Hablamos de mujer a mujer, no para deslumbrarnos, sino para entendernos.
Herminia Brumana.
¿La educación es solo una tarea apropiada para la mujer? Soy mujer, luego docente. Conocer las mujeres que han contribuido al avance de los derechos es una tarea que nos debe llevar a cambiar los paradigmas, sobre todo los educativos. Todos los problemas que tenemos son de educación.
Debemos reflexionar sobre la importancia que tienen ciertas mujeres, como Hermina Brumana desde su rol educativo; sin dudas se debe partir desde nuestra propia curiosidad para transformarnos con nuestra profesión.
Me gusta la historia de cada ciudad que visito, me gusta meterme en su idiosincrasia, su micro historia que trasciende, “soy chusma” al fin y al cabo para mí la historia es el chusmerío de la humanidad con nivel científico. Las calles de las ciudades siempre nos están hablando, huelen a historia, cada baldosa es un pedazo de historia. Hace más de 30 años que visito Pigüé en la Provincia de Buenos Aires así descubrí a Herminia Brumana, pero…vamos al principio. Como docente me pregunto: ¿El ejercicio de la educación debe ser una tarea femenina? ¿En la docencia se gana menos porque es una actividad de mujeres? Si la historia me dice que primeramente era solo una actividad masculina ¿De qué depende el éxito de un sistema educativo? ¿Solo de las mujeres? Solo una cosa es segura la igualdad se aprende y que mejor lugar que la escuela.
El valor de la importancia de la educación para mujeres se ubica en los inicios del feminismo educativo a fines del S. XIII, cuando Guillermine de Bohemia planteó crear una iglesia de mujeres. Olimpia de Gouges, en su “Declaración de los Derechos de la Mujer y la Ciudadana” de 1791, afirma que los “derechos naturales de la mujer están limitados por la tiranía del hombre, situación que debe ser reformada según las leyes de la naturaleza y la razón” En 1792 Mary Wollstonecraft escribe la “Vindicación de los derechos de la mujer.
“Últimamente se preocupan más de la educación de las mujeres de lo que lo hacían en el pasado aseveraba Mary Wollstonecraft, la filósofa inglesa madre de Mary Shelley, autora de Frankenstein. Ella fue una de las pioneras del feminismo en el siglo XVIII, sostenía que con una verdadera educación se llega alcanzar la igualdad. La Constitución Francesa de 1791 abogaba por la eliminación de los privilegios aristocráticos en nombre de los “Derechos del hombre y del ciudadano”, pero denegaba a las mujeres los derechos de ciudadanía igualitaria, entonces al parecer no era tan igualitario.
Cuando hablamos de la tarea de educar no debemos hablar de la tarea de honrar a las mujeres solamente con decirnos somos las segundas madres ¿Todas las mujeres que son docentes quisieron y quieren ser madres? El derecho a la igualdad y la equidad deber ser complementarios, no debemos dejar fuera de la educación otras ideas, educar persigue la ampliación de ideas. La equidad es un valor está asociado a la justicia de personas que son diferentes e igualdad de oportunidades entre hombres y mujeres.
La educación debería ser mixta, en la sociedad debemos convivir con todos como pregonaba Wollstonecraft sobre todo en la razón. La noción de equidad educativa es explicativa, dirige la mirada hacia los resultados educativos, no sólo al acceso al que tradicionalmente se restringía la noción de igualdad de oportunidades, tampoco se sostiene con sólo a la permanencia en las escuelas.
El siglo XIX, es el siglo de los grandes movimientos sociales emancipatorios en las mujeres; los hombres, los hombres estaban jugando a pensar guerras futuras. La educación fue y es una de las principales proclamas de estos movimientos. La educación se hace una necesidad en las mujeres, principalmente baja desde la clase aristocrática, empiezan a defender la ineficiente instrucción a las mujeres puesto que esto aportaría beneficios a los hijos al ser ellas sus primeras educadoras. Instruir y educar son conceptos complementarios, pero no significa lo mismo. Instruir es desarrollar la inteligencia. Educar es formar al hombre transmitir información, conocimientos, destrezas, formar al individuo; completo de su personalidad, ante todo su moral educar, la escuela debe educar, además de instruir.
El feminismo se enmarcaba contrario a lo que la sociedad disponía que tenía que hacer la mujer, la educación era tipificada como la educación que la mujer necesita para la sociedad.
