INTRODUCCIÓN
Es muy frecuente, en la práctica diaria de la labor docente en la enseñanza de la Geografía, abordarla como una disciplina aislada, autosuficiente y acabada en sí misma. La trayectoria de treinta y ocho años de labor docente de la autora, con especial énfasis de su experiencia en los profesorados de Historia y Geografía del Instituto de Formación Docente y Técnico Nro. 27 de la ciudad de San Carlos de Bolívar, así como en escuelas secundarias, entre ellas, la agrotécnica de dicha jurisdicción distrital, ha permitido el enriquecimiento de la docencia, a partir de aprendizajes compartidos con colegas de otras materias en general y de las Ciencias Sociales en particular. En este sentido, se intentó realizar el abordaje desde la óptica de lo que se denomina un sistema cooperativo para mejorar el aprendizaje, por el cual no sólo los alumnos sino también los docentes pueden desarrollar la capacidad de comprender (Prieto Castillo, D.;1988).
El hilo conductor en el desarrollo del trabajo es el territorio, entendiéndose como tal, a la apropiación del espacio, bajo una perspectiva geohistórica inédita en su carácter de abordaje local. Según Brunet, et. al: «La noción de territorio es a la vez jurídica, social y cultural, y también afectiva. El territorio implica siempre una apropiación del espacio. El territorio no se reduce a una entidad jurídica (ya que algunas, entre ellas nunca dan lugar a un sentimiento de identidad colectiva), y tampoco puede ser asimilado a una serie de espacios vividos, sin existencia política o administrativa reconocida (…). El territorio tiende a la proyección sobre un espacio dado de las estructuras específicas de un grupo humano, que incluyen el modo de división y de gestión del espacio, el ordenamiento de ese espacio.» (Brunet, Ferras, Théry, 1993:480). La palabra clave aquí es apropiación, que da cuenta de la transformación de un espacio dado en el ámbito de ejercicio de poder por parte de una sociedad. A partir de la apropiación es que se construyen los sentimientos de pertenencia y se produce el ejercicio del poder en la gestión y ordenamiento del espacio apropiado. Según Raffestin, «Es esencial comprender bien que el espacio es anterior al territorio.
El territorio se forma a partir del espacio, es el resultado de una acción conducida por un actor que realiza un programa en cualquier GOMEZ,S; LAPENA, J; GARCIA, M. DIDACTICA DE LAS CIENCIAS SOCIALES, GEOGRAFÍA E HISTORIA. Investigación, prácticas y experiencias. ISBN 978-987-410006-1 114 nivel.
Al apropiarse de un espacio, concreta o abstractamente (por ejemplo, por la representación), el actor «territorializa» el espacio. (…) El territorio, en esta perspectiva, es un espacio donde se proyectó un trabajo, sea energía e información, y que, en consecuencia, revela relaciones marcadas por el poder» (Raffestin, C. 1993:143- 144). Por su parte, también debe reconocerse que el valor del espacio geográfico y sus recursos, es diferente en cada cultura y sociedad, manifestándose en formas de relacionarse con ellos. Así Da Costa sostiene que: «En cualquier tiempo y lugar, los grupos sociales, desde los estadios más primitivos hasta las modernas sociedades capitalistas industriales, por ejemplo, establecen determinados modos de relación con su espacio; en otras palabras, lo valorizan a su modo” (Moraes, A y da Costa, W. 1987:88-89).
En el interior de ese proceso, podemos identificar relaciones culturales con el espacio, en sentido estricto. Un grupo social primitivo al espacio definido como pampeano y al linaje étnico y cultural aportado por los inmigrantes europeos, aunque con una tenue y provisoria fijación en un determinado espacio que expresará, a partir de esa relación, una serie de manifestaciones -no plasmadas en documentos históricos oficiales y mapas del siglo XIX-, tales como mitos, ritos, cultos, sacralizaciones y otras cualidades necesarias de explicitar en ámbitos académicos para su transposición didáctica. Del mismo modo, expresará con su trabajo y sus técnicas, formas de apropiación y explotación de ese espacio, marcándolo con sus necesidades y su modo de producir y, porque no, impregnándolo con su cultura. En este sentido, su espacio posee límites cuyo trazado no está constituido por líneas rígidas sino por zonas que se destinan a delimitar el espacio de recursos necesarios a la reproducción biológica y cultural de ese grupo. Es importante destacar que cuando un grupo proyecta sobre el espacio sus necesidades, la organización para el trabajo y la cultura, en general proyecta igualmente las relaciones de poder que se desarrollan en su interior.
El objetivo de la conquista europea del siglo XV, fue, sin lugar a dudas, el espacio territorial del nuevo mundo. Tanto es Espacio geográfico es objeto de estudio de la Geografía. Sin embargo, la secuencia y momentos en qué se producen los procesos y las acciones humanas, están dados en el tiempo histórico. Ambos ejes contienen a los sujetos sociales intervinientes, las multicausalidades y el uso de distintas escalas de análisis, donde se deduce una relativa omisión del análisis geohistórico local y por ende, de particularidades en procesos territoriales que anteceden a la instauración del proyecto agroexportador. Continuará… en pr´xima nota en marzo.
Profesora enla escuela Agrotecnica de Bolívar.
Instituto Superior de Formación Docente y Técnico No 27. Bolivar. [email protected].
Autora: Geo historia de la pampa bonaerense: «Proceso de territorialización de pueblos indígenas en la frontera interior. el enclave estratégico de Bolívar».
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