….desde nuestro lugar no hay mucho por hacer… ya que no resulta pertinente poner en evidencia a colegas. Es la conduccion de la Institución Educativa la encargada de observar y a través de una devolucion de lo observable, orientar a los docentes sobre el vínculo pedagógico. Me agradó el post, ya que es algo en lo que estoy totalmente de acuerdo, las observaciones lejos de convertirse en un castigo o control mejorarían las prácticas docentes. Gracias por tu aporte!

  2. Gracias Ana María por su comentario. Destaco sus palabras, «falta de observaciones con un seguimiento de varias clases (no en forma aislada)». Creo que todos los actores, directivos y docentes, tenemos mucho por hacer y por aprender en este asunto. Saludos!

    • Buenas tardes colegas.
      Leyendo el aporte importante que planteas Colega y los comentarios, es una instancia más, la observación de clases de acompañamiento de parte del equipo directivo a los docentes, se viene trabajando pero falta, falta lograr cambiar esa mirada y cultura de que si me observan la clases es para que me llamen la atención.
      Saludos

  3. Muy interesante el post. Cabe destacar y trabajar este aspecto con el plantel docente, el cual presenta una fuerte resistencia a la observación de sus clases. Continúo trabajando en ello. Como Directivo me parece fundaemntale esta labor para mejorar y enriquecer la propuesta de enseñanza.

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