Por ser mujer siempre nos han inculcado a ser sensible, risueñas, por tanto, aún hoy, es un tema de agenda que nos tenemos que dedicar a las Ciencias Sociales y docencia, ¿Entonces porque no promover a los hombres que elijan más las Ciencias Sociales y docencia?
Antiguamente en nuestro país y América existía el dogma de ser “Europa” no un apéndice, ¡NO!, una pertenencia a ella. La Europa común y clasista hasta entrado el Siglo XX decía que la mujer no debía estudiar, no se la debía alejar de su rol de madre y esposa, por este motivo, la educación de las niñas se relacionaba con el rezo, el aprendizaje de tareas domésticas como bordar, cocinar, ser buena madre, esposa o monja. Quedaba aún el resabio de los “lugares exclusivamente para señoritas” para la formación desde la época de la colonia en que las hijas de los conquistadores debían recibir este tipo de educación. En México por ejemplo a finales del siglo XVIII, estaban las escuelas para niñas indígenas, llamadas “amigas” o “migas”.
Por estas tierras Manuel Belgrano fue uno de los primeros impulsores de la igualad de los derechos de las mujeres criollas y originarias, “El bello Sexo” las llamaba. En su periódico El Correo de Comercio propiciaba la educación a los indios pampas e interpelaba a los hombres de mayo a reflexionar sobre la educación de las mujeres, se dice que fue el “primer feminista”.
Unos años antes Olympe de Gouges había sido guillotinada en Francia por sus propios compañeros revolucionarios, luego de que publicara la “Declaración sobre los Derechos de la Mujer” En los números del 21 y 28 de julio de 1810 del periódico Correo de Comercio, y bajo el título “Educación”, escribió: “Hemos dicho que uno de los objetos de la política es formar las buenas costumbres en el Estado; y en efecto son esencialísimas para la felicidad moral y física de una nación (…) Pero ¿cómo formar las buenas costumbres, y generalizarlas con uniformidad? ¡Qué pronto hallaríamos la contestación si la enseñanza de ambos sexos estuviera en el pie debido! Más por desgracia el sexo que principalmente debe estar dedicado a sembrar las primeras semillas lo tenemos condenado al imperio de las bagatelas y de la ignorancia”. ¿Quién le ha dicho que esas virtudes son la justicia, la verdad, la buena fe, la decencia, la beneficencia, el espíritu, y que estas calidades son tan necesarias al hombre como la razón de que proceden? Ruboricémonos, pero digámoslo: nadie; y es tiempo ya de que se arbitren los medios de desviar un tan grave daño si se quiere que las buenas costumbres sean generales y uniformes»
¿Adaptarse? ¡No!, sí negociar para desarrollar la estrategia de la igualdad, en derechos y obligaciones. El surgimiento del feminismo en la Argentina “moderna” se inició a fines del siglo XIX e inicios del XX, en plena generación del ´80 con el arribo de las corrientes inmigratorias y nuevas ideas.
Entre 1896 y 1899 existió un periódico llamado “La voz de la mujer”, encabezado por Virginia Bolten, el periódico salía “cuando se podía”. Anteriormente quien abrió paso fue La Aljaba, en alusión al estuche en el que las guerreras guardaban las flechas. Este fue el primer periódico en Buenos Aires dedicado “al bello sexo argentino”, editado por una mujer, la uruguaya Petrona Rosende de Sierra, contó con 18 números entre el 18 de noviembre de 1830 y el 14 de enero de 1831. El hombre civilizado (…) no se cree él solo capaz de progresar en las ciencias, o en las artes; no duda del talento de las mujeres, sabe que ese talento asociado al continuo estudio hace los mismos efectos, y tiene los mismos resultados, porque no hay superioridad en uno ni inferioridad en otro, como creen los que se oponen a la instrucción del sexo”[1]
En noviembre de 1881 durante la presidencia de Julio Argentino Roca y en donde Sarmiento era su superintendente general de Educación nueve mujeres se jugaron su carrera para exigir salarios dignos en la Provincia de San Luis.[2] Las maestras a instancia y defensa de Sarmiento pudieron cobrar lo que les correspondía, pero lamentablemente no por mucho tiempo, tanto la directora como las profesoras fueron separadas de sus cargos.
