Beauchef y una rara pirueta del la Historia…

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El 1º de febrero de 1817, escribió Pueyrredón a San Martín: “… parte por Mendoza el coronel general Bellina con algunos oficiales franceses: están muy motivados y me encantaría verlos llegar a tiempo para su integración porque los veo muy entusiastas de ganar la opinión…”
A fin de febrero de 1817 arribó a Santiago, el grupo los oficiales franceses integrado por Jorge Beaucheff, Pedro Bet, Francisco Dagassant, Antonio De la Roche, Víctor Cretin, Prospero Catelin, Antonio Bellina Supiesky, Heinrich Jentseh, Félix Deslandes, Alfonso Raverot, Carlos Renard, José Rondizzoni, Desiderato Girard, Federico Drose, Teobaldo Mahè, Jose Vergelin, Carlos Van Derzee, Guillermo Lebas, Teodoro Mayer, Pedro Gravet de Belliourd, Felipe Margutti, José Rondizonni y Alberto Bacler D’Albe, que habían viajado desde EEUU entre octubre y diciembre de 1816, en las fragatas norteamericanas “Ocean” y “Clifton”,entre otras.
Sin perjuicio de la importancia de otros integrantes del grupo, el personaje que motiva esta nota es Jorge Beauchef (1787/1840) protagonista de una verdadera pirueta de la historia.
Nació en Francia, en el pueblo de Le Puy en Velay, departamento de Alto Loira. A los 18 años ingresó en el 4° Regimiento de Húsares del ejército francés, participando en las campañas de 1805, presente en las batallas de Ulm, Austerlitz, Jena, Mohringen y Friedland.
En la invasión de España en 1808, tuvo participación en varias acciones hasta que cayó prisionero y estuvo 13 meses encerrado en un pontón, al cabo de los cuales consiguiò escapar. Se refugió en un buque inglés, cuyo comandante -a pesar de ser su enemigo- lo transportó hasta la Isla de Malta, donde lo liberó y regresò a Francia, se reincorporò a su ejército y participò de la batalla de Waterloo.
Después de Waterloo, como muchos de sus compatriotas, debió huir de Francia, y recaló en Norteamérica, que estaba llena de oficiales deambulando por sus ciudades buscando algún trabajo o ser contratados para algún ejército. Muchos franceses estaban en Filadelfia, allí se encontraron con José Miguel Carreras, que estaba armando una expedición a Chile. Beauchef fuè a Washington y conoció a un diplomático del Río de la Plata – Martín Thompson,- que estaba en busca de oficiales para contratar y remitir al río de la Plata . La cuestión es que Thompson lo contrató, porque tenía una carta de recomendación de José Bonaparte – exiliado en EEUU.
Así, con otros compañeros de armas Dagassant y De la Roche, acordaron llegar a Buenos Aires. Se le agregaron a la lista el polaco Skupieski (conde de Bellina), Raverot y Renard. Los preparativos se completaron y a fines de octubre de1816, embarcaron en la fragata “Ocean”. Luego de tres meses de navegación entraron al Río de la Plata y cuando un barco guardacosta lanzó un cañonazo de saludo, los franceses pensaron que se habían topado con una flotilla española, abandonaron el barco en un bote y tocaron tierra cerca de la Ensenada de Barragán…se perdieron entre los lodazales hasta que dieron con un rancho y allí los atendieron, les dieron de comer y los llevaron a Ensenada, donde los atendió el comandante Jacinto Martínez. Al día siguiente entraron en Buenos Aires. El director Supremo, Pueyrredon, los alojó en una casa cómoda, luego los recibió en una audiencia y Beaucheff obtuvo los despachos de Teniente.
Poco tiempo después, los franceses salieron para Mendoza, a incorporarse al Ejército de los Andes. A la altura de la posta del Saladillo, en Córdoba, se les apareció una montonera como de 150 hombres. Beaucheff intentò parlamentar con ellos y notò que algunos le contestaron con un tono muy andaluz; le comentaron que pertenecían a la montonera de Bulnes y que eran desertores del ejército, realistas que habían sido tomados prisioneros y “pasados”. Como les fracasó la revolución en Córdoba, iban a la Banda Oriental a unirse con Artigas.
Mientras algunos franceses discutían con Bulnes para que los dejaran pasar, tratando de explicarles que no formaban parte de los ejércitos de Buenos Aires y no tenìan nada que ver con la guerra civil en Córdoba, varios montoneros se acercaron y rodearon a Beaucheff que intentò sacar su sable para defenderse, pero uno de ellos lo interrumpió y le dijo algo así como que habían sido prisioneros de los franceses en España y que Beaucheff había sido su carcelero, y como los había tratado bien y nunca les faltaron las raciones, iban a hablar con Bulnes para que los dejaran pasar… Y así fue como pudieron llegar hasta Mendoza.
Beaucheff se incorporó en el Ejército de los Andes a fines de febrero de 1817, en el cuerpo de Cazadores a Caballo. Participó el 6 de diciembre de 1817 en el ataque a la fortaleza de Talcahuano, como Segundo Comandante del Regimiento No. 1 de Chile Luego en las campañas al sur de Chile en 1818 y 1819, sobre todo en la batalla de Bio Bio.
Embarcado con parte de su regimiento en la flota de Lord Cochrane, participó en la gloriosa toma de Valdivia en febrero de 1820, ascendido a Teniente Coronel.
Hizo la campaña al Perú en 1823 y a Chiloé en 1824 y 1825. En 1826 combatió y derrotó a los caudillos realistas Pincheira.
Murió en Chile, el 10 de junio de 1840, a los 53 años de edad.

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Acerca de Julio Ruiz 58 Articles
Profesor de Historia. Colegio Cervantes y Jesús Sacramentado de Bolívar, Argentina. Ex Intendente de la Ciudad de Bolívar en la Provincia de Buenos Aires, Argentina en el período 1987-1991. Abogado. Integrante de la Asociasón San Martiniana en su caracter de presidente. Columnista en el Diario La Mañana. Obras Históricas entre otras: Blandengues, “La Odisea”, “Historias que hicieron cuentos”, “Paginas de una historia olvidada”. “Hubo un tiempo que fue Hermoso”una creación colectiva de ex alumnos, Bachilleres de la promoción 1972 del Colegio Nacional de Bolivar (Bs As). Los Negritos de San Martín. “La historia, un cuento y un libro”

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