Un periódico de relevancia fue La Vanguardia, diario de difusión de las actividades del Partido Socialista partido creado por Juan B. Justo en el aparecieron diversos artículos a comienzos de siglo XX sobre el rol desigualitario de la mujer en la sociedad firmados por las dirigentes más preponderantes del partido: Alicia Moreau, Carolina Muzilli, las hermanas Chertkoff, Raquel Massini y Victoria Gukovski. Ellas incorporaron artículos sobre aspectos sociales y culturales, en ellos debatían la defensa de la educación laica, la reforma universitaria que más tarde se produciría en Argentina, 1918, en estas notas quedaba claro ya que la docencia resultaba un trabajo poco atractivo para los varones pues no era bien pago, el mercado laboral les ofrecía carreras y salarios más interesantes.
En 1906, Alicia Moreau de Justo, fundó el Movimiento Feminista, durante la celebración del Congreso Internacional del Libre Pensamiento, que se realizó en Buenos Aires expuso un informe titulado “Educación y la Revolución” en el criticó el modelo educativo imperante, compartía con los hombres del ‘80 la importancia de la educación laica como espacio de civilización, para Alicia Moreau la educación era formadora de ciudadanos críticos. Ella hizo conocido el método de enseñanza de la Doctora Montessori, donde los alumnos eran el centro del aprendizaje.
La educación siempre se colocó entre los temas principales del debate social y político sucede desde el comienzo de la historia. “Leer no es matar el tiempo, es fecundarlo” decía Herminia la libertad de pensamiento se fecunda con la lectura y el estudio porque, aunque estemos presos el pensamiento nunca va preso. Aun hoy en muchas sociedades se espera que las mujeres, las niñas se vistan de forma femenina, color rosa para nenas y azul para los nenes, las niñas deben ser amables, y maternales. Las mujeres siempre hemos buscado y construido autoridad para hablar de educación, hemos hecho camino y… ¿Lo estamos logrando?
En este siglo XXI muchas más niñas en el mundo van a la escuela, pero… según estimaciones de la UNESCO en este año 2022, “129 millones de niñas no van a la escuela en todo el mundo: 32 millones en edad de ir a la escuela primaria y 97 millones en edad de asistir a la escuela secundaria”.[3]
Sin embargo, a pesar del progreso, las mujeres y las niñas continúan enfrentando múltiples barreras basadas en el género y factores como la edad, la etnia, la pobreza, etc. esto hace que la educación siga siendo un privilegio y no un derecho.
Las mujeres entendimos que ser docentes nos habilitaba para “intervenir en la esfera pública en temas que sobrepasaban el ámbito educativo”. [4] por ejemplo, las que nacimos en ciudades chicas o pueblos nos veían en los actos patrios en la plaza del pueblo cerca del Intendente, junto con el Comisario, el jefe del Banco, en Pigüé, el jefe del Ejército que estaba a cargo del Arsenal, etc.
Las mujeres siempre hemos batallado por educarnos, hacer frente muchas veces a las cegueras machistas, solo ellos detentaban el conocimiento. Pioneras como: Juana Manso sostenía que la inteligencia no tenía sexo, Juna Gorriti, Emma Nicolay, Clotilde de Caprile, las hermanas Olga y Leticia Cossettini, no aceptaron este designio, todas dejaron un legado en la educación argentina y América, hacer de la educación universal, equitativa, todas mujeres incomodas; quien piensa y dice lo que piensa siempre es incomoda.
En el Siglo XX, las mujeres ampliaron las matrículas en los Institutos para sumarse en la tarea de educar; el ejercicio de la educación estaba cambiando, más mujeres se incorporaban a esta profesión. Párrafos anteriores había hablado de la educación en el movimiento feminista, pero… ahora Clío me sigue intempestiva, se acerca como un huracán me dice” pues mujer ¡habla ya! de Herminia una voz en el ámbito educativo y… ¿Del feminismo?
La docencia era una actividad eminentemente masculina en los años anteriores al Siglo XX hasta que se produjo la apertura de instituciones encargadas de la formación de docentes, como consecuencia las mujeres accedieron.
El primer centro feminista y con alta visión educativa de la Argentina fue fundado por Elvira Rawson de Dellepiane, institución que al igual que su fundadora, se encargaba de denunciar las calumnias lanzadas por los sectores religioso hacia la escuela pública, a las cuales acusaban de ser un “criadero de anarquistas, revolucionarios y futuros opresores”.
Herminia nació en 1897 en Pigüé (lugar del Encuentro). La educación encontró a Herminia en el sudoeste de la, provincia de Buenos Aires. La vida de Herminia fue una lucha constante desde la educación pregonando que se valoren las capacidades de las mujeres, no era adepta a las ideas del feminismo. Al respecto, ella dijo: “La libertad no tiene dueños. Pedir libertades equivale a reconocerle amos. Las feministas piden libertad para la mujer. ¿A quién? Al hombre. Luego las feministas reconocen en el hombre un amo… No hay que culpar al hombre de la inferioridad mental de la mujer, sino a la misma mujer que, haragana y cómoda, dejó la tarea al compañero para dedicarse por entero a su persona, al ocio, a la intriga”.[5]
En las primeras dos décadas del siglo XX tuvieron cierto auge las escuelas racionalistas, en general anarquistas seguidores de la Escuela de Francisco Ferrer Guardia, este movimiento anarquista no logró consolidar en el tiempo ninguna de sus experiencias de educación alternativa, ya sea por las dificultades económicas, la represión estatal, no tenían un programa, quizás porque los cobijaba las ideas de base anarquistas. No querían darle un carácter moral a la educación de las mujeres, lo moralistas querían una educación dividida en educación para mujeres y educación para varones, totalmente segregada.
Estudió magisterio en la escuela Normal de Olavarría, ni bien se graduó volvió a Pigüé a ejercer el cargo de maestra primaria, en la escuela Nro.3; los que conocen la ciudad es la que está enfrente de la plaza en la cuadra de la Primera Cooperativa de Argentina, hoy es el Consejo Deliberante. Allí, en 1917 comenzó a publicar la revista “Pigüé”, por escribir esta revista Recibió una nota que exigía que eligiera entre la revista y su puesto. Era rato en esa época trasladarse a ora ciudad para estudiar, eso ya hablaba de la determinación de Herminia y la conciencia de valorar de sus padres, era libertad.
Sus ideas no fueron bien recibidas por las autoridades escolares del pueblo, aun la comunidad no estaba preparada para un huracán de ideas innovadoras, quien ha vivido en comunidades chicas saben que el cambio de ideas y más en esos años tardan en llegar, las autoridades consideraban que debía solo ocuparse de tarea específica de maestra, la maestra es la segunda madre y ahí terminaba esa tarea.
Discípula del pensador y escritor anarquista Rafael Barret radicado en Paraguay, desarrolló una visión de la realidad social americana en la que destacó la necesidad de una educación que fomentara el pensamiento crítico en los niños. El pensamiento de Barrett se inscribe en el amplio espectro de la reacción «modernista» contra el positivismo y enciclopedismo. Rafael Barret critica la educación formal y Herminia lo hace; Barret lo llama al trabajo docente la policía aduanesca, una suerte de Comisarios de Pensamientos ajenos. Son ellos los encargados de medir el idioma, creían engendrarlo. [6]«”. En esta concepción del pensamiento educativo ocupa un lugar especial el maestro quien debe enseñar dos cosas a sus alumnos: a dudar y a sentir.
En 1916 obtuvo el primer premio en un concurso literario -organizado por la Biblioteca Popular de Olavarría por su trabajo “Influencias de las bibliotecas populares en la cultura de los pueblos y el apoyo que estos deben a dichas instituciones”.
En 1918 Herminia Brumana publicó un libro de lecturas para sus alumnos, “Palabritas” para alumnos de entre 11 años a 13 años lo hace de un modo particular: mediante una invitación a pensar en concepciones sobre “desigualdad”, “libertad” y “trabajo”, realizando comparaciones entre las realidades de los pequeños dándole especial atención a los conflictos sociales sobre todo las desigualdades materiales que marcan y tensionan la sociedad.
Herminia hace una crítica donde no repara el modo en que sus alumnos aprenden, sino en los contextos sociales desiguales que los marcan con sus condiciones como por ejemplo la posibilidad para estudiar, jugar, alimentarse, en este tiempo colaboraba en Espartaco, órgano del Centro Socialista de Pigüé (1914-1916, 1919-1920), cuando recordaba Herminia sus Palabritas decía: “Lo he hecho para mis alumnos, mil ejemplares me han costado 300 pesos que he juntado moneda a moneda, privándome de un vestido, de una cinta, de un adorno”.
Muchas veces escribió con su nombre, con iniciales pero también los hizo bajo seudónimos como: El Pesao Grúa, para tratar temas como la hipocresía y el sufragio femenino, sabía que en San Juan en 1927 ya habían votado; Zúley, dirigida exclusivamente a las mujeres; La maestra ciruela “nada tienen que ver las ciruelas” por lo tanto va con S no se si Herminia lo habrá reparado pero esta obra tiene toque humorístico habla de los maestros déspotas y de la necesidad de ideas renovadoras en la enseñanza, teniendo como eje las ideas de Montesori; también está El de la rubia melena, una especie de cronista, testigo presente que registra vidas, políticos, culturales de la vida del Pigüé de entonces.
En mayo de 1919 aparecía en Buenos Aires el primero de los ocho números de la revista Bases, Tribuna de la juventud, ahí conoció a su futuro esposo, el dirigente socialista Juan Antonio Solari, quien dirigía esta revista. En 1921 contrajo matrimonio y se radicó definitivamente en Buenos Aires; publico varias veces en el Diario La Nación, perteneció la Sociedad Argentina de Autores ya continua su tarea en diversas escuelas, organismos y asociaciones. Viajó por Estados Unidos y México dando conferencias.
En 1923, lanzó su segundo libro, “Cabezas de mujeres”, su ambición era instruir a sus pares acerca de cómo debían ser como maestras, empleadas. Herminia Brumana no se sentía representada por el movimiento feminista ni quiso incorporarse a él, pero su pensamiento es fundamental para saber que piensan las mujeres sobre la educación. Bajo el título «Cabezas de mujeres» observa a las mujeres de su pueblo natal y elabora, a partir de ese mirar, una serie de estereotipos y sobre todo la idiosincrasia del pueblo, están la intelectual, la que se hace la intelectual, la “señora de su casa”, la que trabaja en su casa y la que empieza a estar empleada que no es lo mismo que trabajar. Sostenía que la que trabaja lo hace siempre, hace la comida, borda, zurce, es una buena esposa, una buena madre, etc. La empleada es la que hace ese trabajo a cambio de un salario ya sea lavandera, o maestra, modista.
Según Herminia Solari, el tratamiento avanzado de estas cuestiones fue uno de los perfiles que le dio trascendencia: “Sus ideas ya se venían oyendo entre los sectores de más combatividad. La defensa del amor libre, la crítica al matrimonio inexorable y rutinario, la reivindicación del apellido de soltera y de la maternidad, la defensa a ultranza de la paz y la oposición a las diferencias e injusticias sociales como responsabilidades públicas y privadas de la mujer, la defensa de la libertad como máxima regla que debe regir a los seres humanos, por eso también se dice que es una defensora de los Derechos Humanos, en todo incluía a las mujeres y en relación con esto, la valoración del trabajo femenino, ya habían sido planteadas entre otras por las anarquistas”.[7]
En «Tizas de colores», su escrito «Respuesta a una normalista» brinda los siguientes consejos a «una futura maestra” …No sé qué decirle; ¡hay tantas cosas! que se capacite permanentemente! Pero ahora se me ocurre esto también: ande por la calle y mire viendo [….] Cuide su físico y su manera de vestir [….] Coquetee y tenga novio [….] Cultive un arte también (música, pintura) y si no puede aprenda idiomas…Lea todo lo que pueda, lo que caiga en sus manos[8]
Herminia no fue una persona cómoda según datos de investigaciones, vecinos. Coinciden en que Brumana atravesaba relaciones tensas con el feminismo argentino, ella cuestionaba el orden establecido y buscaba formar opinión, como practica de emancipación en derechos. A pesar de haber elegido a las mujeres como interlocutoras en infinidades de sus escritos, la mujer en una encuesta Femenina Argentina” (Buenos Aires, 1921). Su contenido se basaba en las respuestas al cuestionario realizado solicitando la autorizada opinión escrita respecto a lo que debe ser en este país el feminismo.
Su escrito Mi alumno predilecto, del libro Mosaico, publicado en 1929, es una muestra de ello: “Es sucio, es desgreñado. La mamá trabaja fuera del hogar y no le queda tiempo para el hijo éste, que casi siempre está en la calle. Desatento en clase, no aprende nada. […] Entonces cuando voy a reprenderlo pienso con angustia:-¿habrá [9] comido hoy? […] En casa no le miran los deberes, ni se preocupan que pase de grado. […] Hace unos días que este alumno me trae los deberes. Unos deberes desprolijos en unas hojitas ajadas, con agujeros a fuerza de borrar con el dedo o con la punta del pañuelo. Y para mí, estos deberes son los mejores, los más hermosos que me presentan.
A partir de 1933 se va de viaje a Francia, España, Chile, USA y México. En México, la editorial Ercilla publicó en 1936 su texto Cartas a las mujeres argentinas. Dos años después en un nuevo viaje a Europa escribió el ensayo Nuestro hombre, el primer estudio realizado por una escritora argentina sobre el poema nacional Martín Fierro.
Tizas de colores, publicado en 1932 y dedicado a la Escuela Nº 10 de Sarandí (Avellaneda). la propia autora llama sus «impresiones de la escuela». En esta obra, editada por primera vez en Buenos Aires en 1932, relata, de forma breve, situaciones que vivió en el marco de la institución educativa durante sus años como maestra en la Escuela Nº 10 de Sarandí. En sus escritos estuvo la preocupación sobre la maestra sin vocación que sólo trabaja por el salario y a quien Herminia llamó la “enseñadora a sueldo”. Sostuvo Herminia que:
“…viven las maestras al margen de toda preocupación social, impermeables a toda inquietud […] Les ha bastado pasar por la escuela normal y salir con su diploma bajo el brazo, para sentirse dueñas y señoras de su misión. La maestra argentina vive aún en la creencia que a ella sólo le incumbe enseñar a leer, a escribir y a hacer cuentas…”
Volvió a las aulas en 1941, cuando el Consejo Nacional de Educación lo otorgó un cargo en la Escuela para Adultos n° 6, ubicada en la ciudad de Buenos Aires. Ejerció este puesto hasta poco antes de morir, dictando “práctica de escritorio”, en la que tres veces por semana enseñaba ortografía, redacción, nociones de contabilidad y de archivo, habilidades requeridas para los empleos administrativos que por entonces convocaban a muchas mujeres[10].
Herminia Brumana murió el 9 de enero de 1954 de cáncer.
Concluyendo puedo decir que, en Argentina, el docente ha perdido prestigio, la educación ha perdido importancia, ya no es una política de estado, es una política de gobierno. Herminia es una mujer que se juega por la calidad en educación, como Derecho Humano fundamentales, tal y como recoge la Declaración Universal de Derechos Humanos (ONU, 1948) en Argentina todos somos iguales ante la ley por el Artículo 16 ¿Por qué la mayoría de los docentes somos mujeres? ¿La vida de una mujer debe seguir siendo marido y un hogar? ¿La docencia es un trabajo fácil por lo tanto se paga como barato? ¿A consecuencia de esta premisa ya no es profesión para varones? ¿Las mujeres encontramos en la docencia una profesión que nos permita conciliar nuestra maternidad? ¿Los niños y adolescentes son solo cosas de mujeres?
Las mujeres tenemos destino propio. La educación no es un mandato social para nosotras las mujeres. Herminia tenía destino propio, la educación no debe tener en las mujeres un destino secundario.
El sistema educativo es uno de los principales empleadores de las mujeres en el mundo sobre todo en los primeros niveles educativos. En los niveles superiores como terciario y universidades no lo es, aun no estamos tan integradas. En general en el mundo académico superior no tenemos una participación plena en las tareas de dirigir ¿No nos falta confianza en nosotras? No tenemos muchas cátedras propias ni abundan las jefas de investigación.
Herminia es producto de un mundo y de la Argentina agitada, cada día se esforzaba desde su profesión de educar para no ser dominados. Pertenece a la clase media, en tiempo de la Década Infame, una década en que la pobreza estructural se hace presente. Ella ve la pobreza en el aula, ve la gente trasladarse desde el interior del país hacia la capital, un tiempo donde los coletazos de la Crisis del 29 rompen el tejido social de Argentina y sabe que salida es con educación, una mejor educación, una educación para la libertad. Herminia nos dice que la educación de las mujeres no es para quedarse en su casa haciendo tareas como bordar, coser; la educación, es cuestión de toda la sociedad y en esa sociedad no sobra nadie por lo tanto las mujeres se deben educar.
Ella piensa: ¿Después de los padres quienes son los que conocen mejor a nuestros hijos?, ¿Los que observan su comportamiento?, ¿Los que pueden describir en minutos a nuestros hijos? La docencia es una profesión que mucho tiene que ver con mejorar las condiciones de vida y de posibilidad de toda la sociedad es sentirnos partícipes de la construcción de un nuevo mundo, un mundo equilibrado.
Ella no solo tuvo intenciones de que todo cambie y logró acciones. Lo que expresa Herminia es una escuela real, no la ideal, vio las injustica en su aula.
Lo llamativo es que ella estas ideas salen del interior de la Provincia de Bueno Aires, a la “civilización”, ella vio que todos teníamos la necesidad de formarnos, no copiar modelos, salir de la mirada individualista.
Hermina Brumana se va a preocupar por la construcción de instituciones más justas tomando determinada posición frente a aquellos problemas que siendo más generales atraviesan también las paredes de la escuela, la escuela es la caja de resonancia de la sociedad.
Ella habla a las docentes, las que quieran que lo sean, pero no debe ser una obligación con un salario para salir de sus casas. Yo en mi primaria me enseñaban a coser, bordar, pero Herminia supo reunir mucha información sobre la mujer de las ciudades chicas, tiene una visión sobre ellas sobre todo una conciencia social sobre la educación en las mujeres, supera sus miedos, los enfrenta “casi no he escrito, porque dudaba de mí. Y dudaba con dolor porque pocas veces me han dicho que mis trabajos tenían mérito”. Esta es una carta que Herminia Brumana escribe a Gabriela Mistral en 1942.
Su ocupación por la profesión docente se tradujo en una crítica para las docentes sin vocación ella las llamaba “enseñadoras a sueldo”.
Creció con ideas socialistas y anarquistas por parte de su familia italiana, leyendo sus libros. Sobre educación de los anarquistas tomó la denuncia de la explotación laboral de la mujer, estaban en contra de la convención del matrimonio y luchaban por la igualdad de género. Herminia pregonaba una educación para cuestionar, así se llegaba a libertad, en contra de todo dogmatismo quería una educación libertaria mixta.
De los socialistas sostenía que La igualdad de género debe ser una prioridad para tener una sociedad integrada. “Los socialistas consideraban que todos los ciudadanos nacen libres e iguales. Ellos formulaban una noción de ciudadanía universal que no excluía a las mujeres.” [11] Proclama la necesidad de acentuar el espíritu crítico del alumnado deben trabajar para la alianza entre escuela, familia y movimiento social en la educación. Veía en la educación la posible liberación del proletariado.
Tenía presente el pensamiento de Alicia Moreau de Justo cuando decía “La escuela es, por último, la escuela del Estado, que es la sanción y el sostenimiento del régimen social actual, no puede por lo mismo ir contra sentimientos e ideas que hacen posible este régimen. Debe, por lo tanto, aplacar el sentimiento de rebeldía, hacer encontrar bueno lo injusto, y justificar las desigualdades sociales (Alicia Moreau, en Revista Socialista Internacional, 15-02-1909; cursiva MB)
La educación es esencial para que las mujeres podamos alcanzar la igualdad e equidad es una resultante de una transformación educativa, pero las mujeres y hombre que hacen historia van ¿A un feriado? ¿A plazas? quizás como nomina en una calle. Sin dudas si revolucionan el pensamiento, Herminia lo intento, lo logró y hoy nos está haciendo pensar, se expresó para llegar a ser mucho más de lo que la sociedad le imponía.
¿Ser iguales desde la ley es lo mismo que ser iguales desde los derechos? La feminización del rol docente fue un proyecto político, histórico y pedagógico de la clase política que se inició cuando Sarmiento cuando trajo docentes desde Estados Unidos pero las ideas del positivismo que creía que la enseñanza era un trabajo “pertinente y feliz” para las mujeres como la enfermería, un empleo para “señoritas”
Los valores en la educación de Herminia, es denunciar las iniquidades sociales en general y los hace desde de la institución escolar en particular. La injusticia reproduce desigualdades sociales, los países con más equitativa distribución de la riqueza los que logran mayor justicia educativa, son lo que más crecen en equidad, que no haya rehenes de la mala política a causa de la pobreza.
Una buena educación no debe ser un bien escaso, monopolizado por minorías privilegiadas. La equidad es la que determina qué tan parejo es el acceso a la educación de todos los niños de un país, independientemente del lugar donde nacieron.
En términos de educación, nos queda aún mucho terreno por recorrer, no está de más recordar que se trata de una tarea de mujeres y hombres por igual, quizás emparentarlo con el concepto de fraternidad de la Revolución Francesa.
Las mujeres, igual que los hombres, tenemos reconocidos todos los derechos en nuestra constitución somo iguales, pero del dicho al hecho va un trecho.
Biografía de referencia utilizada para este escrito.
- Flavia “Presentación. Dossier: los otros intelectuales: curas, maestros, intelectuales de pueblo, periodistas y autodidácticas”, Prismas, Nº 17, 2013.
- Fletcher, Lea. Una mujer llamada Herminia. Buenos Aires: Catálogos Editora, 1987.
- Herminia Brumana. Obras Completas. (1958). Compilación y prólogo de José Rodríguez Tarditi. Edición Amigos de Herminia Brumana. Buenos Aires.
- Queirolo, Graciela “Herminia Catalina Brumana. La maternidad social a través del magisterio y la escritura”, Mujeres en espacios bonaerenses, EDULP. La Plata, (2009): 95-109.
- Solari, Herminia. “Herminia Brumana y la mujer en las revistas populares”, Universidad Nacional de Mar del Plata, 2004
- Stoltz Chinchilla, N.: “Ideologías del feminismo liberal, radical y marxista”, en M. León (comp.) (1982): Sociedad, subordinación y feminismo, ACEP, Bogotá.
- Vélez López, Eloína El papel de las mujeres en la educación. Editorial: Santillana Educación. 2018. ISBN: 978-84-141-0838-3
[1] La Aljaba, 1830 https://www.cultura.gob.ar/las-mujeres-que-construyeron-la-patria_6279/#:~:text=Mar%C3%ADa%20Guadalupe%20Cuenca%2C%20Encarnaci%C3%B3n%20Ezcurra,distinta%20de%20la%20historiograf%C3%ADa%20oficial.
[2] “8 meses sin que se nos hayan pagado nuestros haberes devengados” y que de lo cobrado meses y años anteriores una parte es en “vales a Tesorería” que “no valen casi nada en los comercios”. Además, “en las planillas figuran sueldos de un valor mucho más elevado de los que en realidad se nos paga”
[3] https://www.bancomundial.org/es/topic/girlseducation
[4] Bustelo, Natalia (2016). «Juvenilismo liberal, socialista y bolchevique: ‘Bases. Tribuna de la juventud’ (1919-1920) de Juan Antonio Solari». En Américalee. El portal de publicaciones latinoamericanas del siglo XX. Disponible en [www.americalee.cedinci.org].
[5] Sosa de Newton, Lily. La Argentina de ayer y de hoy. Buenos Aires, Zanetti, 1967.p.155.
[6] Los Sucesos», Asunción, 17 de diciembre de 1906. -Hombre se escribe con h -me corrigieron un día. – ¿Por qué? -pregunté, tímido. -Porque viene del latín homo. -¿Por qué entonces no escribimos todo igual: homo?. ¡Silencio!. Observé en los ojos del maestro la misma furia del presbítero que nos dictaba doctrina cristiana. Una regla no se discute. No se discute el código ni el catecismo. Explicar una regla es profanarla.
[7] Solari, Herminia. “Herminia Brumana y la mujer en las revistas populares”, Universidad Nacional de Mar del Plata, 2004.www.freewebs.com/celehis/actas2004/ponencias/8/4_Solari.doc
[8] La Voz de la Mujer. Periódico comunista-anárquico. Prólogo de Maxine Molyneux. Buenos Aires, Editorial de la Universidad Nacional de Quilmes, 2002. ISBN 987-9173-08-2
[9] Tizas de colores», libro Mosaico, publicado en 1929
[10] La escritora Emma Barrandeguy (1914-2006) fue discípula de Herminia en esta escuela. Emma la recuerda como una excelente educadora apasionada por lo que hacía. Su pasión se transmitía en sus actitudes corporales: “Nunca estuvo sentada en clase, siempre dio clases de parada”. http://www.feminaria.com.ar/entrevistas%20y%20biografias/biografias/barrandeguy/entrevista.asp.
[11] Fletcher Lea, Una mujer llamada Herminia, (Buenos Aires. Catálogos Editora. 1987) 15.
Este testo esta en: Herminia Brumana Educación, razones y desafíos. Todo es Historia. Todo es historia. — no. 662 (2023). — Buenos Aires: Todo es Historia, 1967 -. — p. 28-37. — 70 p.
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